“Un pueblo que no trata bien a los abuelos no tiene futuro, pierde la memoria y sus raíces”

El papa Francisco califica de “inhumano” el maltrato contra las personas mayores

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ÁLVARO ESPINOSA (ROMA) | Durante su homilía en la misa por la celebración de la jornada dedicada a los abuelos y ancianos el último domingo de septiembre, el papa Francisco recordó la figura de la Virgen María como ejemplo en la dedicación y el cariño a los más mayores. “María nos muestra el camino a seguir: ir a visitar a la anciana pariente, para estar con ella, pero también para aprender de ella, que ya es mayor, una sabiduría de vida”, dijo.

El Obispo de Roma, en una plaza de San Pedro repleta de fieles y con especial presencia de la tercera edad señaló en esta llamada Fiesta de los abuelos que es común que los jóvenes en una etapa adolescente de la vida, se alejen de los padres y de los abuelos para “liberarse del legado generacional”, pero señaló que el problema llega si no se recupera este encuentro, y entonces se llega a un “grave empobrecimiento del pueblo y una libertad que prevalece en una sociedad falsa”.

La celebración, amenizada por cantantes como el tenor Andrea Bocelli, Massimo Ranieri y Claudio Baglioni, contó con una visita muy especial, la del papa emérito, Benedicto XVI, de 87 años, quien usó bastón, vistió un largo abrigo blanco y fue abrazado cálidamente por Francisco. El argentino se refirió expresamente a Ratzinger en su homilía al decir a los fieles que tenerle viviendo un retiro papal en el Vaticano es “como tener a un abuelo sabio en casa”.

Juntos, celebraron esta gran fiesta de homenaje a la ancianidad. Francisco quiso aprovechar la ocasión para pedir residencias humanas, “casas y no prisiones” donde donde “se olvida y maltrata a los ancianos”, y prosiguió:

Las residencias deben ser pulmones de humanidad en un país, en un barrio o en una parroquia. Deben ser santuarios de humanidad donde quien es viejo y débil es cuidado como un hermano mayor.

Igualmente referido a los ancianos, el Papa volviñó a denunciar la cultura del descarte, “auténtica eutanasia escondida”, y recordó que:

Un pueblo que no protege a sus abuelos y no les trata bien es un pueblo que no tiene futuro. No tiene futuro porque pierde la memoria y se separa de sus raíces.

Tras señalar que la vejez es un tiempo de gracia, en el que el Señor llama a custodiar y transmitir la fe, el Papa habló de la importante tarea de los ancianos de ser “memoria de las familias y pueblos”.

Al final de su homilía, Bergoglio hizo hincapié en que:

Los jóvenes dan fuerza para hacer avanzar al pueblo, y los ancianos robustecen esta fuerza con la memoria y la sabiduría popular.

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