‘Diplomacia’: el arma de la oratoria

 

J. L. CELADA | Dos hombres frente a frente en un lujoso hotel parisino. Un diplomático sueco y un militar alemán. Las palabras contra las balas. Entretanto, afuera, las huestes de Hitler aguardan la orden para reducir a cenizas la capital francesa. La escena nos traslada a la noche del 24 al 25 de agosto de 1944, cuando los nazis, acosados por el avance aliado, se disponían a escribir a sangre y fuego un nuevo capítulo en la trágica historia contemporánea de Europa: si nadie lo evitaba, la Ciudad de la Luz correría la misma suerte que Varsovia, o que Berlín y Hamburgo bajo los bombardeos enemigos..

¿Quién y cómo obró el milagro de que ese despiadado plan se quedase solo en un mal sueño? La respuesta la tiene el veterano Volker Schlöndorff en Diplomacia, adaptación de la obra teatral de Cyril Gely a la que prestan su rostro, su voz y su oficio dos contrastados intérpretes, que ya tuvieron ocasión de representar sobre las tablas este mismo episodio. Y eso se nota. Mucho más, sin duda, que la mano del director de El tambor de hojalata (1979), pese al interés por la II Guerra Mundial que ha venido demostrando a lo largo de su trayectoria.

« DIPLOMATIE » Un film de Volker SCHLÖNDORFFGracias a la presencia de dos actores de raza como André Dussollier y Niels Arestrup (premiado en la última Seminci vallisoletana), asistimos a una batalla dialéctica que esgrime armas bien distintas a las que emplean ambos bandos no lejos de allí. La ironía se cuela entre las reiteredas invitaciones a la cordura, la locuacidad de su oratoria ahoga el tronar de los disparos, la búsqueda de empatía (“¿qué haría usted en mi lugar?”) siembra de dudas el asalto final a la férrea defensa del oponente…

Este cara a cara entre el cónsul y el general se sobrepone a una puesta en escena poco afortunada (por temor a una excesiva teatralidad, el realizador germano alterna interiores y exteriores, el color y el blanco y negro de archivo…, en un recurso tan inútil como fallido), para proponer un intercambio de golpes verbales con algunos de los argumentos –a favor y en contra– que entran en juego, mientras el conflicto saca a relucir lo mejor y lo peor de cada cual. Por boca de sus personajes, Schlöndorff nos habla entonces de conciencia y de moral, de venganza y de remordimientos, de la embriaguez de la victoria y de la humillación de la derrota, del poder de destruir o de edificar, de la legalidad de una orden, de cómo distinguir un crimen de un “acto de guerra”, de cuándo la obediencia deja de ser un deber…

De esta lección de Diplomacia, impartida por quien se considera “hijo de la reconciliación europea”, nos queda la feliz noticia de que las generaciones venideras hayamos podido seguir “viendo amanecer en París”. También una película interesante. Aunque, como la metrópoli donde transcurren los hechos, rescatada de entre los escombros donde yacen tantas producciones del género bélico por la feliz intervención de dos nombres a la altura del papel que encarnan.

 

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Diplomatie.

DIRECCIÓN:Volker Schlöndorff.

GUIÓN:Volker Schlöndorff y Cyril Gely, sobre la obra teatral de este último.

MÚSICA:Jörg Lemberg.

FOTOGRAFÍA:Michel Amathieu.

PRODUCCIÓN:Marc de Bayser, Frank Le Wita.

INTÉRPRETES: André Dussollier, Niels Arestrup, Burghart Klaußner, Robert Stadlober, Charlie Nelson.

 

En el nº 2.918 de Vida Nueva

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