Mesa Ecuménica por la Paz

“Una paz con ética y una ética para la paz”

Ómar Fernández (der) -  Édgar Ramírez (izq)

Ómar Fernández (der) – Édgar Ramírez (izq)

En el contexto de las plataformas sociales que trabajan en favor de la paz hay un actor de fe cuyo principal interés ha estado orientado a promover la pregunta por la ética, dentro de los escenarios de deliberación. La Mesa Ecuménica por la Paz se reunió recientemente en Cali, para un encuentro nacional y subrayó la necesidad de suscitar un mecanismo de veedurías ciudadanas que protejan los acuerdos sociales y políticos de La Habana. Vida Nueva habló con dos de sus integrantes, Ómar Fernández, del Movimiento Franciscano por la paz, y Édgar Ramírez, presbítero de la Iglesia Anglicana.

¿Cómo nació la Mesa Ecuménica por la Paz? 

Omar Fernández (OF): La Mesa Ecuménica nació hace cerca de dos años y medio, debido a la inquietud de algunos miembros de este proceso histórico que hemos ido haciendo desde el campo de una Iglesia cristiana, profética, bastante involucrada en los temas sociales.

Algunos estuvimos hablando de cómo era importante crear un actor desde el mundo de las Iglesias cristianas o desde el mundo ecuménico que empezara a empujar el tema de la paz. En ese momento todavía no se sabía nada de las negociaciones ni había ningún tipo de señal que  permitiera prever que se iba a entrar tan rápidamente en un proceso de diálogos  entre el Gobierno y la insurgencia. Fue como una intuición que el tema de la paz era algo bastante crucial. Se estaban dando muchos operativos militares, las guerrillas estaban dando golpes fuertes. Entonces hablamos con algunas organizaciones ecuménicas y con pastores de algunas Iglesias, incluso, del más alto nivel, para saber qué opinaban. Y les pareció que iniciáramos el proceso. Tuvimos la primera reunión en abril del 2012 en la Iglesia Luterana y decidimos empezar un proceso de reunión cada mes, para ir viendo qué actores había frente a este tema de la paz y qué estaban planteando las iglesias y los movimientos ecuménicos frente al tema, para irnos preparando.

Ejercicios de interlocución

mesa ecumenica

Espacio celebrativo durante el encuentro nacional realizado recientemente en Cali

¿Cuáles han sido los principales momentos de este proceso? 

OF: Estuvimos casi un año en un ejercicio en una interlocución con las principales plataformas que hay en Colombia y que están desarrollando iniciativas en torno a la paz, como Planeta Paz, Red de Iniciativas por la Paz, y otros procesos políticos y sociales como Marcha Patriótica y el Congreso de los Pueblos.

Hay una cosa interesante y es que la Mesa Ecuménica nace en un ejercicio de interlocución frente a todos los actores que están planteando algo frente al tema, desde la sociedad civil; no es un diálogo hacia el mundo religioso ni un ejercicio intraeclesial o meramente pastoral sino un proceso que se quiere ubicar de cara a la sociedad. En ese sentido, quisimos que la Mesa Ecuménica entrara a relacionarse con muchos de estos actores. Hicimos un ejercicio de captar por dónde iban las propuestas de todo mundo para ver por dónde nosotros, como Mesa Ecuménica, podríamos hacer un aporte. Y ahí se nos fue casi un año. 

Después de ese año vimos que era importante lanzarnos hacia una acción un poco más fuerte y decidimos convocar a un foro ecuménico nacional. Lo hicimos en mayo del 2013, al año de haber arrancado; para tratar de definir cuál podría ser el aporte de ese actor ecuménico a la sociedad colombiana frente al tema de la paz.

En el foro hicimos una gran síntesis del trabajo de interlocución que habíamos tenido el año anterior. De ahí nace la idea de profundizar el tema de la ética.

¿Cuál fue el aporte del foro?

