“Tengo un sueño”

jscamachoJESÚS SÁNCHEZ CAMACHO | Profesor CES Don Bosco

“La revista, a caballo entre la bizarría y la coacción provocada por la Ley de Prensa de Ramón Serrano Suñer, plantea furtivamente otros modelos de gobierno…”

¿Habría pasado por las manos de Franco el nº 441 de Vida Nueva? ¿Qué pensamientos habrían bullido en la mente del dictador al observar la fotografía de portada del cesado primer ministro ruso, Nikita Kruschev? ¿Y si hubiera abierto las páginas del semanario y se hubiera topado con un editorial que conjuraba el adiós al aislacionismo europeo de los tories y celebraba el advenimiento del laborismo inglés de Harold Wilson? ¿Habría llegado a sus oídos la entrevista de Manuel Gómez Ortiz al académico gaditano José María Pemán, quien revela al periodista su apuesta monárquica?

Nikita Kruschev.

Nikita Kruschev.

Pablo Iglesias.

Pablo Iglesias.

La revista, a caballo entre la bizarría y la coacción provocada por la Ley de Prensa de Ramón Serrano Suñer, plantea furtivamente otros modelos de gobierno. En la portada, Vida Nueva aplaude al gobierno de Kruschev, que había conducido a la URSS por un sendero moderado. Pero teme que el nuevo gobierno de Moscú se aleje de EE.UU. para arrimarse a Pekín.

Actualmente, un español de izquierdas ha vitoreado el asalto al cielo y el “podemos ganar a EE.UU.”. Sería esclarecedor para Pablo Iglesias descubrir por qué, hace 50 años, Kruschev dibujó una política de desestalinización.

En Roma, Walter Kasper ha propuesto repensar problemas relacionados con la familia contemporánea. Hace 50 años, la Crónica del Concilio enfoca a Gerardo de Vet que, en nombre de la Conferencia Episcopal Holandesa, manifiesta su desacuerdo ante la falta de realismo en el tema de la familia. El esquema de los seglares estaba en pleno debate y, su redacción final, por germinar. Pablo VI recibe en audiencia a Martin Luther King. Eran dos hombres que vivían bajo el mismo sueño del Evangelio. Sueño, el que hubiera perdido Franco al saber que el Pontífice de la Iglesia que estuvo a punto de excomulgarle sería subido a los altares.

En el nº 2.914 de Vida Nueva

 

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