EEUU: Los hispanos abandonan el catolicismo

a Iglesia católica estadounidense es cada vez es más hispana, pero los hispanos son cada vez menos católicos

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DARÍO MENOR | En el tiempo libre que le deja su trabajo como carpintero, Fernando Morato, estadounidense de 30 años emigrado desde México cuando tenía 18, participa en las ceremonias y en la vida parroquial de una iglesia bautista que hay en Kiln, el pequeño pueblo del estado sureño de Misisipi, donde reside.

No es esta su primera comunidad cristiana: durante su infancia y primera juventud en México fue católico, recibió la Primera Comunión y acudió regularmente a misa. Las nuevas condiciones de su vida en los Estados Unidos (EE.UU.) y el poco interés que le despertaba la Iglesia fiel a Roma propiciaron el cambio. En las misas católicas “la gente es muy triste”, se queja Morato, a quien no le gusta “el ambiente” que se respira en ellas. En cambio, en la comunidad bautista de la que ahora forma parte, a la que llegó de la mano de su esposa, se siente cómodo y encuentra una respuesta a sus inquietudes espirituales. “Me gusta la gente, el servicio y los cantos de alabanza, que son más animados”.

Buena parte de los hispanos de EE.UU. está siguiendo la misma trayectoria que este inmigrante de origen mexicano. Le ha puesto cifras a esta tendencia el centro de estudios norteamericano Pew Research Center en un reciente informe. El 55% de los 35,4 millones de adultos de origen latino que vive en el país se declara católico. Aunque siguen siendo la mayoría, están en franca retirada. El 22% dice ser protestante, bautista o evangélico –el grupo al que se adscribe Morato–, mientras que un 18% asegura no pertenecer a ninguna comunidad religiosa.

Los datos se basan en una encuesta llevada a cabo entre los meses de mayo y julio del año pasado con la participación de más de 5.000 hispanos adultos. La comparación con las cifras del estudio anterior, realizado en 2010, arroja resultados inquietantes para Roma. Hace cuatro años, dos terceras partes de los latinos consultados se declaraban católicos (67%), lo que significa que el porcentaje de fieles ha caído 12 puntos porcentuales en este tiempo.

Según el informe, casi uno de cada cuatro adultos hispanos de EE.UU. (24%) ha abandonado la fe católica. Estas personas o han pasado a la miríada de Iglesias protestantes del país o se confiesan “no afiliadas” a ninguna religión, ateas o agnósticas. El primero de estos dos colectivos ha crecido en los últimos años de forma constante, pues aunque los hispanos protestantes son hoy un 22%, solo un 14% creció en una familia en la que se profesaba esta fe. Los ocho puntos restantes están formados por “conversos”, en su mayoría provenientes del catolicismo. Aún mayor es el incremento de los no adscritos a ninguna religión: solo una tercera parte de ellos vivió cuando era menor de edad en un entorno familiar de estas características.

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El cuadro que describe el estudio puede resultar paradójico: la Iglesia católica de EE.UU. tiene cada vez más presencia hispana, pero los hispanos son cada vez menos católicos. Los autores del informe explican la aparente contradicción por el continuo crecimiento de la población de origen latino, que ha pasado de significar el 12,5% del total en el año 2000 al 16,9% actual. Si este aumento prosigue al mismo tiempo que no cesa el descenso en la afiliación católica, llegará un momento en que la mayoría de los católicos estadounidenses serán hispanos, aunque la mayoría de los hispanos no serán católicos. Ese parece ser el camino a seguir, pues la inmigración y la tasa de natalidad entre los latinos se mantienen altas, mientras que solo un 45% de sus jóvenes de entre 18 y 29 años se declaran católicos, 10 puntos menos que el porcentaje total entre hispanos adultos.
 

Competir por las almas

¿Qué está ocurriendo con las parroquias y comunidades cristianas de EE.UU. para que exista esa migración de fe por la que el episcopado y el Vaticano comienzan a estar preocupados? “Simplemente se durmieron”, dice Rhina Guidos, periodista hispana del Catholic News Service (CNS), el servicio de información de la Conferencia Episcopal Estadounidense.

Se pensó que si una persona crecía en una casa católica, siempre sería católica, pero ya no es así. Creo que ha bajado el porcentaje de fieles más por los esfuerzos de otras comunidades eclesiásticas que por la debilidad católica.

