La Iglesia “no un elemento decorativo, es una Iglesia que no duda en salir fuera”

El papa Francisco celebró este domingo la misa de Pentecostés, festividad que marca el fin del tiempo pascual

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ÁLVARO ESPINOSA (ROMA). FOTOS: CTV Y WIKIPEDIA. | Durante su Misa de Pentecostés de este domingo 8 de junio, el papa Francisco ha destacado en su homilía [ver íntegra] que “un cristiano sin memoria no es un verdadero cristiano: es un hombre o una mujer prisionero del momento, que no sabe atesorar su historia, no sabe leerla y vivirla como historia de salvación”.

“En cambio, con la ayuda del Espíritu Santo, podemos interpretar las inspiraciones interiores y los acontecimientos de la vida a la luz de las palabras de Jesús“.

Ante la atenta mirada de miles de personas, el Papa explicó en la Basílica Vaticana, el sentido profundo de aquella efusión extraordinaria, que significó el descendimiento del Espíritu Santo sobre los discípulos reunidos en el Cenáculo.

Pentecostés, por El Greco (1597) [ampliar]

Pentecostés, por El Greco (1597) [ampliar]

Una efusión que “no permaneció única y limitada a aquel momento”, ya que, según palabras del propio Francisco, “es un evento que se renueva y sigue renovando“. El Santo Padre, indició sobre esta idea señalando que “Cristo continúa realizando su promesa, enviando sobre la Iglesia el don del Padre en Espíritu Santo.”

Francisco señaló la importancia del carácter educativo del Espíritu Santo, ya que “nos enseña, es el Maestro interior, nos guía por el camino justo, a través de las situaciones de la vida”. También quiso recordar que en los primeros tiempos de la Iglesia, el Cristianismo era llamado “el Camino”, por lo tanto el mismo Jesús es el Camino.

Del mismo modo, el Obispo de Roma hizo hincapié en que “el Espíritu Santo nos recuerda, nos recuerda todo aquello que Jesús ha dicho, es la memoria viviente de la Iglesia. Y mientras nos hace recordar, nos hace entender las palabras del Señor”.

De esta manera, el Papa invitó a todos a recordar que “en esencia, el Espíritu nos recuerda el mandamiento del amor, y nos llama a vivirlo”.

El Papa también explicó que la Iglesia de Pentecostés “no se resigna a ser inocua, o un elemento decorativo, es una Iglesia que no duda en salir fuera”, a encontrarse con la gente, para anunciar el mensaje que le ha sido encomendado, incluso si ese mensaje disturba e inquieta a las conciencias.
 

Oración por la paz

Posteriormente del rezo mariano, y en los jardines del Vaticano celebró una oración por la paz, convocada por el papa Francisco en su viaje a Tierra Santa.

El Santo Padre mediante unas hermosas palabras [ver discurso íntegro] recordó que “para conseguir la paz, se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra. Se necesita valor para decir sí al encuentro y no al enfrentamiento; sí al diálogo y no a la violencia; sí a la negociación y no a la hostilidad; sí al respeto de los pactos y no a las provocaciones; sí a la sinceridad y no a la doblez. Para todo esto se necesita valor, una gran fuerza de ánimo”

Y insistió en que “hemos intentado muchas veces y durante muchos años resolver nuestros conflictos con nuestras fuerzas, y también con nuestras armas; tantos momentos de hostilidad y de oscuridad; tanta sangre derramada; tantas vidas destrozadas; tantas esperanzas abatidas… Pero nuestros esfuerzos han sido en vano”. Y concluyó:

Ahora, Señor, ayúdanos tú. Enséñanos tú la paz, guíanos tú hacia la paz. Abre nuestros ojos y nuestros corazones, y danos la valentía para decir, ¡Nunca más la guerra, con la guerra, todo queda destruido. Infúndenos el valor de llevar a cabo gestos concretos para construir la paz!

  • Misa de Pentecostés íntegra, homilía del Papa (en italiano original):

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