César Franco: destino Segovia

“Comparto la indignación por todos los escándalos de la corrupción”, asegura

JOSÉ BELTRÁN | FOTO: IGNACIO ARREGUI. Segovia tiene nuevo obispo: César Franco. A las 12 en punto del pasado miércoles, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, comunicaba la decisión del papa Francisco a la Curia congregada en la calle Bailén. Lo hizo justo antes del rezo comunitario del ángelus, costumbre que se ha mudado con él desde Valencia y un gesto que permite comprobar la distensión con la que ha sido recibido en su nuevo destino. Desde la Santa Sede no quieren demorar los cambios episcopales en España y se busca que los períodos de transición y sedes vacantes se reduzcan. Es el caso de Franco, que tomará posesión el 20 de diciembre, sucediendo a Ángel Rubio, que envió su carta de renuncia tras cumplir 75 años el 18 de abril. Este, desde Segovia, expresó su agradecimiento, así como su alegría, porque –según dijo– está, “entre otras cosas, un poco cansado”.

César Franco: destino Segovia [extracto]

“Para esta Diócesis de Madrid no tengo palabras. Esta Iglesia es mi madre. La vida de esta diócesis ha estado ligada a mi familia y a toda mi trayectoria –solo salí de ella para estudiar en Jerusalén–, doy gracias al Señor por todos los lugares por los que he pasado y las personas que me han acompañado”, señaló Franco tras recibir un aplauso y mostrarse agradecido a todos los obispos con los que ha trabajado en Madrid, desde Tarancón a Suquía, y especialmente a “la confianza depositada” por el cardenal Rouco Varela. Con cariño recordó también a Alberto Iniesta, “que siempre que me ve en la televisión me llama y me felicita por mis intervenciones”.

Tanto en este primer saludo como en su posterior comparecencia ante la prensa, Franco pidió perdón “por mis pecados. Tengo fallos y debilidades, unos más notables que otros”, y subrayó que “no tengo a nadie por enemigo”. De igual modo, aseguró no tener un programa concreto para Segovia. “Mi plan es el de Ángel Rubio, que seguiré fielmente. No pienso hacer otra cosa que conocer a la gente y ponerme a su disposición”, dijo, si bien mostró su preocupación por la presencia de un solo seminarista en la región: “Si algo tengo que tomar con empeño, ilusión y alegría es la pastoral vocacional”.

También se comprometió a llegar a las periferias, objetivo marcado por el pontificado de Francisco: “No me pongo medallas, pero desde que soy cura estoy en las periferias. No sé cuáles son las de Segovia, pero habrá ancianos con dificultades, inmigrantes… Allí estaré”. En esta línea, elevó su oración “para que tengamos la suerte de hacer una sociedad más limpia. Comparto la indignación por todos los escándalos de la corrupción, porque deteriora al ser humano y, con ello, a la sociedad”.

“Indigno de asumir esta nueva tarea, aunque confiado de la ayuda de Cristo”, lo cierto es que ya demostró su capacidad organizativa como coordinador de la JMJ de Madrid. De entonces se lleva “el convencimiento de que los jóvenes son receptivos al Evangelio y capaces de seguir a Jesucristo”.

“Damos gracias a Dios por este anuncio del Papa”, explicó Osoro al dar a conocer la noticia, para recordar a renglón seguido que “la tarea de un obispo es hacer lo que ha hecho el Señor: salir a los caminos, encontrarse con las personas y reintegrar a los hombres en la sociedad. Y todo, sin buscar agradecimientos, como hizo el Señor”. Con esta premisa, mientras Osoro da forma al nuevo gobierno diocesano, aquellos que formaron parte del equipo del cardenal Rouco conocen sus nuevos destinos. Si Juan Antonio Martínez Camino se encuentra realizando tareas pastorales en América a la espera de órdenes de Roma, Fidel Herráez trabaja mano a mano con el arzobispo para darle a conocer el engranaje de la archidiócesis. El purpurado continúa en el Colegio Español de Roma y desde allí se comunicó con Franco antes de conocerse su destino: “Me ha dicho que reza por mí. Entre nosotros hay una comunión de afecto y fraternidad”.

En el nº 2.917 de Vida Nueva

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