Víctor Manuel Fernández: “Las estructuras caducas se resisten al cambio”

Arzobispo rector de la Pontificia Universidad Católica de Argentina

File photo of Archbishop Fernandez leaving concluding session of extraordinary Synod of Bishops at Vatican

NICOLÁS MIRABET. BUENOS AIRES | Víctor Manuel Fernández se ha ganado el lugar de “el teólogo de confianza de Bergoglio”. Su sencillez pastoral y su gran capacidad intelectual fueron características que el entonces cardenal valoró enormemente mientras fue gran canciller de la Universidad Católica Argentina. Sin duda, esto ha llevado al ahora papa Francisco a convocarlo a participar del Sínodo para la Familia, formando parte de la Comisión para el Mensaje.

Víctor Manuel Fernández: “Las estructuras caducas se resisten al cambio” [íntegro suscriptores]

PREGUNTA: ¿Cómo vio al papa Francisco durante el intenso trabajo del Sínodo?
entrevista4RESPUESTA: Lo vi con una inmensa paciencia para escuchar sin intervenir. Si bien el clima del Sínodo en general fue bueno, algunas intervenciones parecían amenazantes, como dando a entender que se estaba corriendo el grave riesgo de caer en un peligroso relativismo. Pero donde hubo cierta violencia fue afuera del Aula, en los pasillos y en la calle. Allí algunos cardenales (muy pocos, no más de cinco) detenían a otros miembros del Sínodo para decirles que tuvieran cuidado con su conciencia, que estaban poniendo en riesgo la unidad de la Iglesia, e incluso que debían pensar frente a Dios lo que iban a votar. Yo fui testigo de una escena lamentable de falta de respeto hacia un sacerdote, y supe por narración directa que algunos cardenales latinoamericanos fueron abordados para reclamarles que tuvieran mucho cuidado. Sé que no tiene sentido escandalizarse, pero hay que reconocer que esto está lejos del estilo del papa Francisco y que estas actitudes le provocan un especial rechazo. Él solo se ha referido delicadamente y de modo tangencial a esas actitudes en el breve discurso final, donde también reafirmó su autoridad papal para disipar toda duda. En sus últimos años como cardenal, tanto él como otros obispos latinoamericanos sufrieron tratos no siempre amables de parte de algunos curiales en Roma, aunque siempre destacaron la bondad y la calidad humana del cardenal Ratzinger y luego del papa Benedicto XVI. Por eso, digo que ha sido muy paciente, como lo es siempre, porque a un año y medio de su elección no ha optado por rodearse solo de gente que goza con su estilo y con su pensamiento, y aún ha tenido la generosidad de invitar al Sínodo a personas con acentos muy diferentes a los suyos.

P: ¿Qué le impactó más de su persona?
R: En realidad, eso es todo lo que puedo decir, porque el Papa solo escuchó. Confirmo esto porque yo integré la Comisión que redactó el Mensaje y luego fui incorporado en la Comisión para la Relatio Finalis. Esto me permitió tener un trato directo con las autoridades del Sínodo, que en diversas ocasiones se refirieron a la libertad que les daba el Papa. Algunos de los borradores contenían imprecisiones, pero él prefería que fueran corregidas dentro del mismo proceso participativo del Sínodo.

Artículo íntegro para suscriptores en el nº 2.919 de Vida Nueva

Compartir