Cuando los títeres también hablan de Dios

Valiván evangeliza a la infancia

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MARÍA PÉREZ | Cuando Iván Olguín y Valeria Mesina decidieron consagrar sus vidas a la Virgen María pidiéndole “no trabajar en otra cosa que no fuera evangelizadora”, todavía no sabían dónde se metían. “Alguna vez Iván me lo ha reprochado, porque se ha cumplido”, ríe Valeria. Hoy, este matrimonio chileno es, junto a sus cuatro hijos (Jaime, María, José y María Valeria), los dueños de la empresa Valiván. Una familia al completo dedicada en cuerpo y alma –nunca mejor dicho, pues tan importante es el resultado material como el espiritual– a hacer el Evangelio más entretenido.

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La historia de los Olguín Mesina nace de un sueño. “De un sueño un poco romántico y titiritero”, cuenta a Vida Nueva el padre de familia, Iván, hombre sereno y reflexivo en quien se palpa que el paso de los años no le ha hecho perder ni un ápice de su ilusión. “El que es titiritero de corazón tiene una especie de instinto que le lleva a soñar con recorrer los pueblos, las carreteras…”.

Valeria e Iván (de ahí Valiván) comenzaron a trabajar en Barrio Sésamo realizando stop motion (animación de objetos), plastilina animada… “Trabajar con los americanos nos hizo capacitarnos mucho para lo que estamos haciendo ahora. Ellos tienen muchísima experiencia en programas infantiles”, explica Valeria. Su tono cálido y pausado reconforta, mete en la historia y, sobre todo, amansa a las fieras –cuatro hijos creativos, artistas e imaginativos no son moco de pavo–.

“Nos dimos cuenta de que la televisión era un medio imprescindible para poder evangelizar, ya que el mismo medio estaba desevangelizando. Teníamos que revertir esa tendencia”, comenta Iván. Así empezó Valiván. No sin antes dejarlo todo en manos de la Virgen. “Nos consagramos a la Virgen María a través de la Alianza de Amor de Shöenstatt –relata ella–, y cuando uno la hace, entrega todo lo que le interesa a la mater. Nosotros entregamos el trabajo y, a petición mía, le pedimos especialmente que no nos dejara trabajar en otra cosa que no fuera la evangelización”.

La Virgen “cumplió su palabra”

en vivo22Y si bien la vida les ha llevado por distintos senderos, “la Virgen ha cumplido su palabra”. Trabajaron en productoras audiovisuales, en anuncios comerciales, en editoriales… “Aprendizaje, en definitiva. Todo lo que ahora ponemos al servicio de la evangelización lo aprendimos en aquella época”, dice Iván; al tiempo que el resto de miembros se iban incorporando al negocio familiar. “Nunca dejamos el camino evangelizador –continúa–, sino que estuvimos aprendiendo, soñando, madurando proyectos a futuro”. Uno de los cuales es La Casita sobre la Roca, programa de gran éxito que desde hace ocho años producen para el canal católico estadounidense EWTN.

La Casita sobre la Roca cuenta en forma de parábola las andanzas y vericuetos de fray Juan (interpretado por el hijo mayor, Jaime), junto a sus amigos Renata (el títere de una niña pequeña al que pone voz María Valeria), la rana Leopoldo (voz de José, el tercer hermano) y el ratoncito Tim (Jaime).

Artículo íntegro para suscriptores en el nº 2.921 de Vida Nueva

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