En España ya hay casi 12 millones de excluidos

El VII Informe FOESSA muestra que el modelo social y económico vigente ha propiciado una “generación expulsada” e “hipotecada” 

 

 

 

 

 

 

 

EDITORIAL: Un pastor de todos y para todos

Osoro en el punto de partida [ver extracto]

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA| Aunando denuncia y una llamada enérgica a que las cosas pueden cambiar, el VII Informe sobre exclusión y desarrollo social en España 2014 –el anterior fue publicado en 2008, aunque cada año se presentan estudios parciales–, elaborado por la Fundación FOESSA y Cáritas Española, arroja datos dramáticos. El principal: hasta 11.746.000 personas, el 25% del conjunto de la población, padecen exclusión en nuestro país. De ellas, cinco millones la sufren de un modo severo.

La Iglesia madrileña escribe un nuevo capítulo de su historia mientras cierra las dos décadas de trabajo del cardenal Antonio María Rouco Varela. Desde que el 16 de agosto el nuncio Renzo Fratini le comunicara en persona que Francisco había confiado en él para pastorear la Iglesia madrileña, Osoro se puso a trabajar. Casi dos meses y medio para pasar el relevo al cardenal Antonio Cañizares en Valencia –“un buen amigo”– y recibir las correspondientes pinceladas sobre el estado de la archidiócesis por parte de su predecesor en Madrid. Osoro y Rouco Varela se han reunido en varias ocasiones. Además, el nuevo arzobispo ha querido reunirse con todos aquellos que, de alguna manera, han ostentado y tienen algún puesto de responsabilidad. Pero no se ha quedado ahí. Antes de tomar cualquier decisión sobre el gobierno en el Obispado en la calle Bailén, donde ha decidido recuperar un despacho de trabajo, en desuso hasta ahora puesto que Rouco Varela trabajaba directamente en las instalaciones habilitadas al efecto en el palacio arzobispal, también ha querido escuchar a quienes de alguna manera son voz de la experiencia. De ahí su viaje a Albacete para ver al obispo auxiliar emérito, Alberto Iniesta. También ha tomado el pulso a quienes tienen claves para conocer la vida diocesana y quienes no han sido tomados en cuenta en los últimos años: sacerdotes, religiosos, laicos comprometidos… El propio Osoro necesita elaborar una radiografía de su rebaño y lo ha querido hacer en un mano a mano con cada uno de los actores implicados.

No al inmovilismo

Osoro_cermonia6En el territorio de la Archidiócesis de Madrid viven más de 4,1 millones de personas y, como bien apunta el CIS en cada uno de sus estudios, siete de cada diez españoles se definen como católicos, pero menos de la mitad acuden a misa. Esa llamada de Francisco a las periferias existenciales es uno de los retos permanentes, amén de los méritos de Rouco Varela a la hora de capitanear una Jornada Mundial de la Juventud que se saldó con una presencia de más de un millón de jóvenes de los cinco continentes, que lejos de suponer un agujero en las arcas diocesanas, fue reflejo de austeridad y eficiencia económica. Es precisamente en relación a los jóvenes donde ha tomado su primera decisión: traer a la capital las vigilias mensuales de oración nocturna. No es la única. No se verá a Carlos Osoro detrás de pancarta alguna, sea cual sea el color de la misma. Un “no” a la confrontación y al inmovilismo como declaración de intenciones en los titulares que regaló durante su primer encuentro con los periodistas el pasado lunes 27: “Yo voy a hablar con todos. Y diréis, ¿cómo puede ser de todos? Soy de Jesucristo y eso me adscribe al corazón de todos”. “No puedo aparecer con un látigo para ver a quién echo y a quién pongo”. “Hay que abandonar el criterio de esto se ha hecho así siempre”. “No creo en los métodos de la dispersión y la derrota”. En esta misma línea, aunque quiere consultar con sus compañeros en la Conferencia Episcopal, es más partidario de aparcar por un tiempo la multitudinaria misa de las familias en Colón, y sustituirla por celebraciones diocesanas, como ya hiciera el pasado año el cardenal Martínez Sistach en Barcelona.

