Francisco en entrevista con Cymerman

“La gran revolución es ir a las raíces, ver lo que tienen que decir”

cymerman

Un día después de la oración por la paz en Tierra Santa, el periodista Henrique Cymerman entrevistó al papa Francisco. A día de hoy, cuando la violencia en Oriente Medio, lejos de llegar a su fin, se recrudece, algunas de las palabras del obispo de Roma durante aquella extensa conversación cobran particular relieve.

Según Bergoglio, “la oración también es un acto político con mayúscula”. La expresión sintetiza el cometido de la reunión que tuvo lugar en los jardines vaticanos y que dio vuelta al mundo.

A su parecer, la violencia en nombre de Dios domina Oriente Medio, “es una contradicción”. “La violencia en nombre de Dios no se corresponde con nuestro tiempo. Es algo antiguo. Con perspectiva histórica hay que decir que los cristianos, a veces, la hemos practicado”, añade, “llegamos por la religión a contradicciones muy serias, muy graves. El fundamentalismo, por ejemplo”.

Según Francisco, “las tres religiones tenemos nuestros grupos fundamentalistas, pequeños en relación a todo el resto”. En atención a lo anterior, explica: “Un grupo fundamentalista, aunque no mate a nadie, aunque no le pegue a nadie, es violento. La estructura mental del fundamentalismo es violencia en nombre de Dios”. “El saludo que judíos, islámicos y cristianos nos damos es un saludo de aliento, un saludo de cercanía; el saludo del fundamentalista es ver dónde te puedo pegar”.

Durante el viaje a Tierra Santa el Papa quiso estar acompañado del profesor Omar Abu, presidente del Instituto del Diálogo Interreligioso de Buenos Aires, y del rabino Abraham Skorka, dos amigos suyos. En un momento muy significativo del viaje los tres protagonizaron un emotivo abrazo frente al Muro de las Lamentaciones. “Quise que esta amistad entre los tres se viera como un testimonio”, responde el obispo de Roma, cuando el entrevistador le pregunta acerca de la importancia de este gesto para la reconciliación a nivel religioso.

Cimerman5_opt-copiaJudaísmo y cristianismo

Alguna vez Francisco dijo que “dentro de cada cristiano hay un judío”. Durante la entrevista se extiende en el significado de dicha expresión. En su opinión, quizá lo más correcto sería decir que no se pude vivir el cristianismo sin reconocer su raíz judía. 

“No hablo de judío en el sentido semítico de raza sino en sentido religioso. Creo que el diálogo interreligioso tiene que ahondar en esto, en la raíz judía del cristianismo y en el florecimiento cristiano del judaísmo. Entiendo que es un desafío, pero se puede hacer como hermanos. Yo rezo todos los días el oficio divino con los salmos de David. Los 150 salmos los pasamos en una semana. Mi oración es judía, y luego tengo la eucaristía, que es cristiana”.

Respecto al antisemitismo señala: “No sabría explicar por qué se da, pero creo que está muy unido, en general, y sin que sea una regla fija, a las derechas. El antisemitismo suele anidar mejor en las corrientes políticas de derecha que de izquierda, ¿no? Y aún continúa. Incluso tenemos quien niega el holocausto, una locura”.

A este nivel de la conversación Cymerman trae a colación la apertura de los archivos del Vaticano sobre el Holocausto. Bergoglio no niega que el hecho traerá mucha luz. Sin embargo, reconoce que frente a ello le preocupa la figura de Pío XII, “el papa que lideró la Iglesia durante la Segunda Guerra Mundial”. “Al pobre Pío XII le han tirado encima de todo. Pero hay que recordar que antes se lo veía como el gran defensor de los judíos. Escondió a muchos en los conventos de Roma y de otras ciudades italianas, y también en la residencia estival de Castel Gandolfo. Allí, en la habitación del Papa, en su propia cama, nacieron 42 nenes, hijos de los judíos y otros perseguidos allí refugiados. No quiero decir que Pío XII no haya cometido errores –yo mismo cometo muchos–, pero su papel hay que leerlo según el contexto de la época. ¿Era mejor, por ejemplo, que no hablara para que no mataran más judíos, o que lo hiciera? También quiero decir que a veces me da un poco de urticaria existencial cuando veo que todos se la toman contra la Iglesia y Pío XII, y se olvidan de las grandes potencias. ¿Sabe usted que conocían perfectamente la red ferroviaria de los nazis para llevar a los judíos a los campos de concentración? Tenían las fotos. Pero no bombardearon esas vías de tren. ¿Por qué? Sería bueno que habláramos de todo un poquito”.