El continuo flujo de inmigrantes latinos supone para los grupos religiosos estadounidenses una oportunidad a la que la Iglesia de Roma no ha respondido hasta ahora de forma adecuada. Afirma la reportera:

No ha hecho un esfuerzo para llamar a los hispanos a sus templos después de que hayan llegado a un país nuevo. Ha puesto todo en las manos de los feligreses.

Otras religiones, en cambio, despliegan herramientas propias de una estrategia de “evangelización moderna” para seducir a los recién llegados, ofreciéndoles “un círculo social automático cuando más lo necesitan”. Advierte Guidos:

Hay una competencia impresionante por las almas de los latinoamericanos en este país.

El jesuita estadounidense de origen cubano Claudio Burgaleta, profesor de Teología en la Universidad Fordham de Nueva York, analiza un elemento que explica la disminución del porcentaje de latinos que se consideran católicos:

Primero está la falta de atención pastoral a muchos hispanos por parte de las diócesis y las parroquias católicas. Aunque se ha incrementado de forma significativa el número de templos que tienen ministerio hispano, están concentrados geográficamente y todavía hay muchos que no ofrecen ese pastoreo o, si lo ofrecen, se limita a una misa en español.

Este es, de hecho, uno de los motivos que facilitó el paso de Morato a una comunidad bautista: “Nunca fui a una iglesia católica aquí. No hay muchas misas en español”.

En los lugares con mayor presencia hispana sí que se usa la lengua de Cervantes en los templos, como queda reflejado en el estudio del Pew Research Center. Jessica Hammar Martínez, coautora del informe, lo explica:

Un 86% de los encuestados dicen que encuentran servicios religiosos católicos en español. Dos tercios de los hispanos que van a misa (67%) aseguran que en la mayoría de las ceremonias en las que participaron el año pasado se utilizó su lengua madre.

Completa el cuadro sobre la penetración latina en las parroquias estadounidenses un reciente estudio realizado por Hosffman Ospino, profesor de ministerio hispano y educación religiosa en la universidad jesuita Boston College. Según su investigación, solo en un 25% de los templos católicos del país se utiliza el español para las ceremonias y actividades. La cifra se ha incrementado en los últimos años, pero resulta insuficiente para la población católica hispana, que supone el 40% de todos los miembros de esta comunidad cristiana en los EE.UU.

El cardenal Sean O'Malley.

El cardenal Sean O’Malley.

Según Ospino, hay luces y sombras en la respuesta de la Iglesia católica estadounidense al crecimiento hispano. Por un lado, señala los “esfuerzos” realizados para acercarse a este colectivo, como se ve en el aumento de las misas en español. Destaca, además, que en algunas zonas de los estados de Texas, California, Arizona o Florida, “la mayoría de los católicos son hispanos”. Por otro lado, “hay muchas cosas más que pueden hacerse” y advierte:

Buena parte de los esfuerzos realizados en las parroquias y en las diócesis se han llevado a cabo de manera aislada. El aislamiento lleva a un ministerio débil. Muchos de estos templos tienen dificultades financieras o de personal.

Guidos comparte el diagnóstico: celebra los esfuerzos de algunos miembros de la jerarquía eclesiástica con los latinos, como los del cardenal Seán O’Malley, arzobispo de Boston, pero considera que la Iglesia ha cometido “faltas” que debe corregir. “En algunos casos del pasado se trató a los hispanos como católicos de segunda clase”, dice la periodista del CNS.
 

Maneras de vivir la fe

Este contexto hace que los hispanos sean más vulnerables a la descristianización, lo que explicaría que el grupo de población que crece con mayor velocidad entre los latinos sea el de los que no se identifican con ninguna religión. Para Burgaleta, no se trata de personas que rechacen a Dios de forma completa:

Siguen creyendo, pero prefieren identificarse como espirituales a su manera.

Este fenómeno, existente en buena parte de los países occidentales, tiene efectos particularmente fuertes cuando se vive el desarraigo que conlleva la emigración. Sostiene el profesor de la Universidad Fordham de Nueva York que:

La secularización es un fenómeno seductor y desorientador, porque ya no se vive en una cultura católica empapada de los símbolos y de los valores cristianos. Se ha pasado a una sociedad con otro modelo de relación entre la fe y la cultura, más privado e individualista y en el que la familia está en crisis.

A su juicio, sería un error considerar poco creyentes a los estadounidenses, pues muestran unos índices de creencia y práctica religiosa superiores a los de la mayoría de los europeos. Sin embargo, tienen una manera diferente de vivir la fe respecto a los latinoamericanos:

Es menos mariana, menos sacramental y más individualista, reservada y privada. Se hace una separación entre la fe, la cultura y la sociedad.

