Libros

Una novela que encierra muchas novelas


En ‘El revés de la trama’ Javier Morales recensiona la obra de Ian McEwan Operación Dulce (Anagrama, 2014).

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Título: Operación Dulce

Autor: Ian McEwan

Editorial: Anagrama, 2014

Ciudad: Barcelona

Páginas: 400

JAVIER MORALES | Como una muñeca rusa, así ha definido parte de la crítica británica la última novela de uno de sus escritores más sobresalientes, Ian McEwan. Ambientada en el Londres convulso y gris de los años setenta, en plena Guerra Fría, en Operación Dulce McEwan nos cuenta la historia de Serena Frome, una joven brillante y guapa, lectora pertinaz, reclutada por el famoso MI5, el servicio de inteligencia británico. Tras pasar un tiempo con trabajos burocráticos, como le ocurría a buena parte de las mujeres “espías” del momento, a Serena se le encarga participar en una fundación que, con cuantiosos fondos, busca captar escritores prometedores para la causa anticomunista.

Es así como Serena entra en la vida del novelista Tom Haley. Amor, espionaje, literatura y humor se funden en una novela que abre la puerta a otras novelas y por la que pasa la vida del propio McEwan estudiante. Sin estridencias ni peroratas discursivas, McEwan describe los avatares de una época marcada por las revueltas mineras, las luchas ideológicas, la crisis de identidad de los británicos tras “perder” el imperio o el mundillo literario del momento, del que emergieron, además de McEwan, escritores de la talla de Rushdie, Amis o Barnes. Operación Dulce nos atrapa desde el primer momento porque el autor de Expiación (Anagrama, 2002), novela que le catapultó a la fama, tiene claro que detrás de los hechos debe esconderse una buena historia. Dijo McEwan en una entrevista a El País:

La ficción que me interesa depende de que los hechos estén muy bien comprobados, para saber cómo ocurrieron las cosas y llegar a la verdad. Yo disfruto con ese proceso y, a fin de cuentas, creo que si te has ayudado de una serie de libros, hay que dejarlo claro.

Mientras en Europa y Estados Unidos muchos escritores viven atormentados y paralizados por la muerte de la novela, en Gran Bretaña, tranquilamente, las escriben.

En el nº 2.906 de Vida Nueva

Actualizado
05/09/2014 | 07:00
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