Saludo del Presidente delegado – Cardenal André Vingt-Trois

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Saludo del Presidente delegado el cardenal André Vingt-Trois arzobispo de París al comienzo de los trabajos sinodales en la I Congregación General:

logoVaticanoSanto Padre,

En nombre de los presidentes-delegados y participantes en esta sesión extraordinaria del Sínodo de los Obispos, me complace expresar el agradecimiento de todos.

Nuestra gratitud, primero, por haber convocado esta sesión extraordinaria un año antes de la sesión ordinaria. Su intención de desarrollar la práctica de la colegialidad entre los obispos, conferencias episcopales y la Sede Apostólica (o, para hablar como lo hace con perseverancia, con el Obispo de Roma), esta intención, por tanto, es un buen ejemplo de la aplicación en las dos sesiones del sínodo. No sólo va a aumentar el tiempo y los recursos del intercambio, pero la elección de la misma materia abre ante nosotros la posibilidad de un trabajo progresivo entre las dos sesiones. No seamos afectados por la urgencia de resolver los problemas graves en dos semanas. Más bien, se nos invita a profundizar los resultados de la primera sesión, compartiendolos con nuestras Conferencias Episcopales.

También expresamos nuestro agradecimiento por las elecciones que ha hecho en el tema de las dos sesiones del sínodo. La familia es uno de los componentes de la nueva evangelización en la que nuestra Iglesia ve renovar su misión. La recepción muy favorable se vio en el cuestionario preparatorio y en la amplitud de las respuestas ha mostrado cómo el futuro de las familias es el centro de las preocupaciones de nuestros contemporáneos. ¿Cómo garantizar la solidaridad entre las generaciones? ¿Cómo implementar las mejores condiciones para el cuidado y la educación de los hijos que son nuestro futuro? ¿Cómo permitir que un hombre y una mujer que se entregan entre sí para convertirse arquitectos de la felicidad y la paz?

Estas cuestiones no encuentran respuestas simples y una gran cantidad de factores en la vida de nuestra humanidad del siglo XXI constituyen más obstáculos que ayuda. La Iglesia se ha expresado mucho sobre estos temas por la voz del Magisterio, incluyendo a san Juan Pablo II. También se expresa por el signo que donan millones de familias estables y felices que viven su sacramento del matrimonio en todo el mundo. Ella aún expresa su cálida presencia entre las familias afectadas por el fallo.

La misión pastoral de la Iglesia, como ustedes recordarán siempre, no es hacer más difícil la situación de los hijos de Dios, sino darles un poco de ayuda en la búsqueda de la verdad de sus vidas. Nos llama a entrar en la mirada de amor que Cristo tiene en la multitud sin pastor, nos llama a dar testimonio de la misericordia de Dios. Nos invita a no desespernos de la fuerza del amor y a trabajar con perseverancia para que cada hombre y mujer en nuestro mundo pueden escuchar la llamada a la conversión y se atrevan a dedicar su vida a seguir a Cristo.

Esperamos que el trabajo de este período de sesiones que comienza hoy sea guiado por el Espíritu Santo y que haga progresar a toda la Iglesia en su misión. Que nuestra participación se ajuste a sus expectativas y las expectativas de los hombres.

Cardenal André Vingt-Trois
Presidente delegado
El Vaticano, Roma
6 de octubre de 2014

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