Un paso contra el desempleo en Sevilla

Organismos diocesanos impulsan iniciativas para crear puestos de trabajo

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JOSÉ LUIS PALACIOS | El plan pastoral de la Archidiócesis de Sevilla para este curso recoge el compromiso de salir a las periferias de la desocupación con el reto de generar empleos que puedan devolver la dignidad a los parados. Con este fin, y por iniciativa de Cáritas Diocesana, las delegaciones de Pastoral Obrera, Pastoral Social-Justicia y Paz, Migraciones y la Fundación Cardenal Spínola de Lucha Contra el Paro, se está desarrollando la denominada Acción Conjunta contra el Paro, con el lema Ante el parado: activa tu conciencia.

El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, en la inauguración del primero de los tres encuentros diocesanos programados, insistió en que hacen falta “soluciones eficaces y duraderas para salir al paso de esta situación”, ante más de 200 personas vinculadas a parroquias, movimientos eclesiales y comunidades cristianas que acudieron al Seminario Metropolitano dispuestas a impulsar “formas de solidaridad efectiva con las personas desempleadas”.

Estos momentos, según la secretaria de la Acción Conjunta contra el Paro, Pilar Muruve, persiguen “sensibilizar a las personas y a las comunidades, pero también animar a que la gente, primero, conozca lo que se está haciendo, y segundo, ponga en marcha nuevas iniciativas contra el desempleo”. Por su parte, el delegado de Pastoral Obrera, Diego Márquez, considera que este proceso ha de servir “para encontrar respuestas a la luz del Evangelio hasta llegar a nuevas concreciones e imaginar proyectos que aún ni siquiera conocemos”.

El director de Cáritas de Sevilla, Mariano Pérez de Ayala, ha anunciado a esta revista que su organización prepara ya dos nuevas iniciativas que podrían llegar a crear 70 puestos de trabajo. “Antes del próximo verano, vamos a impulsar una cooperativa de agricultura ecológica y una empresa de inserción que ofrecerá servicios de fontanería, carpintería, electricidad, informática…”.

El amigo de Bergoglio

Marcelo Villarreal, delegado de la Federación de Cartoneros y Recicladores de Argentina, fue invitado a este encuentro para contar su peripecia vital. Le llaman “el cartonero que conoció a Bergoglio”, aunque él se presenta como “un mensajero de esperanza”. “Hay que organizarse, reunir apoyos y defender la propia dignidad”, explica este trabajador, que luce orgulloso su uniforme de reciclador, aunque confiesa que “al principio fue muy duro andar rebuscando en la basura”. Pero en la Argentina del 2001, “nadie te ofrecía un empleo, así que había que inventárselo”, dice. Eso fue lo que hizo, con cientos de compañeros, que tuvieron que enfrentarse a los intereses de las empresas de recogida de basuras, de la policía y del Ayuntamiento. Juntos vencieron resistencias y ganaron apoyos, como el de un inquieto cardenal que luego sería Papa. “Bergoglio fue nuestra voz en la ciudad de Buenos Aires. Venía a hacer las misas con nosotros, por las noches. Aparecía en cualquier momento, no paraba de llamar por teléfono. Se hizo amigo de nuestra causa”, rememora.

En el nº 2.921 de Vida Nueva

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