Llamada agónica por la paz en Gaza, Mosul y Ucrania

Católicos y ortodoxos critican la ordenación episcopal de mujeres por los anglicanos

En dos semanas, se registran más de 600 muertos en Gaza.

En dos semanas, se registran más de 600 muertos en Gaza.

Llamada agónica por la paz en Gaza, Mosul y Ucrania [ver extracto]

ANTONIO PELAYO (ROMA) | Las desgracias nunca llegan solas; las malas noticias, tampoco. Lo prueba la semana que comentamos en esta crónica: a la mesa del papa Francisco han llegado, uno tras otro, los ecos de la invasión de la Franja de Gaza por unidades del ejército israelí, el abatimiento del avión malasio sobre los cielos de Ucrania, la expulsión de los últimos cristianos que había en Mosul (Irak) y la decisión del Sínodo de la Iglesia anglicana de conferir la ordenación episcopal a la mujer. Cuatro tristes noticias cuyas consecuencias están por ver, pero que no presagian nada positivo.

Después de haber bombardeado durante días Gaza (como respuesta al lanzamiento de misiles palestinos contra su territorio) y de haber provocado numerosas muertes entre la población civil, el ejército de Israel lanzó el 18 de julio una vasta operación por tierra para desmontar las rampas de lanzamiento de los cohetes y destruir los túneles que permiten a las milicias de Hamas el avituallamiento de armas.

Una enérgica acción que no ha cesado a pesar de la resistencia de las brigadas Ezzedin Al Qassam (brazo armado de Hamas) y que se salda por ahora con un balance de más de 600 muertos y varios miles de heridos, sin olvidar a las decenas de miles de familias obligadas a abandonar sus casas.
 

Al teléfono con Peres y Abbas

El 18 de julio, la Sala de Prensa de la Santa Sede publicó este comunicado [ver original]:

Tras el dolorido llamamiento lanzado el pasado domingo a seguir rezando por la paz en Tierra Santa, el Santo Padre ha telefoneado personalmente esta mañana al presidente Simon Peres y al presidente Mahmud Abbas, compartiendo sus gravísimas preocupaciones por la situación actual del conflicto, que afecta de forma particular a la Franja de Gaza y que, en un clima creciente de hostilidad, odio y sufrimiento para los dos pueblos, está sembrando numerosísimas víctimas y dando lugar a una situación de grave emergencia humanitaria. (…) Como ya hizo durante su reciente peregrinación a Tierra Santa y con ocasión de la invocación por la paz del pasado 8 de junio, el Santo Padre ha asegurado su oración incesante y la de toda la Iglesia por la paz en Tierra Santa y ha compartido con sus interlocutores, a los que considera hombres de paz y que desean la paz, la necesidad de seguir rezando y esforzándose para conseguir que todas las partes interesadas se comprometan al cese de toda hostilidad y actúen en favor de una tregua, de la paz y de la reconciliación de los corazones.

Este llamamiento, unido a los que han realizado el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; el secretario de Estado norteamericano, John Kerry; y el presidente egipcio, Al Sisi, entre otros, no ha sido escuchado y, en el momento de escribir esta crónica, han fracasado todos los intentos de establecer una tregua.

Francisco volvió a la carga el domingo 20. Al final del Ángelus, se dirigió a los fieles pidiéndoles que no decaigan en sus oraciones en favor de la paz:

En diversas partes del mundo (…). Que el Dios de la paz suscite en todos un auténtico deseo de diálogo y de reconciliación. La violencia no se vence con la violencia. ¡La violencia se vence con la paz! Recemos en silencio, pidiendo la paz; todos, en silencio… María, Reina de la paz, ruega por nosotros.

Minutos antes, Bergoglio manifestó su preocupación por las noticias que llegan de las comunidades cristianas de Mosul y de otras partes de Oriente Medio:

Donde han vivido desde los comienzos del cristianismo y han convivido con sus conciudadanos ofreciendo una significativa contribución al bien de la sociedad. Hoy son perseguidas; nuestros hermanos son perseguidos; son expulsados, tienen que dejar sus casas sin tener la posibilidad de llevarse nada. A estas familias y a estas personas quiero expresarles mi cercanía y mi constante oración. Queridísimos hermanos y hermanas, tan perseguidos, yo sé cuánto sufrís, yo sé que se os despoja de todo. Estoy con vosotros, con la fe en Aquel que ha vencido el mal.

La situación es, en efecto, tan grave (no solo en Mosul, sino en otras ciudades de Irak y Siria, dominadas por el llamado Estado Islámico), que el secretario de Naciones Unidas se ha visto obligado a denunciar que “los ataques sistemáticos contra los civiles a causa de sus orígenes étnicos o de su pertenencia a una religión constituyen un crimen contra la humanidad”.