Los hijos de la primera generación de inmigrantes son los que resultan más impactados por el cambio. Afirma Burgaleta:

Van perdiendo el idioma y con ello la cultura y la religiosidad de los padres. Otros valores católicos perduran, como la apuesta por la familia, la devoción a María y a los santos y la creencia en la Eucaristía y en la Biblia como la Palabra inspirada de Dios.

Para Ospina, estos jóvenes son “el presente y el futuro del catolicismo en los Estados Unidos”. La Iglesia se la juega con ellos. Propone este profesor de origen colombiano del Boston College:

Alrededor del 55% de los católicos menores de 18 años son hispanos. Sabemos que en algunos lugares se están haciendo pocos esfuerzos con ellos y que el 95% no va a colegios católicos. Mi consejo es que la Iglesia debe invertir en la juventud latina. Quizás deberíamos comenzar a hablar a partir de ahora del ministerio hispano y de la experiencia hispana católica como una opción preferencial para la Iglesia en EE.UU.

El informe del Pew Research Center le da la razón: la encuesta muestra que son los adultos más jóvenes quienes protagonizan la migración religiosa entre los latinos. Según se pasa de una franja de edad a otra, varían las opciones mayoritarias que toman al dejar la Iglesia de Roma. “En el grupo de adultos hispanos de entre 18 y 29 años, prácticamente el cambio ha consistido en alejarse del catolicismo e inclinarse hacia la no pertenencia a ninguna comunidad religiosa. Entre los adultos de 30 a 49 años, sin embargo, se tiende a abandonar el catolicismo por el protestantismo evangélico y la no afiliación religiosa”, dice el informe.
 

Lo que les aleja de Dios

Conoce bien las inquietudes de la comunidad latina José Caló, doctor en Filosofía y Ciencias Sociales y asistente del alcalde de Miami, Tomás Regalado, para quien la tendencia desvelada en el estudio del Pew Research Center responde a la intención de los inmigrantes de vivir a fondo el llamado “sueño americano”. “Cuando viene a EE.UU., el hispano tiene una cosa en mente: hacer dinero”. “Este país –comenta Caló– ofrece unas grandes posibilidades para progresar, pero te va quitando el tiempo. Por eso las pocas horas libres que le quedan al migrante latino quiere dedicarlas a una Iglesia que le resulte más fácil y cómoda, como le parecen las protestantes y evangélicas”. El capuchino mexicano Pablo Jaramillo, quien atiende pastoralmente a la comunidad hispana en la localidad texana de Fort Worth desde hace más de cinco años, concuerda con que el principal desafío para los inmigrantes que llegan al país desde Latinoamérica es “vencer el desafío de la inculturación”.
Además de acogerles y de echarles una mano en la asimilación de la nueva realidad a la que han llegado, la Iglesia debe mostrarles uno de los grandes riesgos de la sociedad estadounidense. “Han de tener cuidado en no volcarse en trabajar, trabajar y trabajar. Eso les aleja de la familia cuando viven con ella. Les aleja también de su fe, que era una prioridad antes de llegar a este país. Supone un cambio de vida con todo lo que esto significa”, cuenta el religioso capuchino, subrayando a continuación que en su parroquia se ofrecen multitud de servicios para tratar de satisfacer “las necesidades de cada persona que acude buscando ayuda”.

Respuestas de comunidades como la de Jaramillo son la excepción. Lo reconoce el uruguayo Guzmán Carriquiry, secretario encargado de la vicepresidencia de la Comisión Pontificia para América Latina de la Santa Sede. Al llegar a EE.UU., a los hispanos en muchas ocasiones les resulta complicado integrarse en los templos que encuentran, donde impera una “religiosidad popular católica gradualmente empobrecida”. Pasan de una cristiandad rural a una “sociedad compleja” marcada por el culto “al consumo y al espectáculo”. En cambio, en ese ambiente se sienten “acogidos como hermanos y hermanas por las comunidades cálidas” de las Iglesias evangélicas. “Son ayudados en sus necesidades materiales y se refuerza su autoestima” espiritual, comenta Carriquiry.

