Contar vidas y no votos

Miles de personas claman en Madrid contra la retirada de la reforma de la ley del aborto

MANIFESTACION CONTRA LEY ABORTO

MARÍA PÉREZ | El pasado sábado 22 de noviembre, miles de personas –60.000 según la Policía Nacional, casi un millón y medio según datos de la organización–, salieron a las calles de Madrid para pedir al Gobierno que no renuncie a derogar la vigente ley del aborto. Convocada íntegramente por más de 140 asociaciones civiles, la petición era unívoca: una llamada clara a cumplir las promesas.

La alegría de la vida en las calles de Madrid. Ese es el balance que muchos de los manifestantes entrevistados por Vida Nueva hacen del 22-N. “El ambiente festivo y alegre muestra que hay otra forma de estar presentes en las calles como opinión publica”, explica Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia. “Ahora le toca mover ficha al presidente [Rajoy]. En una democracia normal, un clamor como el del 22-N tendría una respuesta por parte del Gobierno. Pero en España tenemos una democracia singular y atípica”.

Por su parte, la directora general de Red Madre, Amaya Azcona, se muestra satisfecha con los resultados de esta marcha: “Un éxito de convocatoria, vinieron muchos ciudadanos y no solo de Madrid, sino de toda España”. Azcona adelanta, además, cuál es el siguiente paso: “La próxima manifestación ya la hemos fijado para el 14 de marzo. Mientras, seguiremos hablando en los medios de comunicación, hablando bien de la vida, mostrando al no nacido como el ser humano que es y dando apoyo a las madres que acudan a nosotros”.

“Los políticos hablan, pero nunca escuchan”, sentencia Conrado Giménez Agrela, presidente de la Fundación Madrina. “Son como empresas de márketing que juegan a mantener el voto para mantenerse en el poder”. Esta asociación, que ha denunciado ante diversos organismos internacionales como la ONU o la Unión Europea la “discriminación maternal” que sufre la mujer, afirma que “la maternidad está muy perseguida en muchos entornos (social, laboral, institucional, educativo…), y las madres lo que necesitan es lo que menos se les da: ayuda económica de los gobiernos”. A pesar de todo, en la Fundación Madrina tienen claro por qué luchan: “Estos niños son las piedras que desechan los arquitectos modernos, pero Dios tiene grandes planes para ellos”.

También el presidente de +Vida, Álvaro Ortega, dice que son cada vez más los jóvenes comprometidos con la defensa de la vida: “En 2010 parecía que el aborto era un tema que no interesaba a nadie, pero, gracias a la movilización social y a las nuevas asociaciones nacidas de este clamor, la sociedad, sobre todo los jóvenes, se está dando cuenta de qué es el aborto”.

Respecto a la posibilidad de materializar esta protesta en un partido político de cara a las elecciones del próximo año, las asociaciones provida prefieren quedarse al margen. Lo explica Amaya Azcona, de Red Madre: “Nosotros formamos parte de la sociedad civil, como ONG solo entramos en la esfera política en la medida en que reclamamos a los partidos políticos la derogación de esta ley; pero –parafraseando a Benigno Blanco– cuando se deja un hueco, ese hueco se acabará llenando”.

Medias tintas

El pasado mes de septiembre, el Ejecutivo retiró por falta de consenso –tanto interno en el PP como externo– el anteproyecto redactado por Alberto Ruiz-Gallardón que pretendía reformar la actual legislación sobre el aborto aprobada en 2010 por el PSOE. Esta retirada trajo la renuncia de Gallardón como ministro de Justicia tras 30 años de carrera política. “Me da asco”, fueron las últimas palabras pronunciadas sobre el aborto por el exministro, durante su intervención en el Congreso Católicos y Vida Pública (ver VN, nº 2.918).

Rafael Catalá, sustituto de Gallardón al frente de Justicia, ya ha anunciado los tres frentes que actualmente tiene abiertos el Gobierno en esta materia. “En torno a fin de año” se reformará la actual normativa “para asegurar que las menores necesiten del consentimiento paterno para interrumpir el embarazo”, ha afirmado el ministro. Mientras tanto, “estamos preparando un plan de apoyo a la familia, de tal manera que ninguna mujer tenga que tomar una decisión en torno a un aborto por motivos económicos, laborales o de conciliación de su vida personal y laboral”. Pero, respecto al grueso de la ley, “estamos trabajando para tener un consenso”.

En el nº 2.919 de Vida Nueva

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