Francisco pide “cualquier tipo de esfuerzo para cesar toda hostilidad” en Oriente Medio

Exhorta a “partes interesadas y los que tienen responsabilidad política” a detener la escalada de violencia

El Papa saluda en la plaza de San Pedro el pasado domingo.

El Papa saluda en la plaza de San Pedro el pasado domingo.

ÁLVARO ESPINOSA. FOTOS: CNS | El papa Francisco se refirió este 13 de julio a la dramática situación que está viviendo Tierra Santa, en donde la violencia ha provocado centenares de muertes.

El Santo Padre ha recordado, después del rezo mariano, la oración conjunta por la paz con el patriarca Bartolomé y los presidentes israelí y palestino, dirigiendo un fuerte llamado a continuar rezando por el cese de toda hostilidad en estas tierras.

Bombardeo israelí en Gaza, el 8 de julio.

Bombardeo israelí en Gaza, el 8 de julio.

El Santo Padre, señaló que “alguien podría pensar que tal encuentro haya tenido lugar en vano. En cambio no, porque la oración nos ayuda a no dejarnos vencer por el mal ni a resignarnos a que la violencia y el odio predominen sobre el diálogo y la reconciliación”.

También quiso lanzar un mensaje a la comunidad internacional para “no escatimar la oración y cualquier tipo de esfuerzo para hacer cesar toda hostilidad y conseguir la paz deseada para el bien de todos.”

Momentos antes, el Papa había reflexionado ante miles de peregrinos, sobre el Evangelio de san Mateo, que nos muestra a Jesús que predica a la orilla del lago de Galilea, y como una gran multitud lo circunda, Él sube en una barca, se aleja un poco de la orilla y predica desde allí, hablando en parábolas: un lenguaje comprensible para todos, con imágenes de la naturaleza y de la vida cotidiana, como la parábola del sembrador.

Jesús no se limitó a presentar la parábola, afirmó Francisco:

La semilla que cae sobre el camino indica a cuantos escuchan el anuncio del Reino de Dios pero no lo acogen; así llega el Maligno y se lo lleva. De hecho el Maligno no quiere la semilla del Evangelio germine en el corazón de los hombres. Este es la primera comparación.

La segunda comparación, señalo el Sumo Pontífice:

Es aquella de la semilla que cae sobre las piedras: esta representa a las personas que escuchan la Palabra de Dios y la acogen enseguida, pero superficialmente, porque no tiene raíces y son inconstantes; y cuando llegan las dificultades y los tormentos, estas personas caen enseguida.

Finalmente, el tercer caso:

Es aquella de la semilla que cae entre las zarzas: Jesús explica que se refiere a las personas que escuchan la Palabra pero, a causa de las preocupaciones mundanas y de las seducciones de la riqueza, permanece sofocada. Finalmente, la semilla que cae en terreno fértil representa a cuantos escuchan la Palabra, la acogen, la cuidan y la comprenden, y esa da fruto. El modelo perfecto de esta tierra es la Virgen María.

El sucesor de Pedro concluyó:

Esta parábola habla hoy a cada uno de nosotros, como hablaba a los oyentes de Jesús dos mil años atrás. No recuerda que nosotros somos el terreno donde el Señor lanza incansablemente la semilla de su Palabra y de su amor. ¿Con qué disposición la acogemos? ¿Cómo esta nuestro corazón? ¿A qué terreno se parece: a un camino, a un pedregal, a unas zarzas? Depende de nosotros convertirnos en terreno bueno sin espinas ni piedras, pero formado y cultivado con cuidado, para que pueda dar buenos frutos para nosotros y para nuestros hermanos.

  • “Un firme llamado a continuar rezando con insistencia por la paz en Tierra Santa”:

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