pablodfCuando Cymerman sostiene que hay personas que afirman que el actual obispo de Roma es “un revolucionario”, en atención al significado de las acciones que hoy por hoy adelanta, Francisco responde: “Para mí, la gran revolución es ir a las raíces, reconocerlas y ver lo que esas raíces tienen que decir el día de hoy. No hay contradicción entre revolucionario e ir a las raíces. Más aún, creo que la manera para hacer verdaderos cambios es la identidad. Nunca se puede dar un paso en la vida si no es desde atrás, sin saber de dónde vengo, qué apellido tengo, qué apellido cultural o religioso tengo”.

Pobreza y desigualdad

“¿Por qué es importante que la Iglesia sea pobre y humilde?”, pregunta el entrevistador. “La pobreza y la humildad están en el centro del Evangelio y lo digo en un sentido teológico, no sociológico. No se puede entender el Evangelio sin la pobreza, pero hay que distinguirla del pauperismo. Yo creo que Jesús quiere que los obispos no seamos príncipes, sino servidores”, responde Bergoglio. Y respecto a la desigualdad entre pobres y ricos sostiene:

Negar el holocausto es una locura

Negar el holocausto es una locura

“Está probado que con la comida que sobra podríamos alimentar a la gente que tiene hambre. Cuando usted ve fotografías de chicos desnutridos en diversas partes del mundo se agarra la cabeza, no se entiende. Creo que estamos en un sistema mundial económico que no es bueno. En el centro de todo sistema económico debe estar el hombre, el hombre y la mujer, y todo lo demás debe estar al servicio de este hombre. Pero nosotros hemos puesto al dinero en el centro, al dios dinero. Hemos caído en un pecado de idolatría, la idolatría del dinero. La economía se mueve por el afán de tener más y, paradójicamente, se alimenta una cultura del descarte. Se descarta a los jóvenes cuando se limita la natalidad. También se descarta a los ancianos porque ya no sirven, no producen, es clase pasiva… Al descartar a los chicos y a los ancianos, se descarta el futuro de un pueblo porque los chicos van a tirar con fuerza hacia adelante y porque los ancianos nos dan la sabiduría, tienen la memoria de ese pueblo y deben pasarla a los jóvenes. Y ahora también está de moda descartar a los jóvenes con la desocupación. A mí me preocupa mucho el índice de paro de los jóvenes, que en algunos países supera el 50%. Alguien me dijo que 75 millones de jóvenes europeos menores de 25 años están en paro. Es una barbaridad. Pero descartamos toda una generación por mantener un sistema económico que ya no se aguanta, un sistema que para sobrevivir debe hacer la guerra, como han hecho siempre los grandes imperios. Pero como no se puede hacer la Tercera Guerra Mundial, entonces se hacen guerras zonales. ¿Y esto qué significa? Que se fabrican y se venden armas, y con esto los balances de las economías idolátricas, las grandes economías mundiales que sacrifican al hombre a los pies del ídolo del dinero, obviamente se sanean. Este pensamiento único nos quita la riqueza de la diversidad de pensamiento y por lo tanto la riqueza de un diálogo entre personas. La globalización bien entendida es una riqueza. Una globalización mal entendida es aquella que anula las diferencias. Es como una esfera, con todos los puntos equidistantes del centro. Una globalización que enriquezca es como un poliedro, todos unidos pero cada cual conservando su particularidad, su riqueza, su identidad, y esto no se da”.

Texto: VNC. Fotos: VNE, PABLODF

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