El catolicismo, sin monopolio religioso en América Latina

Según el PEW Research Center, baja un 23%, mientras el protestantismo crece un 15%

Salvadoran prays during Mass in El Salvador

LARA MARTÍNEZ (NUEVA YORK) | Pese a albergar 425 millones de católicos –casi el 40% del total de la población católica mundial– y contar, por primera vez en su historia, con un papa de la región, América Latina, “el continente de la esperanza” –según san Juan Pablo II– es cada vez menos católica: el número de fieles ha disminuido más de un 20%, según informa el PEW Research Center de Washington (EE.UU).

Su último estudio, que analiza afiliación, creencias y prácticas religiosas en 18 países de América Latina y el Caribe, revela que, de 1970 a 2014, los latinoamericanos que se identifican como católicos han pasado de representar el 92% de la población al 69%. “América Latina ya no tiene un monopolio de la religión. El 84% de las personas encuestadas afirmaron que fueron criadas bajo la fe católica, y la mitad o más dicen que fueron bautizados como católicos; sin embargo, un 19% se han convertido al protestantismo y antes esta proporción era del 4%”, asegura a Vida Nueva Juan Carlos Donoso, investigador asociado de Religión y Vida Pública en el PEW.

Asimismo, las personas sin afiliación religiosa –ateas, agnósticas o sin una religión concreta– representan el 8%, mientras que el 4% restante incluye a los testigos de Jehová, mormones, musulmanes, hindúes, judíos, espiritistas y seguidores de las religiones afroamericanas. “La exclusividad de que gozaba la Iglesia católica en ciertos países y regiones comienza a diluirse y su voz pasa a ser una entre otras muchas. Esto ha provocado una tensión que lleva a algunos a tratar de recuperar el pasado; y a otros, a reformular el lenguaje de la fe desde un mundo multicultural y pluricéntrico”, informa el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

El descenso más significativo de católicos se registró en Centroamérica, sobre todo en Honduras, donde se redujo del 94% al 46% actual, mientras que Brasil es el país con mayor número de protestantes. A diferencia de Paraguay, que cuenta con mayor porcentaje de católicos, con un 90%, seguido de México (81%). Si bien Uruguay es el menos católico de la región, con apenas un 42% de la población, este dato no significa que el protestantismo esté más extendido (15%), sino que cerca del 37% no poseen afiliación religiosa. “El secularismo queda reflejado en las políticas públicas adoptadas. Uruguay legalizó el matrimonio gay en agosto del año pasado, hay una discusión en el Senado sobre la legalización del aborto y también está permitido el uso de la marihuana”, afirma Donoso.

Razones del abandono

En cuanto a las razones que han motivado a los latinoamericanos a abandonar la Iglesia católica, la más citada es la “búsqueda de una conexión personal con Dios. Muchos excatólicos nos respondieron que buscaban una Iglesia que ayudara más a sus miembros, o que querían una religión que hiciera más énfasis en vivir una vida moral”, explica Juan Carlos Donoso.

Print

En América Latina, los protestantes pertenecen a un grupo diverso de iglesias independientes, entre las que destaca la Evangélica. Jorge Machado, director ejecutivo de la Confraternidad Evangélica de Honduras, explica en declaraciones a Vida Nueva que “el latinoamericano, a diferencia del ciudadano de otras latitudes, debe enfrentar diariamente tanta desigualdad socioeconómica, inequidad, pobreza, inseguridad y problemas políticos que se ha visto en la necesidad de buscar más de Dios… y, para hacerlo, se ha dado cuenta de que existe un camino directo y personal, que le permite mantener una relación más íntima”. A este respecto, el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Carlos Aguiar Retes, declaró durante el Sínodo que “esta es una crisis propia del tiempo, y el Papa con gran insistencia nos está diciendo que tenemos que salir a todos los ámbitos, a todas las realidades, tenemos que estar”.

No deja de ser significativo el hecho de que la mayoría de los conversos al protestantismo lo hicieran antes de sus 25 años. “La Iglesia católica ha ofrecido por siglos una estructura, una liturgia y una tradición que conforman una religión para llegar a Dios, mientras que la Evangélica está ofreciendo un camino más directo; no una religión, sino una relación con Dios”, asevera Machado, que reconoce que el evangelismo también tiene un punto débil en la región: “No tenemos una estructura jerárquica vertical ni a nivel nacional, ni internacional, esto hace que la Iglesia aparentemente se divida cuando en verdad se multiplica”.

Sobre las reformas impulsadas recientemente desde el Vaticano, el análisis del PEW indica que más del 80% de los católicos encuestados creen que el Papa representa un gran cambio y que algunas de las enseñanzas deberían revisarse. Por ejemplo, una media del 66% de los católicos considera que se debería permitir la utilización de métodos anticonceptivos, concretamente en Chile, Venezuela, Argentina y Uruguay, aproximadamente ocho de cada diez católicos están a favor. También existe un apoyo generalizado a consentir el divorcio. Todo lo contrario que con la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo. “Solo en Uruguay (62%), Argentina (52%) y México (49%) se encuentran a favor”, puntualiza Donoso.

Print

Además, el informe resalta que, en temas de moral sexual, los católicos son “más liberales” que los protestantes. Así, son más los evangelistas que se oponen al matrimonio entre personas del mismo sexo. Por ejemplo, en Uruguay, un 59% se muestra a favor de la legalización del matrimonio homosexual, opción que solo es respaldada por un 35% de los protestantes. Respecto al sacerdocio, los católicos de América Latina están más divididos. En todos los países encuestados, un promedio del 48% piensa que los sacerdotes deberían poder casarse.

Los retos del catolicismo se extienden a la frontera norte del continente americano, donde la comparación de estudios realizada con los católicos latinoamericanos residentes en los Estados Unidos, aproximadamente 54,1 millones, muestra que “la mayoría son católicos, pero la gran diferencia –dice el estudio– es que el 50% de los excatólicos son protestantes y la otra mitad no poseen afiliación religiosa, mientras que en América Latina ha descendido el catolicismo pero no la religiosidad”.

En el nº 2.919 de Vida Nueva

Compartir