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Luces en cristiano


Doctrina Social de la Iglesia en el mundo contemporáneo

Título: Pensamiento social cristiano abierto al siglo XXI. A partir de la encíclica Caritas in veritate

Autor: José Sols Lucia (ed.)

Editorial: Sal Terrae, 2014

Ciudad: Santander

Páginas: 448

 

JOSÉ IGNACIO CALLEJA | El encuentro de la tradición humanista cristiana con “la moderna cuestión social” ha dado lugar a un pensamiento social cristiano que, en nuestros días, cobra un valor ético y político de muchos quilates. En su forma de Doctrina Social de la Iglesia (DSI), recibe un refrendo comunitario que lo hace especialmente atendible. La crisis social contemporánea y el fuerte descrédito de las ideologías políticas han hecho que, al menos entre los católicos, la consideración de esa tradición ético-social (DSI) sea otra.

En este horizonte –vivimos tiempos de globalización integral y neoliberalmente gestionada– se inscribe el libro que el grupo de profesores de pensamiento social cristiano –y disciplinas cercanas– de las Universidades Jesuitas de España (UNIJES) nos ofrece bajo el título Pensamiento social cristiano abierto al siglo XXI. Son nueve especialistas de primera: Ricardo Aguado, José Manuel Aparicio, José Manuel Caamaño, Ildefonso Camacho, Fernando de la Iglesia, Josep M. Margenat, Julio L. Martínez, Mª Dolors Oller y José Sols Lucía, editor de la obra.

El pensamiento social cristiano lo tratan a partir de unos veinte conceptos fundamentales, utilizando la guía de la encíclica social de Benedicto XVI, Caritas in veritate (2009), y componiendo alrededor de ese hilo un estado de la cuestión sobre cada concepto. De este modo, se logra una especie de manual muy bien expuesto y argumentado acerca de las claves de la actual cuestión social según la DSI y, en particular, del citado texto papal.

Como el libro se redactó durante 2012 y 2013, antes de que apareciera la exhortación apostólica Evangelii gaudium de Francisco, no se acoge este escrito, digno de un estudio futuro, según piensan y prometen los autores (p. 12). El resultado –dice el editor– “[estamos convencidos de que] es una presentación muy interesante del estado actual del pensamiento social cristiano en estos primeros años del siglo XXI” (p. 13); y su finalidad –prosigue– es mostrar cómo está contribuyendo ya a la construcción de un mundo más humano y más justo en este siglo XXI de retos económicos, políticos y éticos muy nuevos. Lo ha dicho con modestia, y acierta en pensar así del resultado.

¿Qué conceptos nos ofrecen, en la senda de la Caritas in veritate como “gran encíclica social del inicio del siglo XXI”? Sin propósito de recontarlos todos, tales son el desarrollo humano, caridad y verdad, gratuidad y libertad, justicia y solidaridad, economía de comunión, trabajo, propiedad, globalización, cooperación internacional, ecología, técnica, religión y sociedad, etc. Cada uno de los profesores desarrolla uno o varios temas, y así el conjunto cobra la solvencia académica y la coherencia en el orden que cabía esperar y también agradecer de sus autores.

Recomendable síntesis

De hecho –y antes de interponer algún reparo de peso–, es de lo mejor que en este momento se puede leer como síntesis del pensamiento social cristiano. Hay otros libros pensados más directamente como manuales de esta materia, pero ninguno que acceda con el cuidado interdisciplinar de este al trenzado de la DSI con la realidad social de estos tiempos. Sus urgencias en cuanto a la justicia y el don, en todos los ámbitos de la vida personal y social, se vuelven inapelables en esta reflexión. No puedo, por tanto, sino recomendar su lectura.

También cabe observar algunas carencias –siempre a mi juicio–, y no dejan de tener importancia. Los autores son todos ellos profesores universitarios de primer nivel, y esto mismo da a su pensamiento social cristiano un tenor muy académico en el modo de tratar las cuestiones y en las bibliografías. Quienes sean más cercanos a la pastoral social y al voluntariado social cristiano en la lucha por la justicia notarán este tenor profesoral del libro. Digamos que hay cierta autocomplacencia académica en lo que ya aporta ese pensamiento social cristiano a la justicia global. El hecho mismo de tomar como hilo conductor del estudio la encíclica social Caritas in veritate –más teológica y conceptual que social, según creo– condiciona algunos de los desarrollos posteriores del texto. Evidentemente, en un libro colectivo todo esto habría que determinarlo en cada tema y de cada autor. Que me disculpen al generalizar.

Llama la atención que la categoría “los pobres” no haya adquirido el peso hermenéutico que el pensamiento social cristiano le está confiriendo hoy, por más que la Caritas in veritate no la acogiera con ganas. “Los pobres”, como categoría análoga a las elegidas en el estudio, y su derivado, el derecho fundamental a la “inclusión social” de los más vulnerables, no alcanzan en la obra el vigor ético y político que requerirían; en consecuencia, la dimensión estructural de los fracasos de la globalización economicista –la ruptura de nuestras sociedades no pocas veces en posiciones sociales tan antagónicas como petrificadas– aparece en demasía en la estela de nuestra crisis cultural, antropológica y hasta religiosa; lo cual también es verdad, pero, si se insiste tanto, el análisis social (cristiano) pierde mucho vigor crítico en cuanto a su exigencia política de justicia y compasión. Personalmente, considero que la lectura cristiana de la realidad tiene que ser aún más crítica con el statu quo del presente capitalismo. Pero esto son ya ideas frente a ideas, y no es el caso en una recensión.

Repito que animo a leer este estupendo libro a quien tenga interés por el pensamiento social cristiano en el contexto de la crisis social contemporánea. Confío en que sean muchos los cristianos que lo intenten, porque no es difícil su lenguaje, son claras sus exposiciones, su edición –como acostumbra Sal Terrae– está cuidada y el tiempo en que vivimos requiere socialmente de estas luces en cristiano.

Actualizado
06/11/2014 | 12:43
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