A su juicio, los más vulnerables a pasar de una fe a otra son los inmigrantes recientes, “muchas veces muy pobres, que se sienten perdidos, sin que nadie se ocupe de ellos”. El estudio del Pew Research Center certifica que el cambio religioso no solo ocurre al llegar al gigante norteamericano. “El abandono del catolicismo se produce tanto entre los hispanos que nacieron en EE.UU. como entre los que llegaron al país desde otras naciones. De este último grupo, alrededor de la mitad dice que se dejó seducir por otra religión después de emigrar, más o menos el mismo porcentaje que lo hizo antes”, explica Hammar Martínez, coautora del estudio. “Es posible”, se lee en el informe, “que esto refleje algunas de las tendencias que están ocurriendo en América Latina, donde los porcentajes de protestantes y de no afiliados a ninguna religión han aumentado”. Como motivo más habitual para justificar el cambio, un 55% de los encuestados dice que “se fue alejando poco a poco” de la fe en la que fue criado.

Pese al negro cuadro para la Iglesia de Roma que plantea el estudio, Jaramillo ve la situación de otro modo. “La competencia”, a su juicio, la tienen realmente las comunidades protestantes, pues “cada vez hay más presencia católica” en EE.UU. Pone como ejemplo la Diócesis de Fort Worth, donde desempeña su labor pastoral, en la que han surgido diez parroquias nuevas. El religioso capuchino apunta, además, que muchos de los hispanos que se sienten atraídos por “nuevas ofertas” y pasan a otras religiones no tienen continuidad, por lo que existe la posibilidad de que vuelvan al catolicismo. En el ambiente contrario a la inmigración que, según Guidos, se vive en EE.UU., la Iglesia tiene una “oportunidad única” para defender a los más necesitados, como son los migrantes hispanos. “Pero tiene que hacerlo con algo más que palabras. Necesitan que les hagan sentir que tienen valor, especialmente para un Dios que les quiere a pesar de estar en un ambiente hostil”.
 

“Francisco es fuente de orgullo para los latinos”

Jorge Mario Bergoglio, el primer papa latinoamericano en la historia bimilenaria de la Iglesia católica, tiene previsto realizar un gran gesto con la comunidad hispana de EE.UU. en el viaje que realizará a Filadelfia en septiembre del año que viene para participar en el Encuentro Mundial de las Familias (EMF). Aún no está confirmada la visita ni cerrado el programa, pero se está planeando un gran encuentro con los católicos estadounidenses de origen latinoamericano, según ha podido saber Vida Nueva. Un anticipo de esa audiencia tendrá lugar el próximo 12 de diciembre, fiesta de la Virgen de Guadalupe, cuando Francisco presidirá una misa criolla en la basílica de San Pedro del Vaticano con cardenales, obispos, embajadores y feligreses de toda América Latina. La última vez que se celebró una ceremonia similar fue en 2011, cuando se conmemoró el bicentenario de la independencia de los países latinoamericanos con una misa criolla presidida por Benedicto XVI.

En este año y medio como obispo de Roma, Bergoglio ha seducido a la población hispana de EE.UU. “Dos terceras partes de todos los latinos y un 84% de los latinos católicos tienen una opinión favorable de él”, cuenta Jessica Hammar Martínez, coautora del informe del Pew Research Center. “Su identidad latinoamericana es fuente de orgullo y empatía. El efecto Francisco, suscitado por su pastoral de cercanía y misericordia, se nota también en el retorno al sacramento de la Reconciliación. Sin embargo, ciertas encuestas entre norteamericanos católicos indican que el efecto Francisco todavía no ha impactado en la asistencia a la misa dominical”, asegura el profesor jesuita Claudio Burgaleta. Los hispanos tienen grandes expectativas en el papa Bergoglio no solo por su origen latinoamericano, sino también por su posición frente a las migraciones. “Saben –dice el capuchino Pablo Jaramillo– que está trabajando para que las fronteras de los países sean más accesibles para los migrantes, para que al menos se vayan creando unas condiciones humanitarias favorables”. De hecho, se espera que tras participar en el EMF de Filadelfia, el Pontífice viaje a México y visite la frontera con EE.UU., una meta para millones de emigrantes hispanos.

La reportera Rhina Guidos recuerda una anécdota ilustrativa del impacto que está teniendo el papa argentino entre los cristianos de EE.UU.: “Después de la elección de Francisco, me encontré con un mormón que trabaja con los inmigrantes en Utah. Al hablar del Papa me dijo que se sentía no tanto mormón, sino moca. Le pregunté lo que significaba eso y respondió: ‘Mitad mormón y mitad católico’. Me dijo que había muchos en la Iglesia mormona que se sentían así tras la elección de Francisco”.

En el nº 2.907 de Vida Nueva

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