Hacia una verdadera inclusión socio-eclesial

Esfuerzos intereclesiales en beneficio de las personas con discapacidad

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Noel Fernández y Yanisbel Márquez (EDAN)

Fue Pablo de Tarso quien afirmó que “el amor todo lo puede”, recuerda Noel Fernández en su artículo Pastoral y discapacidad. Según el pastor bautista de origen cubano, “el principal factor para el tratamiento a las personas con discapacidad y para la búsqueda de su plena realización no puede ser otro que el basamento del amor”. Entre el 1 y 4 de septiembre, Fernández coordinó en Bogotá el “Encuentro Latinoamericano por los derechos y la participación socio-eclesial de las personas con discapacidad”. La actividad tuvo lugar en la sede de Teusaquillo de la Iglesia Menonita, como parte de las actividades lideradas por la red ecuménica en defensa de las personas con discapacidad, EDAN (por sus siglas en inglés).

Igualdad de oportunidades

Así recuerda Noel Fernández el origen del colectivo: “En 1998 se efectuó en Harare, Zimbabwe, la octava asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI). A esa asamblea se invitaron 20 personas con discapacidad, como asesores en distintas cuestiones. Cuando llegamos a Harare nos dimos cuenta de que lo que se iba a hacer con nosotros no era exactamente lo que nosotros creíamos que debía ser la actitud a asumir en el mundo de la Iglesia con, hacia y por las personas con discapacidad (Fernández es invidente, con leve discapacidad auditiva). Entonces comenzamos a conversar y a planear transformar el pensamiento de la Iglesia y de sus entidades en algo que fuera realmente inclusivo, en donde las personas con discapacidad tuviéramos igualdad de oportunidades y accesibilidad a cualquier posición que pudiéramos desempeñar en la Iglesia, según vocación y capacidad. Empleamos mucho tiempo durante la asamblea del Consejo Mundial de Iglesias en Zimbabwe para conversar, planear y soñar. Un año después nos encontramos en Nairobi, Kenia, un grupo de los que antes habíamos estado en Harare, y articulamos este trabajo con el nombre de EDAN (Ecumenical Disability Advocates Network).

Elsa Tamez, biblista mexicana

Elsa Tamez, biblista mexicana

La red fue adscrita al programa de Justicia, Paz e Integridad de la Creación, del CMI; y estructuró su trabajo en 8 regiones: Asia, Pacífico, Medio Oriente, África, Europa, América del Norte, Caribe y Latinoamérica. Noel Fernández fue nombrado coordinador por América Latina, cargo que aún hoy desempeña. El encuentro realizado en Bogotá, recientemente, es la séptima reunión a escala latinoamericana.

Entre las acciones lideradas por la red se encuentra también un trabajo con la Iglesia indígena de Ecuador, donde “el tema de la discapacidad está más abandonado que en otras partes por cuestiones culturales y económicas”, según señala Fernández. También ha sostenido fuertes críticas a las Sociedades Bíblicas Unidas, por el uso inadecuado de términos relacionados con la discapacidad en las traducciones que se han hecho de la Biblia. En este contexto, han presentado alternativas para sustituir expresiones que resultan peyorativas.

“Se han hecho publicaciones y se han dado talleres y seminarios en más de 10  instituciones teológicas del continente, donde se ha tratado de animar para que el tema de la discapacidad se convierta en una materia curricular, tal vez hasta trasversal, pues el tema de la discapacidad puede ser materia de análisis en la teología sistemática o en la teología práctica o pastoral; por supuesto, en biblia, en psicología pastoral, en educación cristiana. Ese es un trabajo iniciado ya. De  hecho, ya hay varias instituciones teológicas en América Latina que han aceptado el reto y han empezado de algún modo a incluir el tema de la discapacidad o a recibir a personas con discapacidad, adecuando sus currículos para esa atención”.

