La fosa común del Mediterráneo suma 700 nuevas víctimas

A causa de dos naufragios frente a las costas de Malta y Libia, respectivamente

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MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | La fosa común en que se ha convertido el Mediterráneo se ha vuelto a incrementar estos días tras dos naufragios multitudinarios, uno frente a las costas de Malta y otro en las de Libia, causando unos 700 muertos.

En el primero, alrededor de 500 migrantes –refugiados palestinos, sirios, sudaneses y egipcios– se ahogaron la semana pasada al hundirse su embarcación. Este suceso, según denuncia la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), fruto del testimonio de dos supervivientes, se produjo de modo “intencionado”, tirándolos al mar la propia banda mafiosa que los captó. Como reclama la OMI, urge combatir de modo eficaz a los traficantes humanos, pues constata que ya van 3.000 muertos en el Mediterráneo este año, por los 700 de 2013.

Respecto al segundo naufragio, de los 250 migrantes africanos que se hundieron el día 15 frente a Trípoli, apenas sobrevivió una treintena. Se trata del último suceso de este tipo en Libia, que, desde que estallara la guerra civil que en 2011 forzó la caída de Gadafi, se ha convertido en un eje para las mafias que operan con Italia.

En las horas siguientes al naufragio de Libia, Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger, mostró desde las redes sociales su estupor e indignación:

Libia, un país al que los señores europeos de la guerra desestabilizaron y abandonaron, se ha transformado en una trampa mortal (…). No quiero hablar ahora de la repugnancia que me causan nuestros egoísmos, nuestras ambiciones, el abismo abierto entre los intereses de los dirigentes políticos y la suerte de los pueblos, la traición de los medios a su función de servicio a la sociedad y a la verdad, la connivencia de los creyentes cristianos con la injusticia creadora de pobres. No quiero hablar de nada de eso, porque me tentaría la desesperanza.

Y concluyó:

En el nº 2.909 de Vida Nueva

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