Monseñor Cañizares se estrena como arzobispo de Valencia al estilo Francisco
Cañizares: “No traigo otro programa que Jesucristo” [ver extracto]
JOSÉ RAMÓN NAVARRO PAREJA (VALENCIA) | La preferencia por los “últimos y más desheredados”, la prioridad “de la misión, de la evangelización, del anuncio de la misericordia”, la voluntad de ser “pastor conforme al corazón de Dios”, la entrega manifestada en expresiones como “hoy la diócesis toma posesión de mí, soy enteramente vuestro” y la continuidad con sus predecesores al afirmar “no traigo ningún plan pastoral previo”, sino “hacer la voluntad de Dios”, marcaron las primeras palabras del cardenal Antonio Cañizares como nuevo arzobispo de Valencia, en su homilía durante la toma de posesión que se celebró el sábado 4 en la catedral valentina.
Toda una declaración programática que parece enmarcar un pontificado de acuerdo a las directrices del papa Francisco, de quien ha sido colaborador como prefecto de la Congregación para el Culto Divino. Una toma de posesión en la que estuvo arropado por miles de fieles, cientos de sacerdotes, cinco cardenales y 48 obispos.
No traigo ni tengo oro ni plata, no traigo ninguna otra riqueza, ningún otro poder ni fuerza, ningún otro plan, ninguna otra palabra que esta: Jesucristo
Lo afirmó con contundencia el prelado, quien recordó que no trae “ningún programa de pastoral previo ni obra de mi laboratorio.
“Mi programa es, con vosotros, buscar y hacer la voluntad de Dios”, que se manifiesta en el camino recorrido por sus predecesores, como el cardenal Agustín García-Gasco y Carlos Osoro, a quien agradeció “la gran y esperanzadora herencia que nos deja en sus integrísimos años de servicio y labor apostólica en Valencia”.
Sabedor de que “estamos atravesando tiempos nada fáciles” en los que “la fe está siendo sometida a pruebas extremas”, “tiempos de increencia y de una cultura de la muerte”, el cardenal mostró su confianza en que “Dios no abandonará a los hombres”. Dios es “el sí más pleno y comprometido de la historia a favor del hombre, especialmente de los más débiles, de los pobres, de los enfermos, de los amenazados de cualquier forma en su vida, incluso antes de nacer”, añadió.
Cañizares, nacido en Utiel hace 68 años, también reivindicó sus orígenes en sus primeras palabras en valenciano, “em sent més valencià que mai” (“me siento más valenciano que nunca”), aunque reconoció con humildad que tiene que perfeccionarlo.
Además de los más de 2.000 fieles que llenaban la catedral, el cardenal también contó con el respaldo del mundo social y político, como el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra; el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá; o el ex ministro de Defensa, José Bono. La presencia de los “responsables y actores de la gestión pública”, como los denominó, y de variado signo político, demuestra su capacidad para interactuar con la sociedad y anticipa uno de los papeles que jugará dentro de la Iglesia española.
El apoyo de la diócesis al nuevo arzobispo se hizo evidente en la procesión de salida, cuando cientos de fieles se acercaron para saludarle y recibir su bendición, lo que hacía casi imposible que pudiera avanzar.
En el nº 2.912 de Vida Nueva
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