Si la teología no encaja…

El psicólogo argentino Norberto Emilio Rasch, pastor de la Iglesia Evangélica, es el actual coordinador de la red en La Plata. Hace 20 años su hijo sufrió un accidente en vía pública. El hecho trajo consigo nuevos retos para su familia y su comunidad de fe. Debido a esta circunstancia de vida, también el pastor descubrió que las dimensiones de su ministerio se ampliaban. “Un trabajo de la red es sacar del silencio y del anonimato a tantas personas con tantos dones para la vida de la sociedad y para la iglesia particular”. Durante el encuentro, Norberto lideró un taller sobre liturgia y discapacidad: “no siempre la liturgia de nuestras comunidades es inclusiva; muchas veces en el desarrollo de una celebración no se tiene en cuenta que puede haber una persona ciega o una persona sorda o una persona con dificultades motrices. La idea de nuestro grupo de trabajo es tener en cuenta a la persona con discapacidad en todos los aspectos que hacen la vida litúrgica, desde que ingresa hasta que sale, para que sienta que es realmente incluido, para que no sienta que no es aceptado en ese lugar”.

Además del tópico de la liturgia, o de la realidad de la discapacidad de la infancia y la juventud, el encuentro ecuménico también se ocupó del tema de la sexualidad. Yanisbel Márquez, usuaria de silla de ruedas y sicóloga cubana, señala que “alrededor de la discapacidad hay muchos mitos y prejuicios, sobre todo porque las personas creen que quien vive con una discapacidad es asexual. Esto hace que se cree toda una serie de imaginarios. Se considera que tener una discapacidad supone no tener una vida sexual plena. La vida sexual es muy amplia y esto afecta, incluso, la autovaloración”.

Hay casos en que los imaginarios respecto a las personas con discapacidad se reproducen debido a una lectura poco crítica de la Biblia. Elsa Tamez, metodista y biblista de renombre, también participó de la reunión. Durante tres días estuvo animando un estudio bíblico del libro de Job, gracias al cual los participantes pudieron descubrir nuevas respuestas a la diversidad cuando la doctrina de la retribución entra en debate. Aún hoy se cree que la condición de discapacidad está asociada al pecado personal o familiar. Incluso, pervive la idea de que el bienestar es consecuencia de ser “una persona buena”, mientras que la adversidad deviene del cielo contra quienes son “malos”. “Pareciéramos marionetas de Dios y eso no es así”, señaló en su análisis. “Cuando las teologías no encajan con la realidad son opresoras”; de eso da cuenta el libro de Job.

Beneficiarias de FUMDIR

Beneficiarias de FUMDIR

 

Más allá de la integración

“La inclusión no significa simplemente dar un espacio, sentar a las personas con discapacidad en los bancos del templo, sino propiciar que el ministerio total de la Iglesia pueda estar en manos de éstas y éstos según vocaciones y conocimientos” (Noel Fernández).

 

Las puertas abiertas

Vida Nueva visitó hace algunas semanas la Fundación Misioneros Divina Redención San Felipe Neri (FUMDIR), una institución al servicio de población con todo tipo de discapacidad, ubicada en Suba. En un primero momento, la obra atendió a víctimas del conflicto armado en asocio con el Comité Internacional de la Cruz Roja. Se convirtió en “una tienda de campaña”, a donde las personas de las regiones llegaban para recibir ayuda médica. Con el tiempo se fueron ofreciendo procesos de rehabilitación, que incluían una perspectiva sobre el futuro a partir de capacitación para el trabajo.

En coherencia con las necesidades de la población atendida a inicios de la década de 1990 (entre dicha población, víctimas de la migración por causas violentas), la institución fue evolucionando y mejorando su servicio. Cuando el Gobierno decidió que muchos beneficiarios, provenientes de zonas de conflicto fuesen atendidos en sus propias regiones, la obra descubrió que su atención y su infraestructura tenían que ponerse al servicio de la población más marginada del distrito capital, esto es, de las personas diversamente hábiles, en condición de cualquier tipo de discapacidad.

Hoy FUMDIR atiende diariamente a una numerosa población, preocupándose, ante todo, por ofrecer una atmósfera de inclusión social que acompañe el ciclo vital de niñas, niños, jóvenes y adultos, no sólo a partir de procesos de rehabilitación sino también de capacitación técnica con miras al desempeño laboral. Más de 15 planes de formación e instalaciones que dignifican. “Solo el amor equilibra el destino”, afirma el padre Antonio Ramírez, un convencido de que la discapacidad de una persona no es una barrera: las barreras están en la sociedad cuando no reconoce la diversidad.

Miguel Estupiñán

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