Cinco siglos por el camino de la luz

El papa Francisco ensalza a santa Teresa en la inauguración del Año Jubilar

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BLANCA RUIZ ANTÓN (ÁVILA) | Es tiempo de caminar”. Estas fueron las últimas palabras de santa Teresa de Jesús. Cuando han pasado 499 años de su nacimiento en Ávila, el espíritu peregrino del Carmelo se hace patente en las calles de la ciudad castellana para celebrar el V Centenario de esta doctora de la Iglesia.

Un centenario cuyo Año Jubilar se abrió el pasado día 15 con una eucaristía en donde el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, leyó el mensaje enviado por el papa Francisco para la ocasión [ver íntegro], en el que se percibe la veneración que siente por la Santa: “Al acercarse el quinto centenario, vuelvo la mirada a esa ciudad para dar gracias a Dios por el don de esta gran mujer”.

Para ir a las periferias tan repetidas por él, el Papa se acoge también a la clausura de estos conventos y afirma que “en la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos”. Y destaca la alegría, la oración, la fraternidad y la misión como puntos cardinales que componen la vida de Teresa de Ávila y de la orden que refundó.

Los carmelos son para el Papa una inspiración “providencial” que ayudó a responder a los problemas de la Iglesia y de la sociedad de su tiempo, fundando “pequeñas comunidades de mujeres que, a imitación del ‘colegio apostólico’, siguen a Cristo viviendo sencillamente el Evangelio y sosteniendo a toda la Iglesia con una vida hecha plegaria”.

Recordando unas palabras del Papa, el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez, afirmó durante la homilía que “nos hallamos no solo en una época con muchos cambios, sino en un cambio de época. Nosotros estamos llamados a afrontar valientemente el desafío que los tiempos nuevos nos plantean”, tal y como hizo Teresa.

“Abogada”, “intercesora” y “experta en traer papas desde Roma a Ávila”; así calificó el también arzobispo de Valladolid a la Santa, y afirmó : “Estamos encantados de recibir al papa Francisco con el gozo y la gratitud con el que hace años acogimos al papa Juan Pablo II”, confirmando sin confirmar la visita de Bergoglio a España durante este Año Jubilar para ver con sus ojos los lugares de la vida de la Santa.
 

Una vida basada en el amor

David Jiménez, prior del Convento de la Santa en Ávila, quien además fue bautizado en la misma pila que Teresa, explicó durante la ceremonia el secreto de la vida la Santa:


Ella enseñó a los carmelitas a basar nuestra vida en el amor de unos con otros, en la pobreza y en la humildad. Las tres patas para el banco de la oración que nos ha legado, si respondemos a eso, darán frutos grandes para los carmelitas y también para la Iglesia, como los grandes santos que han dejado la huella teresiana en la Iglesia.

Ricardo Blázquez puso en palabras lo que era patente en la diversidad que se apreciaba en la plaza:

Teresa enriqueció la oración contemplativa con una dimensión apostólica; la apertura a la misión de la vida orante fue una de las grandes intuiciones de su fundación. Las carmelitas de San José están llamadas a ayudar a la evangelización en las periferias geográficas y existenciales.

Porque, según precisó, “desde el grupito de San José, la mirada de Teresa se dilata al anuncio del Evangelio destinado a la humanidad entera”. Y es que “la oración apostólica nutre sin cesar las raíces de la vida misionera”.

Oración, fraternidad, misión y alegría son el secreto de la Santa y del Carmelo, y sobre todo la incansable voluntad de llevar el Evangelio cinco siglos después, porque también ahora “es tiempo de caminar”, como se resaltó en la histórica jornada.

 

Miles de personas llegadas de todo el mundo

Las más de 6.000 personas que abarrotaban la plaza de Santa Teresa en Ávila –entre ellas, los cardenales Antonio Cañizares y Carlos Amigo, junto con otros doce obispos– traían consigo la devoción a la Santa y al Carmelo, y mostraban cómo los caminos de Teresa de Cepeda y Ahumada llegaron más lejos de lo que ella nunca pensó. Como es el caso de Barbara Huges y su marido, quienes viajaron expresamente para estar en el inicio del Año Jubilar desde el Estado de Virginia, en los Estados Unidos. “Soy carmelita seglar –explica Barbara–, conocí la espiritualidad del Carmelo hace 30 años y conecté con ella inmediatamente. Aunque llevamos preparando este viaje bastantes meses, para mí estar aquí hoy es un verdadero regalo. Nunca pensé que vendría a Ávila, a la cuna de santa Teresa, y mucho menos que podría estar en esta eucaristía”.

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En el nº 2.908 de Vida Nueva

  • Homilía del cardenal Tarancón en la coronación del rey Juan Carlos I, en la iglesia de los Jerónimos (Madrid, 1975):

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