El nacionalismo catalán visto con los ojos de Juan Pablo II

FRANCISCO FEMENÍA BERTOMEU,O.P. | En algunos medios de comunicación se ha difundido la idea de que san Juan Pablo II apoya los nacionalismos, v. g. el de estilo catalán. Sin embargo, para que no quede duda sobre su pensamiento en este tema, existe de un documento muy orientador: el Mensaje a la Conferencia Episcopal Italiana, del 6 de enero de 1994.

Debe leerse completo, pero no resisto a copiar este párrafo (nº 7):

“Es necesario ayudar a todos a librar ese balance de los aspectos utilitaristas y coyunturales, así como de los peligros de una manipulación de la opinión pública. Me refiero especialmente a las tendencias corporativas y a los peligros de separatismo que, al parecer, están surgiendo en el país. A decir verdad, en Italia, desde hace mucho tiempo, existe cierta tensión entre el Norte, más bien rico, y el Sur, más pobre. Pero hoy en día esta tensión resulta más aguda. Sin embargo, es preciso superar decididamente las tendencias corporativas y los peligros de separatismo con una actitud honrada de amor al bien de la propia nación y con comportamientos de solidaridad renovada. Se trata de una solidaridad que debe vivirse no solo dentro del país, sino también con respecto a toda Europa y al tercer mundo”.

Hasta aquí las palabras de Juan Pablo II, que parecen escritas para España.

Tal vez alguien pueda objetar que se deben tener en cuenta las manifestaciones multitudinarias de las últimas diadas. ¿Pero la observación de Wojtyla no parece dictada por un profeta que viera los acontecimientos del futuro, en particular, la última diada, manipulada por ERC-ANC, donde los manifestantes hasta iban uniformados?

Me complace sentirme acompañado en esta problemática por Juan Pablo II, recientemente canonizado por el Papa Francisco, justamente el 27 de abril de este año 2014, día de Nuestra Señora de Montserrat, que coincidió con el 2º domingo de Pascua, fiesta de la Misericordia del Señor promovida por el mismo Juan Pablo II.

Precisamente su pensamiento contribuyó en gran parte a la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, hace 25 años; lo que posibilitó la unión de las dos Alemanias. ¿Y nosotros, en Cataluña, levantaremos el “Muro Mas-Junqueras” con las fronteras independentistas que nos aíslen de España y Europa, con el consiguiente peligro de llevarnos a la ruina?

Escuchemos a San Juan Pablo II y los dictados de nuestra conciencia libre y personal; y no el barullo de la calle y las consignas politiqueras. Curiosamente, el 7 de noviembre de 1982 estaba Juan Pablo II a los pies de la Virgen de Montserrat, recordando los muchos santos que habían orado ante su imagen: que todos ellos nos iluminen para el mayor bien de Cataluña y España.

En el nº 2.916 de Vida Nueva

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