¿Religiones o idolatrías?

Algunos comentaristas, a propósito del pasado mundial de futbol y de otros fenómenos de la época, como el delirio por los y las artistas de cine o TV, por modelos y otras personalidades del espectáculo, hablan de religiones seculares, por la veneración y el fanatismo. Fanatismo que conduce a violencias lamentables y a la perplejidad ante el ethos que parece afectar a las nuevas generaciones de colombianos y colombianas, pero también a las viejas, ¿por qué no decirlo?

Me permito precisar: religión se refiere a re-ligar a la divinidad. En recto orden los fenómenos de paroxismo delirante que llevan a violencia incontrolable son, más bien, idolátricos. El ídolo pide el sacrificio de la víctima y los grandes eventos y personalidades del espectáculo se han convertido en ídolos que sacrifican en el altar de los fanatismos a víctimas inocentes, sin respeto alguno.

Lo vivido está señalando el estado de violencia inconsciente que nos afecta. La pregunta por el estado de los espíritus, de los valores, del respeto a los derechos de los demás y a la vida, reta con urgencia a la familia y su capacidad de formar a niños y niñas en el valor de la vida; a los dueños de los medios, actuales formadores de la juventud, por promover la violencia y el triunfo del más fuerte; a la Iglesia Católica y a las demás iglesias, por su capacidad de formar interiorizando valores, de manera que la fe confesada, sea ante todo fe vivida.

El presente nos está señalando la urgente necesidad de formar a los niños en el respeto a la vida y la preservación de la paz. Nuevas generaciones fortalecidas por una vivencia de la fe como práctica pueden ser una alternativa ineludible del presente, si queremos un mejor futuro.

Ignacio Madera Vargas, SDS

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