El teólogo presentó ayer en Madrid su proyecto “Grupos de Jesús”
Jesús, en el centro. Es el empeño de José Antonio Pagola. “Mi objetivo es modesto y práctico: encender algo del fuego que Jesús ya había prendido”. Con esta premisa, el teólogo se presentó ayer ante una audiencia que llenaba la parroquia de Nuestra Señora del Pilar en Madrid con motivo de la presentación de su proyecto “Grupos de Jesús” (PPC, 2014). Durante algo más de una hora se adentró en la necesidad de “convertirnos a Jesucristo” como única vía para “salvar a esta Iglesia”.
Al contemplar la realidad actual, a Pagola se le acumulaban las preguntas: “¿Puede el cristianismo actual encontrar hoy el vigor necesario para volver a Jesús? ¿Es posible reaccionar ante tanto desencanto en la Iglesia? ¿Es demasiado tarde?”. Con estas cuestiones de fondo, apreció que “aunque el papa Francisco haga reformas en el Vaticano, la Iglesia de Madrid depende de los que estamos y de los que estáis aquí”. En esta misma línea, subrayó que “esta conversión a Jesús no es algo que sólo le tenemos que pedir a la jerarquía o a un sector de la Iglesia. Somos nosotros los que tenemos que movilizarnos para crear urgentemente una conversión sostenida”. El que fuera vicario general de la diócesis de San Sebastián con José María Setién, fue más allá y aseguró que “cuando vemos que la compasión no es un principio de actuación y los últimos no son los primeros, eso no es un asunto de una reforma del Papa. Es necesaria una purificación y una conversión sin precedentes en el corazón de la Iglesia”. Además, se lamentó de que “la Iglesia está perdiendo poder de atracción y no tiene fuerzas para retener a los que estaban dentro”. Convencido de que “Dios nos está preparando para una Iglesia más vulnerable y humilde, menos poderosa”, el sacerdote vasco insistió en que “no estoy pensando en que nos echemos la culpa los unos a los otros, así no avanzamos al Evangelio”.
De la misma manera, rechazó que el camino sea “dejar recetas a las generaciones futuras”: “Necesitamos reavivar la primera experiencia fundante. Se necesitarán reformas litúrgicas, innovación en lo pastoral… Pero se necesita una conversión a un nivel más profundo”. Para ello, una y otra vez, Pagola insistió en la necesidad de “vivir una calidad nueva en nuestra relación con Jesús, que no se pierda la memoria del Hijo de Dios encarnado”. Es el encuentro, el contacto directo con las palabras de Jesucristo, el pilar para dar un vuelco a esta situación. De ahí, la propuesta de José Antonio Pagola de crear estos grupos “para despertar en la gente más sencilla el deseo del Evangelio. Si el Pueblo de Dios se hace con el Evangelio, nos puede arrastrar. En medio de una sociedad corrupta y desconcertada, el estilo de vida de Jesús puede atraer”.
Con su propuesta en la mano, quiso dejar claro que “estos grupos son de Jesús, no de Pagola”. En esta misma línea, aclaró que “no pretenden sustituir a ningún grupo pastoral o proceso catequético dentro de las parroquias”. Simplemente se plantean como una herramienta para “este proceso de conversión”, por lo que su ciclo de vida lo estima en unos cuatro o cinco años, tras los cuales confía en que sean el germen para otros nuevos grupos. Durante su exposición, Pagola adelantó que ya está trabajando en lo que podría ser un proyecto complementario para las nuevas generaciones bajo el nombre “Grupos jóvenes de Jesús”.
