Con el lema Deletrear el mundo, la 73ª edición de la Feria del Libro de Madrid arrancó en el Parque del Retiro con un objetivo inmediato: combatir la “merma en la apreciación del libro y del valor de la lectura”, según Pilar Gallego, la presidenta de la Feria. Gallego apunta a que el desprestigio del libro lleva camino de catástrofe; por ello se ha mostrado partidaria de que, de una vez por todas, los poderes públicos tomen partido por la lectura: “Debemos preguntarnos qué podemos hacer juntos para que la lectura sea para los más jóvenes algo tan esencial y natural en su día a día como respirar, comer, hacer deporte o escuchar música”.

Entre tanto, la Feria ha abierto sus 364 casetas, con 508 expositores, que conforman, una vez más, un gran espejismo, a contracorriente del mercado, sacando a la luz el mayor fondo editorial que es posible reunir en un mismo espacio. Una oportunidad única para comprar, pero también conocer a los más de 300 autores que, cada fin de semana, y hasta el 15 de junio, se darán cita en el parque madrileño.

De los 508 expositores, 25 son organismos oficiales, 10 distribuidoras, 60 librerías especializadas, 61 librerías generalistas y 352 editores (entre ellos, SM y PPC, en las casetas 188-189 y 190, respectivamente).

Todos buscarán hacer caja para salvar el retroceso que vive el sector del libro en número de ejemplares y en facturación, amenazado por la piratería digital y, sobre todo, “porque leer no está de moda”, según Gallego.

Aun así, España sigue siendo una potencia mundial, con 104.724 títulos publicados en 2012, aunque esta cifra supone un descenso del 6,4% del sector, el mayor de la última década.

En el nº 2.897 de Vida Nueva

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