OF: Después de que se hizo la Mesa Ecuménica se supo de los diálogos. Hicimos un ejercicio interesante: hablar con los actores de la guerra. Enviamos una carta abierta a las guerrillas, planteándoles que las iglesias estábamos también muy interesadas en que el proceso de paz avanzara, pero que pensábamos que los procesos de paz tenían que hacerse con mucha transparencia, con un ejercicio muy claro de valores para ganar una nueva etapa en la sociedad colombiana. Les preguntábamos en qué sentido podían incluir el tema de la ética en sus negociaciones. Las guerrillas respondieron y en el foro recibimos un saludo de todos los grupos guerrilleros.

También enviamos la misma carta al gobierno nacional y al gobierno local de la alcaldía. Además, el foro fue un ejercicio para identificar, como actores de fe, qué papel debemos y podemos cumplir, y, de otro lado, un ejercicio de interlocución con los actores políticos que están involucrados en la guerra y con los actores políticos que quieren la paz, para instalar en ese momento nuestra propuesta y plantear que la Mesa Ecuménica iba a estar en adelante muy presente en los procesos que se estuviesen dando.

Ecumenismo y justicia social

Entendemos el ecumenismo como una vivencia y expresión personal y comunitaria que articula las dimensiones de la fe y de la política y, por tanto, es un ecumenismo que se concreta en la práctica, en el seguimiento de Jesucristo vivido desde la opción por los excluidos, las víctimas y empobrecidos. Luego, este ecumenismo no está centrado en la discusión de las doctrinas, dogmas religiosos. Este es un ecumenismo enraizado en la realidad social atravesada por profundas rupturas injustas en el cual nos unen las opciones de vida en la construcción de una paz con justicia social. Este ecumenismo se construye principalmente desde las bases, en actitud de escucha y acompañamiento a las comunidades y en contacto y comunión permanente con las autoridades eclesiásticas de las diversas iglesias.

 

 

Un proceso nacional

La actividad se situó en el camino de preparación del Congreso Latinoamericano de Teología que tendrá lugar en Brasil, en octubre de 2015

La actividad se situó en el camino de preparación del Congreso Latinoamericano de Teología que tendrá lugar en Brasil, en octubre de 2015

¿Qué siguió después?

OF: Después del foro enviamos una religiosa y otra compañera del mundo ecuménico a La Habana, a presentar una declaración y dejar claro que lo dijéramos en público mantendría ese factor de identidad religiosa y que éramos un actor de fe.

Igualmente, vimos que la Mesa tenía que ser un proceso nacional, no solamente en Bogotá. Por eso  hace un año empezamos a construir los espacios regionales y por eso decidimos hacer el encuentro recientemente en Cali. Ahora hay equipos consolidados de la Mesa Ecuménica en las tres grandes ciudades: Medellín, Cali y Bogotá.

¿Qué significó el encuentro más reciente, realizado en Cali?

Édgar Ramírez: Nos permitió fortalecernos como actor social y prepararnos para implementar las propuestas, una de ellas tiene que ver con promover las veedurías ciudadanas. Nos pareció muy interesante que sea otro  elemento más del compromiso cristiano. No todas las iglesias se involucran con una práctica política, cercana, desde los grupos. Lo que sigue es un proceso de formación.

¿En qué consiste esta propuesta?  

OF: Colombia lleva 60 años en conflicto. Todos los que estamos aquí hemos nacido y nos hemos criado sin saber lo que es un país en paz. Vivir toda la vida en guerra genera una cantidad de implicaciones a la sociedad. 

Las veedurías están orientadas a proteger los acuerdos de paz; no son veedurías para todo. Estamos hablando de que hay unos diálogos de paz entre el Gobierno y las guerrillas; y esos diálogos de paz están encaminados a que la lucha armada en Colombia deje de existir y para que todos los grupos que están haciendo política por la vía armada pasen a la civilidad y desarrollen sus luchas políticas a través del ejercicio de la democracia. Esos acuerdos van a ser muy importantes, la función de las veedurías es protegerlos.

Teto: Miguel Estupiñán

Fotos: VNC, MEP

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