La Iglesia de Putumayo ante la adversidad

“Los campesinos viven con gozo que se les predique el Evangelio”, monseñor Luis Alberto Parra

“Los campesinos viven con gozo que se les predique el Evangelio”, monseñor Luis Alberto Parra

Conversación con monseñor Luis Alberto Parra

Siguen las prohibiciones impuestas por las Farc a la Iglesia del Putumayo. No es posible construir nuevas capillas, no les está permitido a los sacerdotes visitar las veredas más apartadas de los municipios. En conversación con Vida Nueva, monseñor Luis Alberto Parra, obispo de la diócesis de Mocoa-Sibundoy, señaló que, por desconfianza, los combatientes obligan, incluso, a no efectuar cambios en la locación asignada para cada presbítero.

“Algunos sacerdotes han tenido la idea de ir entrando con las familias que vienen de las veredas al casco urbano, se van como un amigo más, pero sin poder celebrar (…) así van hablando con las personas, catequizando de una forma muy familiar”, afirma el prelado. Ante la actitud de los sacerdotes, la gente se traslada a las zonas céntricas de los municipios, semanal o quincenalmente, para vivir la eucaristía. En tiempos de dificultad, la fe no es menor.

Sin inversión social

Si bien Putumayo es uno de los departamentos con mayor riqueza natural en el país, actualmente da cuenta de graves situaciones humanitarias. Según informó María Clara Calle recientemente, “los putumayenses ven atónitos cómo sacan el petróleo de sus tierras sin que las regalías sean suficientes para paliar los males que produce la extracción ni para tener una amplia cobertura en agua potable y educación”. 

Hace poco se presentaron fuertes protestas en el corredor Puerto Vega – Teteyé, cerca a Puerto Asís, donde la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales permitió al consorcio petrolero Colombia Energy, operado por la compañía Vetra, explotar 100 pozos, además de los 48 que hasta el momento tenía. Si bien los enfrentamientos se han detenido, la tensión pervive, y muchas familias de los manifestantes permanecen en el sector, aun sin provisiones de alimento. Policía y Ejército defienden los intereses de las empresas más que los de la población civil, sostiene el obispo de Mocoa-Sibundoy, quien no deja de señalar la grave afectación que los atentados de las Farc siguen produciendo en el territorio, cuando llevan a que se contaminen las fuentes de agua.

putumayo

Los atentados de las Farc contaminan el agua

El prelado también señala que el gobierno no le invierte nada a la región, de ahí que falten hospitales, que no haya escuelas en buen estado y que las únicas carreteras sean para uso de las empresas que extraen hidrocarburos. La mayor parte de los alimentos que se consumen provienen de departamentos como Nariño o el Cauca y, a falta de un mercado para que la actividad agrícola sea rentable en la región, muchos se ven obligados al cultivo de la coca.

Al respecto, señala el obispo: “En esta región el cultivo ilícito es lo más comercial y tiene mayor venta”. Sin embargo, “el gobierno solo utiliza la fumigación como medio de resolver el problema pero eso no resuelve sino que les anula la esperanza”. La Pastoral Social de la diócesis lleva a cabo procesos para incentivar la preservación de la vegetación nativa y para promover otras formas de cultivo. La realidad se impone: falta inversión. El obispo añade: “tendríamos que hablar más con el gobierno, decirles, ‘piensen más en las familias que allí viven, si están en la pobreza, y en esa situación es porque hay abandono’, porque no ha invertido lo suficiente para que ellos busquen otro medio de subsistencia”. Lo mismo reclaman los manifestantes, con quienes el gobierno ha venido coordinando la creación de una mesa permanente, en la cual también participa la Iglesia local. 

15 años de misión

Mientras deviene esta situación, y aun cuando la adversidad acompaña el caminar de la diócesis de Mocoa-Sibundoy, la Iglesia local se dispone a destacar sus 15 años de trabajo pastoral con una misión que tendrá lugar en los próximos meses. Una jornada vocacional, llevada a cabo recientemente, forma parte de las actividades en que hoy se concreta el Sistema Integrado de Nueva Evangelización.

“Los campesinos viven con gozo que se les predique el Evangelio”, señala monseñor Luis Alberto, al tiempo, destaca la importancia del laicado en la vida de la diócesis y la necesidad de más personas comprometidas en la tarea de servir a la región.

Texto: VNC. Foto: Diócesis de Mocoa-Sibundoy.

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