Toda una vida dedicada al periodismo

Javier Darío, un periodista libre e independiente

Es verdad que en sus más de 50 años de ejercicio profesional ha recibido numerosos premios y distinciones importantes. Pero el premio a la “Excelencia Periodística” exalta y reconoce toda una vida dedicada al periodismo en sus diversas facetas. Porque Javier Darío es un icono del periodismo colombiano que se ha paseado con envidiable solvencia por la prensa hablada y escrita, por la radio y la televisión, por los campos de guerra y por la cátedra universitaria.

Se inició en la actividad periodística en los primeros años de la década del 60, sin duda la más importante del siglo pasado. Fue la década en la que el hombre llegó a la luna, aparecieron los hippies, se hizo el primer trasplante de corazón; la década de la guerra de los seis días, el asesinato de J.F. Kennedy y la Revolución de mayo en París; pero también la década del Concilio Vaticano II y de la contestación en la Iglesia. Y, por supuesto, nos tocó ser testigos de la irrupción de sacerdotes católicos inconformes e indignados con la situación política y social del país.

Este hecho, en cierto modo insólito, fue retomado 25 años más tarde por Javier Darío en una obra que recoge el testimonio de once de los llamados “curas rebeldes”, anatematizados y casi condenados en vida por la clase dirigente política y eclesiástica de la época. En La Revolución de las sotanas Javier Darío analiza el fenómeno con objetividad y sin pasión y nos deja una lección de cómo el fanatismo y la intransigencia hacen más daño que bien, impiden conocer toda la verdad y privan a las personas de comprender en su momento puntos de vista que se comprenderán más tarde.

Así lo hizo la misma Iglesia cuando en la Conferencia de Medellín aceptaba esta realidad: “Un sordo clamor brota de millones de hombres, pidiendo a sus pastores una liberación que no les llega de ninguna parte”. Y diez años después la Conferencia de Puebla anotaba a propósito de la situación de injusticia en el Continente: “el clamor pudo haber parecido sordo en ese entonces. Ahora es claro, creciente, impetuoso y, en ocasiones, amenazante”.

Gratitud

Hoy, cuando algunas cosas han cambiado, entendemos y aceptamos que también en la Iglesia debe haber lugar para los inconformes y los indignados que no aceptan las injusticias y las arbitrariedades de quienes detentan la riqueza y el poder en el mundo.

Javier Darío Restrepo ha sido durante más de cincuenta años un periodista libre e independiente, con clara y delicada conciencia crítica; un convencido de la importancia y responsabilidad ética que tienen los comunicadores, quienes por suerte ven en él un maestro a quien consultan y admiran.

Desde nuestra orilla, tenemos que reconocer y agradecerle obras como la defensa que hizo en su momento del tratamiento que la Iglesia dio al problema de la Caja Vocacional; también los libros Puebla para el pueblo; Celam 40 años; Avalancha sobre Armero y Laura, la mujer de las dificultades.

Y desde una perspectiva más amplia, reconocemos y valoramos obras como Del misil al arado, Más allá del deber, Testigo de seis guerras, El zumbido y el moscardón, Edad de sangre y Con asombro de reportero, libro en el que recoge las crónicas escritas a lo largo de 50 años de trasegar periodístico.

Como Director de Vida Nueva Colombia, Javier Darío sigue orientando con sus escritos y crónicas a los numerosos lectores de la revista que es hoy un referente obligado para el análisis de las cosas que pasan en la Iglesia y en el mundo. Por eso hemos recibido la noticia de este premio con verdadera y sincera alegría. 

Cordial y sincera felicitación al periodista, al maestro, al compañero y al amigo.

Monseñor Fabián Marulanda. Obispo emérito de Florencia

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