Jornadas de reflexión sobre las relaciones Iglesia-Estado organizadas por el CGPJ
J. R. NAVARRO PAREJA (VALENCIA). FOTO: AVAN | El arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, considera “urgente” que se establezca un diálogo entre la Iglesia católica y el Estado sobre “las nuevas formas de esclavitud de la persona”.
El prelado, que realizó estas declaraciones en la inauguración de las jornadas sobre Iglesia y Estado organizada por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en Valencia, hizo también un llamamiento a:
Profundizar en los derechos fundamentales de la persona y tenerlos siempre presentes en el trabajo, estudio y reflexión.
Este evento, celebrado el pasado 4 de julio y que se realiza por tercer año consecutivo en la Ciudad de la Justicia, fue dirigido por la presidenta de la Audiencia Provincial de Valencia y vocal del CGPJ, Carmen Llombart, y por el vicario judicial del Arzobispado de Valencia, Jorge García Montagud.
En el acto de inauguración, que estuvo presidido por Pilar de la Oliva, presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, Osoro destacó que:
El ciudadano del siglo XXI piensa que la esclavitud es un problema superado y del pasado y, sin embargo, está presente en contextos de la humanidad cada vez con mayor fuerza e intensidad.
Por esa razón, considera que hay que:
Profundizar en los derechos fundamentales y no ser indiferentes ante unos problemas que nos acucian y nos tienen que preocupar: el vacío existencial, las adicciones, suicidios, agresiones o la pérdida de equilibrio emocional.
Así las cosas, instó a tenerlos presentes “siempre en nuestro trabajo, estudio y reflexión, ante las nuevas formas de esclavitud presentes en la sociedad de hoy”.
La Doctrina Social, referente
En esa línea recordó que “la misma Doctrina Social de la Iglesia y el magisterio del Papa no dejan de advertirnos acerca de este fenómeno, que no está superado y que mantiene una dramática vigencia y fuerza”.
Osoro afirmó con rotundidad que hay también “nuevas formas de esclavitud” cuando al ser humano no se le respetan sus derechos fundamentales, como la libertad religiosa. Concluyó su intervención reivindicando la necesidad del diálogo entre Iglesia y Estado, al afirmar que “ese diálogo no es solo necesario y posible, sino que es urgente que se mantenga en estos momentos”, ya que “es importante que la concepción de fondo que existe de la persona en el Derecho Canónico comparta vida, experiencia y diálogo con el Civil”.
El acto contó con la participación de diversos expertos que analizaron la problemática actual sobre las competencias de las jurisdicciones civil y eclesiástica.
En el nº 2.903 de Vida Nueva