Reflejo de esta apertura iniciada es su participación en el Foro Cristianismo y Sociedad. Organizado por Justicia y Paz de Madrid, la Parroquia San Jerónimo el Real y la Fundación Crónica Blanca de Jóvenes Comunicadores, será Osoro el responsable de inaugurarlo participando en una mesa redonda de impronta bergogliana: Lampedusa, Ceuta… ¿Cuál será el siguiente? Dignidad de la persona y emigración. Su simple confirmación es significativa, pues según confirman desde Justicia y Paz, no habían contado con la presencia del cardenal Rouco Varela en estos veinte años. Es cierto, aseguran, que nunca puso traba alguna a la actividad de este organismo eclesial promotor de los derechos humanos, pero tampoco siguió de cerca su trabajo, algo que también ocurrió con algunas delegaciones como la de Trabajo o áreas como el ecumenismo, con las que no se sentía especialmente identificado. En cualquier caso, la asistencia de Osoro el 31 de octubre tiene mucho de gesto, sabedor de que tanto el arzobispo de Tánger, Santiago Agrelo, como el presidente y fundador de Mensajeros de la Paz, el padre Ángel García, no hubieran pasado antes el corte.

 

UNA VACANTE EN EL EJECUTIVO DEL EPISCOPADO


En el ámbito institucional y de relación con la clase política, también es momento de reorganización, en tanto que Osoro, además de ser arzobispo de Madrid es vicepresidente de la Conferencia Episcopal. Rouco Varela dejará en la próxima Asamblea Plenaria su puesto en el Ejecutivo, puesto que como arzobispo de Madrid era vocal nato del organismo. Se queda una vacante pues Osoro ya lo ostenta al haber sido elegido para la vicepresidencia. Entre los obispos se da por hecho que las votaciones mirarán a Antonio Cañizares. De esta manera, se recuperaría el trabajo colegiado que promovió Ricardo Blázquez cuando fue presidente del Episcopado entre 2005 y 2008, cuando delegó en el ahora arzobispo de Valencia las relaciones con el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero. Fueron tiempos de entendimiento frente a la pancarta, de diálogo con la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, que cuajó en un cambio en el modelo de financiación de la Iglesia que dejaría de recibir una asignación directa de los Presupuestos para centrarse en la financiación, además de destensarse las relaciones en el ámbito educativo. Si Osoro está llamado a ser presidente de los obispos o purpurado es tiempo de futuro. Ni le preocupa a él ni al Ejecutivo. Blázquez, Cañizares, Osoro, Del Río, Barrio, Gil Tamayo y Asenjo saben de la fortaleza de trabajar en equipo y delegar responsabilidades para una mayor efectividad.

 

Bondad y humildad

CPD_3849Se trata de su primer acto público como arzobispo tras su toma de posesión, pero no su primer movimiento. El domingo, cuando apenas habían pasado 24 horas de recibir el báculo, Osoro volvía a La Almudena para presidir una eucaristía algo más pausada. El día lo completó acompañando a un grupo de ancianos y a familias necesitadas, además de rezar junto a una de las comunidades religiosas de las oblatas.

“Tiene mucha humanidad y mucha bondad. Es la mejor cualidad para un pastor, que es lo que necesita Madrid, más que un juez. Necesitamos obispos que se distingan más por su humanidad que por su ortodoxia. Hace falta que a los cristianos madrileños se les perciba más como levadura de la sociedad y que no se les encuadre en el conservadurismo”, explica el ex ministro socialista José Bono, que estuvo en la toma de posesión, una visión que respalda también el padre Luis Lezama: “Espero que Don Carlos se rodee de un equipo joven y confíe en ellos para que se dinamice la diócesis y con ella se generen cristianos que sean miembros proactivos de la sociedad, algo que ya se ve en las parroquias de la periferia. Creo que su presencia abre una etapa que va a aportar alegría a una Iglesia triste y algo barroca, que ha vivido en parte condicionada por su pasado y por la preservación de la tradición y el patrimonio”.

Visión distinta tiene Javier Cremades, delegado Episcopal para los Actos Públicos de la Archidiócesis de Madrid: “El cardenal nos deja una Iglesia en comunión, una vida gastada para ello y con varios cientos de sacerdotes jóvenes”. Es la pastoral vocacional uno de los principales tesoros que ha cuidado Rouco Varela y que ha visto recompensado con un Seminario que se mantiene en número y que se ve respaldado por las cifras del Seminario del Camino Neocatecumenal. Este mismo empuje lo ha tenido la pastoral familiar, como defienden Virginia y Gerardo, matrimonio coordinador de la Vicaría VII, que han visto cómo en estos últimos años, a raíz del Sínodo Diocesano de 2005, se ha reforzado el trabajo en defensa del matrimonio y de la vida a través de iniciativas como los Centros de Orientación Familiar, o los proyectos Raquel y Ángel contra el aborto y de apoyo a madres embarazadas. “Ahora toca dar un salto más en las parroquias y es algo que esperamos del nuevo arzobispo. Tenemos que pasar de una pastoral sectorial a una transversal, que nos permitan trabajar de forma más coordinada y dar a conocer todos las ayudas que ofrece la Iglesia”.

