Escaso entusiasmo ante los cuestionarios para el Sínodo

Varias diócesis no distribuyeron las encuestas para la Asamblea de octubre

Couple embraces during outdoor Mass in Madrid marking feast of the Holy Family

JOSÉ LORENZO | El pasado día 9, la Santa Sede hacía públicos los Lineamenta para la Asamblea General Ordinaria del Sínodo que, del 4 al 25 de octubre 2015, se celebrará en el Vaticano bajo el lema de La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo. Acompañando a esas líneas, se adjunta un cuestionario con 46 preguntas (ver VN, nº 2.921) para que, con el deseo expreso del Papa, las conferencias episcopales las hagan llegar a las diócesis y estas al mayor número de organismos y grupos diocesanos “para promover una amplia consulta sobre la familia”.

Es el mismo método ya realizado el año pasado, tras la convocatoria de la Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Familia, que se clausuró el pasado octubre. Se espera que los resultados de estas encuestas lleguen a la Secretaría General del Sínodo antes del 15 de abril de 2015, con el fin de que sirvan para el Instrumentum Laboris, que se publicará antes del verano.

Al cierre de esta edición, la Conferencia Episcopal Española (CEE) estaba a la espera de recibir, vía Nunciatura, los cuestionarios para su redistribución, aunque no se percibe que este nuevo esfuerzo de sinodalidad por parte de Francisco genere un gran entusiasmo, en consonancia con lo vivido en los meses anteriores a la celebración de la reciente Asamblea Extraordinaria. Ya entonces, los cuestionarios llegados a la CEE fueron distribuidos por esta a las diócesis para su estudio y cumplimentación en parroquias, organismos diocesanos y asociaciones y movimientos de familia, según el deseo del Papa. Sin embargo, “algunas diócesis hicieron el esfuerzo por llevar el cuestionario hasta el último rincón, mientras que en otras no salieron ni de la Curia”, señalan desde Añastro.

“Se responde de mala gana”

Aunque todas las diócesis devolvieron cumplimentadas las encuestas, en algunas se percibe que “se responde, pero de mala gana”. “Hay resistencia en muchas diócesis porque se entiende que el método no es el más adecuado, que así no se hacen la cosas y que si no van a servir para nada, pues no se hacen o se hacen a medias…”.

El resultado de las encuestas enviadas por las diócesis de nuevo a la CEE fue “un resumen muy liviano, ligerito y poco sistemático” que se mandó el pasado febrero a Roma (algunos obispados se saltaron este trámite), tal y como se había pedido desde la Secretaría del Sínodo para obtener una radiografía de los problemas, retos y esperanzas de la familia en España. Sin embargo, el texto ofrece un resumen “muy panorámico, de inquietudes generales, del poco vigor apostólico del laicado, del poco protagonismo de la familia como sujeto evangelizador y de que ni la propia Iglesia se toma demasiado en serio este aspecto, como demuestra el que haya una subcomisión, y no una comisión episcopal, dedicada a la familia”.

Al contrario de otras conferencias episcopales que difundieron los resultados de sus encuestas, hubo un “deseo expreso” de no hacer públicos los que arrojaba el resumen realizado desde la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida. Se entendía “que esa era la voluntad del Vaticano” y se veía en el hecho de que otros episcopados sí lo estuviesen difundiendo “como una manera de presionar frente a la voluntad de la Santa Sede”, confirma la misma fuente.

Aunque se reconoce que en esta segunda etapa puede haber “una sorpresa positiva” en la recepción de los nuevos cuestionarios y “haya algo más de entusiasmo”, el pesimismo sigue siendo la pauta. Se evidencia la misma “reacción negativa” en España puesta de manifiesto por algunos purpurados durante las jornadas del pasado Sínodo. Se considera que “hay temas muy abiertos”, con “discrepancias” que se mantendrán hasta que el Papa publique su exhortación postsinodal. Por lo menos…

Si hace unos meses los obispos –según señala uno de ellos– “no tenían muy claro qué hacer, ni quién lo tenía que hacer, e incluso el cardenal Rouco [entonces presidente de la CEE] apuntó algunas cuestiones contradictorias”, el nuevo cuestionario se percibe como más complicado de responder, toda vez que ahora el Papa “quiere ir concretando temas”.

Por otra parte, y a la espera de confirmación por parte de la Santa Sede, la Plenaria de los obispos del pasado noviembre eligió como sus representantes para el Sínodo de octubre a Ricardo Blázquez, Carlos Osoro y Mario Iceta, según ha sabido esta revista.

En el nº 2.922 de Vida Nueva

Compartir