“La retirada de la ley del aborto me da asco”

Ruiz-Gallardón reaparece tras su dimisión en el Congreso Católicos y Vida Pública, que abordó el Sínodo de la Familia

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JOSÉ BELTRÁN. FOTO: ONCEU | “Me da asco”. Fueron las últimas palabras de la intervención de Alberto Ruiz-Gallardón en la apertura del Congreso Católicos y Vida Pública (La familia siempre: desafíos y esperanza), que se celebró en Madrid entre el 14 y 16 de noviembre, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU. Durante la hora y cuarto que duró su exposición, el ex ministro de Justicia se había mostrado contundente pero diplomático ante cualquier referencia a su dimisión tras la retirada de la reforma de la ley del aborto. “Es la primera vez que hablo y probablemente la última”, apuntó. Incluso reconoció que “soy muy responsable de muchas de las cosas que voy a criticar en mi exposición”. Pero llegó el turno de preguntas.

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Y al ser preguntado por los posibles motivos electoralistas que llevaron al traste con su proyecto legislativo, respondió que “me da igual, no me importa que haya sido porque lo haya promovido un lobby económico o porque alguien haya podido pensar que es un beneficio electoral, es lo de menos”. De la misma manera, explicó que “ni uno solo de los motivos que se pueden imaginar” se antepone al “deber moral de cualquier ser humano de defender la vida de sus semejantes”. Y remató con ese “lo único que me da es asco, no me importa”, que suena a desahogo, más que a titular.

Antes de poner ese punto y final, urgió al Gobierno a modificar los dos aspectos que considera de “gravedad” de la actual ley: la ausencia de permiso paterno para que las menores aborten y la discapacidad como causa para provocar la interrupción del embarazo. Además, Gallardón dibujó un minucioso panorama de la familia, no solo en España sino en todo el Viejo Continente, advirtiendo de los bajos índices de natalidad, el aumento de los matrimonios rotos, la violencia estructural que sufre la mujer, la falta de ayudas a la maternidad… Y de “la quiebra del Estado de bienestar” que conlleva. “Alguien pensará que soy un catastrofista, pero es la realidad”, reflexionó, si bien reconoció que “nada ha podido acabar hoy por hoy con la familia. La familia es indestructible”.

Artículo íntegro para suscriptores en el nº 2.918 de Vida Nueva

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