¿Qué quiere Dios de mi?

Sebastià Taltavull, obispo auxiliar de BarcelonaSEBASTIÀ TALTAVULL ANGLADA | Obispo auxiliar de Barcelona

“Ponerse en brazos de Alguien que sabes cierto que te quiere, puede llenarnos de alegría por el nuevo camino que empieza…”.

Esta pregunta nace en el corazón de un encuentro juvenil y en un taller sobre la vocación. Una pregunta simple, clave, decisiva y que adquiere un significado especial cuando aparece como contraste y es formulada por un joven que nos invita a hacerla propia. En general, los jóvenes pasan por momentos difíciles porque ven cerrarse muchas puertas y la mitad de ellos padece hoy el injusto azote del paro y lo que arrastra con él. Pero su inquietud está ahí.

En el diálogo, han aparecido aspectos de búsqueda, preferencias en los estudios, precariedad del trabajo y realización personal, y, en medio de todo ello, hemos querido conocer cuál es nuestra relación con Jesús y su tono de amistad. ¿Es posible escuchar a Jesús? ¿Es posible hablar con él? Son preguntas necesarias. A mí me quedó muy grabado que mi padre me dijera “¡habla con Jesús!”, y lo que más me impresionaba era ver como él lo hacía y mi madre también. Me ayudaban a escuchar y a responder.

En este intento solemos decir no haber recibido ninguna llamada o, quizá, no la hayamos atendido ni escuchado. Por ello, hay que poner todos los medios necesarios para que “propuesta” y “respuesta” se encuentren. Hemos hablado de la familia, de la formación, de los amigos, de la oración, del compromiso social, de la participación en la comunidad cristiana, ya que la voz de Dios nos llega desde muchos sitios.

Llegar a este punto de interioridad, de atenta escucha y confianza, lo cual significa ponerse en brazos de Alguien que sabes cierto que te quiere, puede llenarnos de alegría por el nuevo camino que empieza. Más que por lo que yo quiero y busco, ha de interesarme aún más lo que Dios quiere de mí, y discernir confiando en él. Es el paso de la fe que nos abre a las dimensiones de Dios para mejor amar y servir a los demás.

En el nº 2.898 de Vida Nueva

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