El Papa destaca la misericordia como un aspecto particular de la Iglesia

Durante la catequesis pronunciada en la audiencia general de ayer

Bergoglio saludó primero a Salvatore D'Argento, paralítico por un accidente desde 1995 en la segunda vez que sale de su casa en Chienti debido a su frágil estado.

Bergoglio saludó primero a Salvatore D’Argento, paralítico desde 1995 por un accidente. Es solo la segunda vez que sale de su casa en Chienti debido a su frágil estado.

ÁLVARO ESPINOSA (ROMA) | “Un aspecto particular de la maternidad de la Iglesia es la educación a través de la misericordia”. Este fue el argumento de la catequesis del papa Francisco durante la audiencia general de este miércoles en la Plaza de San Pedro en la que participaron más de 30.000 personas llegadas de todas las partes del mundo.

Francisco quiso dejar claro que lo “esencial” del Evangelio es la misericordia. Utilizando las palabras que dedicó Jesús a sus discípulos, “sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso”, el argentino lanzó la siguiente pregunta: “¿Puede haber un cristiano que no sea misericordioso?” La respuesta fue rotunda:

No. Necesariamente el cristiano debe ser misericordioso porque ese es el centro del Evangelio. Por eso la Iglesia se comporta como Jesús, no da lecciones teóricas sobre el amor ni sobre la misericordia, ni difunde en el mundo un camino de filosofía o de sabiduría.

De esta manera el Papa quiso señalar que la Iglesia:

Nos enseña a dar de comer y de beber a quien tiene hambre y sed, a vestir al que está desnudo… Y lo hace con el ejemplo de tantos santos y santas… pero también con el de tantos padres y madres que enseñan a sus hijos que lo que a nosotros nos sobra es para aquel que carece de lo necesario.

El Sumo Pontífice señaló una de las reglas sagradas del cristianismo para demostrar lo anterior: la hospitalidad. El Papa ejemplificó que las familias cristiana siempre proporcionan un plato de comida o una cama para el que lo necesite.

La madre Iglesia enseña a estar cerca de los que están enfermos y, si santos y santas, han servido así a Jesús, muchas personas ponen hoy en práctica esta obra de misericordia en los hospitales o en sus casas cuidando a los enfermos.

El Santo Padre no quiso olvidarse de aquellas personas que se encuentran en la cárcel e invitó a todos los cristianos a ayudar a estos con misericordia cristiana.

Todos podemos pecar y equivocarnos en la vida. No son peores que tu o que yo. La misericordia es la que cambia el corazón y la vida, la que puede regenerar a una persona y permitir que se reintegre de forma nueva en la sociedad.

Para finalizar, el Obispo de Roma volvió a recalcar como ha realizado en otras ocasiones que “La madre Iglesia nos enseña a estar cerca de los que están abandonados y mueren solos. Es lo que hizo la beata Madre Teresa en las calles de Calcuta; y es -reiteró el Pontífice- lo que han hecho y hacen tantos cristianos que no tienen miedo de estrechar la mano al que está para dejar este mundo”.

  • Francisco durante la audiencia general de ayer:

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  • El evento completo (en italiano original):

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