Hay que tener en cuenta que, a principios del siglo XXI, vivían en Irak más de un millón de cristianos y que la comunidad de Mosul era de las más florecientes, con 60.000 cristianos. Hoy no queda prácticamente rastro de ellos, y los yihadistas han destruido sus lugares de culto y sus casas. “Estas familias –ha declarado a Radio Vaticano el obispo auxiliar de Bagdad, Saad Syroub– han perdido sus coches, su dinero, sus casas, el trabajo. Y no pueden volver”.

Respecto a la noticia del atentado sufrido por el avión de la Malaysia Airlines, que cubría el 18 de julio la ruta aérea entre Amsterdam y Kuala Lumpur, cayó como un trueno en las estancias vaticanas. Decía un inmediato comunicado:

Recordatorio a las víctimas del MH17.

Recordatorio a las víctimas del MH17.

El Santo Padre ha recibido con consternación (…). El Papa reza por las numerosas víctimas y por sus familiares, renovando a las partes en conflicto el fuerte llamamiento por la paz y por un compromiso para encontrar soluciones de diálogo, con el fin de evitar más pérdidas de vidas humanas inocentes.

La habitual discreción de la diplomacia vaticana la mantiene al margen de las acusaciones que se entrecruzan entre Kiev y los rebeldes prorrusos, de una parte, así como entre Washington y Moscú, por otra. La preocupación del Pontífice y de sus colaboradores es que este “incidente” no alimente las tensiones, ya muy fuertes en la región, y que podrían degenerar en nuevos y violentos enfrentamientos.
 

Otra dificultad ecuménica

Por otro lado, el lunes 14 de julio, el Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra, reunido en York, votó a favor de la ordenación episcopal de las mujeres. El arzobispo de Canterbury y primado de la Comunión Anglicana, Justin Welby, uno de los más favorables a esta decisión, declaró poco después:

Justin Welby, arzobispo de Canterbury y primado de la Comunión Anglicana

Justin Welby.

Comienza una gran aventura hecha de renacimiento y, al mismo tiempo, de desacuerdo. Nuestro desafío será tener en cuenta las divisiones y continuar amando a los que se oponen a esta decisión. Pocas instituciones lo consiguen.

El primado sabía muy bien lo que decía, puesto que, desde hace 20 años (en 1994 fueron ordenadas sacerdotes las primeras mujeres), este ulterior paso ha alimentado las disensiones entre los 80 millones de fieles de la Comunión Anglicana. Según las previsiones, las primeras mujeres que recibirán la ordenación episcopal lo harán a finales de este año o a inicios de 2015. Las comunidades anglicanas que no la acepten no se verán obligadas a seguir la decisión del Sínodo de York.

Consciente de que este nuevo paso dificultará el diálogo con las otras Iglesias cristianas, Welby ha escrito una carta abierta en la que reconoce que:

Nuestros aliados ecuménicos encontrarán en esta decisión nuestra un obstáculo ulterior en el camino hacia la plena comunión. Son muchas las cosas que nos unen, y deseo que los vínculos de amistad continuarán reforzándose y que nuestra recíproca comprensión continuará creciendo en el futuro.

No parece pensar lo mismo el Patriarcado de Moscú, que ha afirmado en una nota:

La Iglesia ortodoxa rusa está alarmada y desilusionada ante la decisión de la Iglesia de Inglaterra de admitir a las mujeres al episcopado. Una decisión que obstaculiza considerablemente el diálogo entre los ortodoxos y los anglicanos.

Sintetizando sus opiniones sobre este hecho, “se trata de una secularización del cristianismo que alejará a muchos fieles que, ante la inestabilidad del mundo moderno, buscan apoyo espiritual en la inquebrantable tradición del Evangelio y de los apóstoles”.

La Santa Sede no ha tomado posición, si bien los obispos ingleses son partidarios de proseguir el diálogo ecuménico. El director de L’Osservatore Romano, Gian Maria Vian, entrevistado por Vatican Insider, afirma que se trata:

De una decisión que complica el camino ecuménico. (…) El sí a las mujeres obispo es un paso y una opción que no facilitan el acercamiento doctrinal. La esperanza es que el proceso continúe a pesar de todo. (…) Se ha verificado un acontecimiento grave que corre el riesgo de reflejarse de un modo extremadamente negativo sobre el secular camino hacia la unidad de todos los cristianos.

En el nº 2.904 de Vida Nueva

 

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