Irak, la guerra que no cesa

ISIL, una facción separada de Al Qaeda, toma Mosul y pretende conquistar Kirkuk

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MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Más de una década después de que los Estados Unidos invadieran Irak para derrocar a Sadam Hussein y comenzara la guerra contra los yihadistas que simbolizara el primer gran conflicto internacional de este siglo, la guerra en el país asiático, latente en todo este tiempo de diaria convulsión, ha rebrotado con toda su fuerza.

Y es que los rebeldes del Estado Islámico de Irak y del Levante (ISIL), una facción separada de Al Qaeda, han emprendido en la última semana una acción de ataque que ya les ha llevado a tomar Mosul, la segunda ciudad más grande del país, y a cercar los alrededores de Kirkuk, a 250 kilómetros de la capital, Bagdad.

Según informa la agencia Fides, la mayoría de las 1.200 familias cristianas de Mosul han abandonado la ciudad, instalándose en diversos pueblos del entorno, en la llanura de Nínive; los que no han podido huir, en su mayoría ancianos, permanecen encerrados en sus casas.

El arzobispo caldeo de Mosul, Amel Shamon Nona, y todos los sacerdotes de la ciudad, que en los primeros días pidieron que se mantuvieran abiertas las iglesias y mezquitas para que los fieles pudieran rezar por la paz, han tenido que refugiarse en los poblados vecinos de Kramles y Tilkif.

El patriarca de Babilonia de los Caldeos, Louis Raphael I Sako, al que los hechos sorprendieron en el transcurso de una visita pastoral a las comunidades caldeas de Canadá y los Estados Unidos, ha hecho público un comunicado en el que apela, como medida de urgencia, a la conformación de un Gobierno de unidad nacional:

Es la mejor solución con el fin de reforzar el control del Estado, proteger al país, a los ciudadanos y a sus bienes, y preservar la unidad nacional.

Se da la circunstancia de que el pasado 30 de abril se celebraron las elecciones presidenciales, a las que el primer ministro, Nuri al-Maliki, concurría con el objetivo de alcanzar su tercer mandato consecutivo. Pese a su victoria parcial, al no lograr la mayoría absoluta, el líder chií se encontraba en proceso de negociación con otras fuerzas parlamentarias.

Algo no muy fácil en un país en el que la tensión se ha disparado en los últimos meses, con más de 3.500 muertos en los que va de año entre atentados y enfrentamientos con los insurgentes islamistas.

No se ataca a los cristianos

Pese a la violencia de los hechos, en las últimas horas, Amel Shamon Nona ha querido aclarar que los miembros del ISIL que han tomado Mosul no han atacado los templos cristianos –sí, por contra, grupos descontrolados con afán de lucro– y que también ha huido de la ciudad un gran número de musulmanes, por lo que no estaría del todo claro el móvil religioso en este ataque.

De hecho, el arzobispo caldeo se muestra extrañado por la escasa resistencia que, a su juicio, ofrecieron las fuerzas de defensa locales ante la llegada de los insurgentes:

Lo que puedo decir es que lo que ha pasado es un misterio. No se sabe exactamente cómo es que tantos soldados y policías han abandonado la ciudad en menos de una hora, dejando libres las armas y medios de transporte. Todo esto plantea muchas preguntas.

Por ahora, el destino próximo de Irak queda, una vez más, colgado del alambre.

 

Sínodo y oración por la paz

Los últimos acontecimientos en el país han hecho cambiar el paso a la Iglesia caldea, aunque no del todo. Así, si bien su Sínodo local, convocado del 24 al 28 de junio, mantiene su programa, ya afrontará cambios sustanciales. En primer lugar, su sede, que ya no será Bagdad, sino Ankawa, la capital del Kurdistán irakí, en una región alejada por ahora del conflicto con el ISIL.

De este modo, se busca que puedan asistir los prelados de Mosul y Kirkuk, cuya situación actual es realmente comprometida. Además, aunque en un principio se convocó la asamblea episcopal para abordar retos pastorales, ya se ha confirmado que se analizará prioritariamente la situación del país en general y la de las comunidades cristianas en particular.

Por otro lado, con el fin de contribuir a la paz, el Patriarcado de Babilonia de los Caldeos convocó, para el pasado 18 de junio, una jornada de ayuno y oración. Ambas acciones, se apunta en un mensaje recogido por Fides, “pueden cambiar los corazones de las personas y animarles al diálogo y al respeto mutuo, con la bendición de Dios”.

En el nº 2.899 de Vida Nueva

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