Jornadas de reflexión de la Asociación Teólogos Juan XXIII
P. E. P. | Una reforma radical, desde abajo e inclusiva. Esos son los cambios que demanda para la Iglesia la Asociación Teólogos Juan XXIII, que ha celebrado en Madrid, del 4 al 7 de septiembre, la 34ª edición de su Congreso de Teología.
Bajo el lema La reforma de la Iglesia desde la opción de los pobres, alrededor de 600 personas procedentes de diversos países reflexionaron a la luz de varias ponencias y de las experiencias compartidas sobre esos cambios que consideran ineludibles si la institución no quiere hacerse el harakiri.
Dicha reforma, según el manifiesto conclusivo de las jornadas [ver íntegro]:
Requiere la práctica de la democracia, el reconocimiento y ejercicio de los derechos humanos, entre ellos los derechos sexuales y reproductivos, así como el gobierno sinodal, vigente durante los primeros diez siglos del cristianismo, con la participación del laicado, que es la base de la Iglesia.
Una reforma, abunda el texto, que ha de traducirse “en el respeto a la laicidad, la crítica del poder y el compromiso con los sectores más vulnerables”, “el apoyo a alternativas políticas y económicas”, y que “ha de hacerse desde abajo, desde la base social y eclesial.
Esta reforma “inclusiva”, que “ha de superar las discriminaciones y exclusiones todavía vigentes y operantes por razones de género, religión, cultura, etnia, clase social, orientación y opción sexual, opción política, procedencia geográfica, relaciones de pareja, y crear una comunidad acogedora, solidaria y samaritana”, ya es una realidad, según señalan, “en diferentes ámbitos religiosos, eclesiales y sociales”.
Algunos, como los que se dan en el mundo rural, con los indígenas, en las cárceles, en la lucha solidaria contra los desahucios, en el ministerio episcopal y sacerdotal construyendo la Iglesia de los pobres o entre los jóvenes indignados, fueron expuestos por sus protagonistas en algunas de las experiencias presentadas.
En el nº 2.908 de Vida Nueva
