“No podemos permanecer indiferentes”

La Asamblea General de CONFER acoge la invitación de Francisco de “ir a la otra orilla” y en comunión

JOSÉ LORENZO | FOTOS: SERGIO CUESTA. Un espacio para orar, reflexionar, compartir y vivir la comunión”. Así definía Vicente Jiménez, presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, la XXI Asamblea General de CONFER, en la jornada inaugural, el pasado día 11 en Madrid. Una constatación que llenó de alegría a los 300 superiores y superioras que se habían dado cita para reflexionar durante tres jornadas bajo el lema Vayamos a la otra orilla, en respuesta a la invitación lanzada por el papa Francisco en su exhortación Evangelii gaudium.

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Instantes antes, había sido el nuncio Renzo Fratini –que presidió también la eucaristía– quien agradecía “muy vivamente” el signo “de cercanía y filial comunión” que significaba el haber sido invitado a compartir con la Vida Consagrada su cita anual más importante. Pero hubo otros signos más que apuntalaban esa sensación de cambio de ciclo, como la asistencia también del presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez, a una de las sesiones, la visita del nuevo arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, para saludar a los superiores y superioras, o la presencia en las jornadas de los obispos Jesús Sanz, Eusebio Hernández o Manuel Sánchez.

En su intervención, el presidente de CONFER, Luis Ángel de las Heras, quiso subrayar que, con su presencia y ministerio, los pastores “enriquecen la comunión eclesial”. Algo que, como diría más adelante, afianza la creencia de los religiosos y religiosas de que “la misión es tarea que compete a todos, en una Iglesia de comunión”, y de que “nos estamos solos ni debemos ir solos”.

Al abordar ya la invitación a ir a la otra orilla, reconoció que esta llega cuando “humanamente no parece el mejor momento”, pues, “aquí y ahora, somos menos y mayores”. Sin embargo, no se rechazó la llamada. “La otra orilla apremia desde el amor de Cristo”, afirmó el religioso claretiano, y “la misión encomendada nos invita a despertar, a movilizarnos, con fe abandonada en el amanecer del Reino”.

Al analizar la situación de la Vida Religiosa en estos tiempos –y apoyándose en santa Teresa de Jesús–, apuntó que, además de recios, “son complejos”. “Por ello, aunque nos proponemos ser sencillos como palomas, no debemos ser simples. Seguimos viviendo en un mundo de guerras, de hambres, de violencias. Seguimos en tiempos de desgracias, que intentamos alejar cuando nos incomodan o nos ponen en peligro. Tiempos del ébola, que estaba lejos y nos ha tocado muy cerca, porque la Vida Religiosa se había acercado como lo ha hecho con tantas realidades socialmente intocables y marginadas”.

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El Papa a los religiosos: “Creced mediante la atracción”

“Ante el testimonio de un hermano o una hermana que vive plenamente esa vida [religiosa], la gente se pregunta: ‘¿Qué pasa aquí?’, ‘¿qué lleva a esta persona más allá del horizonte mundano?’. Esto es lo primero; ayudar a la Iglesia a crecer a través de la atracción. Sin necesidad de hacer prosélitos: atracción”. Así se dirigía, el pasado 7 de noviembre, Francisco a los miembros de la Conferencia Italiana de Superiores Mayores, a los que recibía esa mañana en audiencia. Al centenar de representantes, el Papa los invitó también a “descentrarse”. “Todo carisma –les señaló–, para vivir y ser fructífero, está llamado a descentrarse, para que en el centro esté solo Jesucristo. No hay que guardar el carisma como una botella de agua destilada. Hay que hacerlo frcutificar con coraje, confrontándolo con la realidad actual, con las culturas, con la historia, como nos enseñan los grandes misioneros de nuestros institutos”.

Artículo íntegro para suscriptores en el nº 2.917 de Vida Nueva

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