Cuatro parroquias, una comunidad

Barcelona experimenta la agrupación parroquial en un entorno urbano

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JORDI LLISTERRI (BARCELONA) FOTOS: LIBORIO SÁNCHEZ | “La agrupación de parroquias del Poble Sec se está convirtiendo en un referente pastoral en la Diócesis de Barcelona”. Así halagó el obispo auxiliar, Sebastià Taltavull, a los participantes en la clausura del encuentro de fin de curso de las parroquias del barrio del Poble Sec de Barcelona, que se realizó el 19 de julio.

El Poble Sec es un barrio popular de Barcelona, con unos 40.000 habitantes, situado en la ladera de la montaña de Montjuïc. Cuenta con una amplia tradición asociativa, cívica y vecinal, pero también ha sufrido el envejecimiento y la degradación de algunas zonas. La vitalidad de las parroquias del barrio no ha quedado al margen a este proceso. Pero hace ocho años se empezó un trabajo conjunto de estas comunidades que está intentando revertir la situación: cuatro parroquias, una comunidad.

En el reciente encuentro se resumió el trabajo realizado este curso en la primera asamblea parroquial conjunta de la agrupación de parroquias. De enero a junio se han celebrado seis sesiones monográficas sobre los principales retos de la presencia cristiana en el Poble Sec. Cada tema –formación, liturgia, acción social, Iglesia y barrio…– se ha trabajado con una encuesta previa, una sesión de reflexión y la elección de las propuestas prioritarias.

“Yo no diría que seamos un modelo, como decía el obispo, y a lo mejor tampoco hemos aportado grandes ideas, pero lo importante ha sido la dinámica que se ha generado”, explica Joan Cabot, el arcipreste del Poble Sec. La idea es que, tras años de sentirse pocos y en decadencia en cada parroquia, se ha cambiado el estado de ánimo y se ve la posibilidad de hacer cosas.

Sebastià Taltavull apoyó esta dinámica propositiva y la iluminó con la Evangelii gaudium del papa Francisco. Una comunidad más centrada en los bautizos que en los funerales, pidió. Para Cabot, esto se produce en un contexto eclesial difícil, pero “algo se tiene que experimentar para ir hacia adelante”.

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En el nº 2.904 de Vida Nueva

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