Méritos del cardenal

OSORO,ABIERTO A DIÁLOGO CON TODAS LAS FUERZAS POLÍTICAS "PERO NO A LA FUERZA"Desde Roma, especialmente Juan Pablo II y Benedicto XVI, siempre han reconocido los méritos del arzobispo saliente frente al laicismo y el relativismo, tanto en sus cartas pastorales, trabajos académicos y actividades promovidas para comunicar ante la opinión pública la doctrina de la Iglesia y la presencia de los católicos en la vida pública, no siempre inclusiva. Sin embargo, esto no ha ocurrido siempre. Un ejemplo de la capacidad negociadora alejada de hostilidades es la realizada a través del auxiliar César Franco y el responsable de la pastoral universitaria, Feliciano Rodríguez, ante la insistencia de la Universidad Complutense de retirar las capillas de algunas facultades.

Este bagaje intelectual de Rouco Varela se ha puesto de manifiesto en lo que puede considerarse su gran legado: la Universidad San Dámaso. “Aunque tiene sus antecedentes en el Centro de Estudios Teológicos, a partir de 1995, impulsa la transformación en facultad de teología y posteriormente se crean otras facultades que culminan con la creación de la universidad en 2011”, detalla Javier Prades, rector de San Dámaso. El proyecto, sin embargo, no estuvo exento de polémica en tanto que afectó a las enseñanzas ofrecidas por la Pontificia de Salamanca y el Instituto de Vida Religiosa de los claretianos. Tras la tormenta y las heridas generadas, hoy se vive un clima de entendimiento, con una relación institucional fluida. Precisamente, un día antes de su entrada en La Almudena, Osoro quiso celebrar con los claretianos el día de su fundador y, aunque finalmente tuvo que desistir de su intención por su agenda, su intención queda como signo de acercamiento a una Vida Religiosa que se ha visto también esquinada con medidas como la capellanía en los centros concertados.

En esta mirada a los consagrados Osoro también cuenta con la complicidad de Francisco. Que viene avalado por Bergoglio, no solo quedó de manifiesto en su primera rueda de prensa cuando echó mano de un mensaje suyo en el contestador. El sistema de antenas que utiliza el Papa para conocer la realidad de la diócesis más allá de los portavoces oficiales, también le ha servido para encontrar al nuevo arzobispo de Madrid al que rebautizó como “el peregrino”. Para el Bergoglio que se trabajó Buenos Aires a golpe de suburbano y móvil abierto 24 horas para las urgencias de los sacerdotes, acogió con buenos ojos los informes escritos y verbales sobre el hombre que paseaba por las calles de Valencia atento al encuentro con los alejados y los jóvenes, que ha resuelto con diplomacia los desajustes económicos y políticos heredados del pasado. Esta asunción de responsabilidades motivó que no haya contado con obispos auxiliares en Valencia, algo que parece inviable en Madrid.

De Tarancón a Suquía

A la espera de reorganizar el Ejecutivo diocesano según las necesidades que él perciba, será el auxiliar Fidel Herráez y el trato directo con los vicarios, quienes les aporte más pistas del día a día de la vida diocesana, por dónde respiran los sacerdotes, dónde se encuentran las lagunas y cuáles son las fortalezas.

“Es en una minoría curial diocesana donde puede encontrar alguna resistencia, pero no tanto por oposición a él, sino por algo más natural: dos décadas de gobierno con un mismo equipo al frente hacen que las estructuras pierdan dinamismo, se perpetúen los cargos y surja el cansancio. Cambiar el engranaje no es fácil, aunque los propios vicarios vienen manifestado la necesidad de nuevos aires. No en vano, desde hace un año, el clero ha vivido con una sensación de tránsito, de necesidad de cambio”, explica un sacerdote conocedor de esta labor cotidiana: “A diferencia de Tarancón, que fue muy anárquico en el gobierno de la diócesis y estuvo más centrado en hacer frente a los problemas que vivía el país, Suquía puso en orden la diócesis, dándole una mayor unificación, y Rouco Varela, siguiendo esta misma estela, ha conseguido una unidad pastoral. Eso sí, con una visión que ha hecho que algunos hayan quedado fuera. Comunión no es sólo comulgar con lo que dice el obispo”.

A pesar de la prórroga de tres años de Francisco, Rouco Varela, incansable en iniciativas y proyectos, ya tenía pensado un nuevo plan pastoral que ahora se quedará en un cajón. Osoro está en el punto de partida.

 

En el número 2915 de Vida Nueva.

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