La Iglesia nigeriana clama contra un país violento e inseguro

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Los obispos nigerianos condenan “la violencia bajo cualquier pretexto y desde cualquier dirección” que sufre su país, muy especialmente cuando los autores esgrimen “de manera falsa y blasfema justificaciones religiosas de sus actos”. Al término de su Asamblea Plenaria, los miembros de la Conferencia Episcopal de Nigeria difundieron un mensaje en el que denuncian la inseguridad que vive su pueblo, víctima de “un aumento sin precedentes de crímenes violentos” y de “la alarmante nueva dimensión que están cobrando los actos terroristas organizados”, sobre todo en el noreste del país. En este sentido, recuerdan “la amenaza de Boko Haram” y “la brutalidad y crueldad” con que tantos compatriotas son “asesinados, secuestrados y mutilados”, hasta el punto de que muchas familias son obligadas a huir de sus casas y ahora sobreviven en “condiciones inhumanas”, cuando no se han convertido en esclavos o prisioneros de la organización islamista.

Bajo el título El Señor consuela a su pueblo (Is 40, 1), el texto episcopal recoge otros asuntos que son también hoy motivo de preocupación para los prelados, como el virus del ébola o el derecho a la libertad religiosa. A propósito de la enfermedad, que ya se ha cobrado más de tres mil vidas en el continente africano, hacen un llamamiento a la ciudadanía para que se realice “chequeos médicos periódicos” y aconsejan llevar un estilo de vida saludable para “contener su propagación y transmisión”. Respecto a la libertad religiosa, los pastores expresan su disposición a trabajar con otras confesiones cristianas y organizaciones religiosas para promover el diálogo y garantizar “el acceso y la seguridad en los lugares de culto”.

La jerarquía católica vio en el Sínodo sobre la Familia una oportunidad para pedir a las diócesis que “intensifiquen su atención pastoral” a este colectivo; y en la convocatoria de la II Cumbre Nacional de Educación Católica puso de manifiesto la voluntad de la Iglesia de seguir colaborando con el Gobierno en la consecución de “una educación de calidad para nuestros hijos”.

Finalmente, y de cara a las elecciones generales de 2015, el Episcopado nigeriano invita a la población a que opere “un cambio de mentalidad, inspirada en el sentido del bien común, la equidad, la justicia y la paz”.

J. L. Celada

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