La humanización en salud, tarea inaplazable

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El mensaje del Congreso Latinoamericano de Pastoral de la Salud

El 31 de octubre y el 1° de noviembre se llevó a cabo en Bogotá un congreso latinoamericano sobre pastoral de la salud y humanización. La actividad fue organizada por el Centro Camiliano, en asocio con el Departamento de Justicia y solidaridad del CELAM.

Son ya 20 años de trabajo mancomunado entre ambas instituciones. Participantes provenientes de 15 países, entre ellos representantes de 25 diócesis a nivel de Colombia, asistieron a esta “celebración de la vida eclesial”, en palabras de Isabel Calderón. El objetivo de las jornadas de trabajo fue reflexionar sobre la dimensión político institucional de la pastoral de la salud, identificando posibles estrategias de intervención a partir de la humanización, la ética y la bioética.

Salud y equilibrio

Y es que, en efecto, la humanización en salud es una tarea inaplazable. Así lo sostuvo José Carlos Bermejo en su ponencia. Según el religioso camilo, se reduce la medicina al biologismo y se deja por fuera lo emocional y lo relacional. Este rezago afecta también a los agentes de pastoral. En un tiempo en que se olvida la medicina basada en la afectividad, se hace urgente desarrollar no solo competencias profesionales sino también habilidades comunicativas y de encuentro.

La cultura, la política y la economía deben humanizarse si se quiere humanizar la salud. “Hay hospitales inhóspitos, que parecen cárceles, laberintos”, señaló el religioso. Una pastoral de la salud comprometida con la esperanza debe emprender también procesos deliberativos con relación a los conflictos éticos que surgen en la labor médica. “No somos padres de la verdad”, afirmó Bermejo. Y, a su parecer, hay discursos teológicos que ya no son válidos, como aquella visión del dolor que impone el sufrimiento a toda costa. 

Así pues, el ámbito relacional debe volver al centro de la formación de los nuevos profesionales y agentes en salud, con el fin de que haya cada vez más armonía entre los conocimientos, las actitudes y las técnicas relacionales. “Yo creo que el perfil saludable sería allí donde hay cierto equilibrio entre saber, saber hacer, saber ser e integración de la propia vulnerabilidad”, señaló José Carlos Bermejo.

La afirmación de la vida

La salud es afirmación de la vida y como tal tiene que ver con la subjetividad, la espiritualidad, la convivencia, la cultura del reconocimiento de lo diferente, de la alegría y de la fiesta. Es también la convivencia respetuosa con la naturaleza: la vivencia de la relación con la tierra como madre de la vida y como casa y medio ambiente de todos los seres (Guía para la pastoral de la salud, n. 6).

Más corazón en las manos

Leocir Pessini se refirió a la espiritualidad en el arte de cuidar. En toda búsqueda de salud nos encontramos con una nostalgia de salvación. La espiritualidad camiliana atiende a esta realidad y a se aproxima al doliente con amor y acogida incondicional. Así reencuentra elementos de tradición presentes en distintas religiones: el cuidado de la vida, la centralidad del amor, la apertura a un sentido último en la experiencia humana, entre otros. 

En 1994 el CELAM encargó a los Religiosos Camilos coordinar la pastoral de la salud en Latinoamérica y el Caribe. El Centro Camiliano trabaja actualmente por recuperar el respeto por la dignidad y sacralidad de la persona humana, la asistencia integral al enfermo y su familia, la formación humana y ética de los trabajadores de la salud y el compromiso gratuito y voluntario de los laicos al servicio de los enfermos. El congreso realizado en días pasados es una entre muchas actividades lideradas por la institución. Uno de sus logros ha sido profundizar una visión de la pastoral que va más allá de la atención al enfermo y asume el trabajo de descubrir la complejidad del escenario médico. Esta visión está plasmada en la guía para la pastoral en la salud en América Latina y el Caribe, un trabajo que recoge el proceso adelantado en el continente y lo vincula armónicamente con el llamado que se hace a los agentes de pastoral de ser discípulos misioneros al servicio de la vida.

Texto: VNC 

Foto: Centro Camiliano

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