12 campanadas de esperanza para despedir (y empezar) el año

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ANTONIO GIL MORENO (SACERDOTE Y PERIODISTA) | El año 2014 se nos marcha ya y queremos decirle adiós, entre pesimistas y esperanzados. Sonarán las 12 campanadas en los relojes de medio mundo, mientras nosotros, en esta página, recogemos el eco de otras doce campanadas que nos hagan soñar con ilusión, caminar con optimismo, abrir de par en par el corazón a una humanidad doliente, sedienta, que busca la felicidad.

  • 1. “Padre, regala a las familias la presencia de esposos fuertes y sabios, que sean manantial de una familia fuerte y unida” (Papa Francisco). El Mensaje final de la Asamblea General extraordinaria del Sínodo de los Obispos (18 de octubre de 2014), finaliza con una hermosa plegaria de los padres sinodales, uniéndose a la familia de Nazaret: “Padre, danos la alegría de ver florecer una Iglesia cada vez más fiel y creíble, una ciudad justa y humana, un mundo que ame la verdad, la justicia y la misericordia”.
  • 2. “Vengo como padre, hermano y pastor de todos” (Carlos Osoro, arzobispo de Madrid). En la homilía de su toma de posesión, trazó los destellos de su silueta y la misión de la Iglesia, que “tiene que ser reconocida como la casa de la misericordia, que se mueve entre la debilidad de los hombres y la paciencia de Dios”.
  • 3. “A todos nos falta algo fundamental: el tener a Dios más presente en nuestras vidas, en el centro de nuestras vidas, de nuestro pensar, querer y actuar” (Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia). En su entrada en Valencia, sembró con sus palabras la ilusión de un pueblo que tiene sed de Dios: “Es preciso cambiar. Es urgente una formación moral de verdad y en la verdad”.
  • 4. “La Iglesia lo que tiene que hacer es ser ella misma, fiel a su fundador y a la misión que se le ha confiado: el anuncio de la Palabra de Dios, la celebración de los sacramentos y la práctica de la caridad” (Cardenal Carlos Amigo). En uno de sus artículos de nuestra revista, subraya con fuerza los dos hermosos destellos de los obispos: el magisterio y la caridad.
  • 5. “En realidad, el hombre no tiene más que una sola vocación: la vocación al amor. El que ama se realiza plenamente como persona” (Moisés Salgado, prior de la comunidad benedictina del Monasterio de Silos). Acaba de publicar un libro, Vivir con sabiduría, en el que realiza un viaje con los monjes al interior de sí mismo. Y nos desvela la magia y el misterio de los monasterios.
  • 6. “El quehacer de la Iglesia no es conservar el pasado (José Antonio Pagola, teólogo). Las virtudes que hay que desarrollar hoy se llaman “audacia”, “capacidad de riesgo”, “búsqueda creativa”, “escucha del Espiritu”. El mundo ha cambiado radicalmente. No lo olvidemos.
  • 7. “He pasado mucho miedo, pero deseo volver al Congo” (Juan Antonio Fraile, misionero comboniano). Cuando todos se van, ellos se quedan. Más de 14.000 misioneros españoles viven repartidos por el mundo. Guerras, enfermedades, pobreza extrema…
  • 8. “Tenemos miedo de nuestras sombras, de nuestra oscuridad” (Pablo d’Ors, sacerdote y escritor). Su Biografía del silencio impacta en los lectores. Antes, se confesaba enamorado de la palabra. Ahora, del silencio, de la palabra y de la acción.
  • 9. “El Evangelio es el mensaje más hermoso y lleno de sentido de la humanidad y lo contamos bastante mal” (Ninfa Watt). Filóloga y periodista, se dedica a formar a futuros periodistas y cineastas en la Facultad de Comunicación de la UPSA. Pide que la Buena Noticia sea transmitida y ofrecida con dignidad, en las mejores condiciones y con todos los medios a nuestro alcance.
  • 10. “La caída del Muro de Berlín fue un golpe muy fuerte para las ideologías” (Alejandro Llano). Filósofo y pensador, acaba de descubrirnos que el marxismo comunista ha dejado el reguero del materialismo, inaugurando una nueva época: la del Gran Vacío. No hay un pensamiento fuerte. No hay actividad, ni siquiera económica, fuerte.
  • 11. “El Año de la Vida Consagrada, que se inaugura, es una ocasión para proclamar que nuestro estilo de vida aporta a la Iglesia y a la sociedad lo mejor del corazón humano” (Hermana Clara Fernández, OSC). Desde su monasterio, esta religiosa descubre la esencia de los contemplativos: comunión y servicio.
  • 12. “La falta de ética es también falta de inteligencia” (Adela Cortina). Acaba de conseguir el Premio Nacional de Ensayo, con su libro ¿Para qué sirve realmente la Ética? Contesta así, con sencillez: “Para vivir mejor”.
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