Siempre a favor de la vida

El mundo saludaba el 2015 con hechos de terror y horror que llevan a arrebatar la vida con violencia, dejando a su paso muerte y destrucción. El primero de ellos, pasó inadvertido para el mundo del poder de las comunicaciones: una masacre en la ciudad de Baga, en el nororiente nigeriano, bajo las órdenes de Boko Haram; se exterminaba de manera cruenta a la población; según testigos, la ciudad fue reducida a polvo. Días después, los hechos de mayor conocimiento y difusión periodística, nos llevaron a saber de lo ocurrido en París: Al Qaeda atacó a Charlie Hebdo, 17 muertos. ¿Qué nos pasa? Hemos de ir un poco más lejos de la libertad de expresión y de la libre opinión, hemos de volver nuestra mirada sobre el valor de la vida humana. No se trata de cifras, una vida no tiene mayor o menor valor que otra. Hemos de encontrar el camino de la convivencia, que nos lleve a la aceptación de la diferencia, del derecho del otro, de la comprensión y el respeto mutuo. El mundo volcó toda su atención en los sucesos ocurridos en París. De manera muy rápida la campaña “Yo soy Charlie” se propagó, mientras lo que ocurrió en Baga sigue siendo desconocido para la mayoría de la humanidad. La atrocidad ocurrida en Nigeria, como las muertes en la apacible Francia evidencian una desigualdad del tratamiento mediático de un mundo violento a merced del poder de las riquezas, donde la muerte se impone. Nuestra opción a favor de la vida nos lleve siempre a rechazar toda violencia y todo atentado contra la libertad de expresión, vengan de donde vengan. Y como afirmó el papa Francisco: “matar en nombre de Dios es una aberración”, así como: “la libertad de expresión tiene límites”. Sea nuestra opción siempre a favor de la vida, la de dar vida y vida en abundancia.

P. Víctor Martínez Morales, S. J.

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