“Para conseguir la paz se necesita más valor que para hacer la guerra”

Histórico encuentro de líderes israelí y palestino ante el Papa y el patriarca Bartolomé

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JAVIER RODRÍGUEZ | Al fin llegó el día, tan esperado en tanto que único y esperanzador. A las tres de la tarde de hoy, en la cuenta de la red social Twitter @Pontifex_es, cuyo usuario es el papa Francisco, apareció este tuit:

Había logrado su objetivo, propuesto por sorpresa durante su viaje a Tierra Santa, de reunir para orar a los presidentes de Israel y Palestina.

En su viaje de vuelta, a una pregunta de los periodistas en el avión [ver rueda de prensa completa], ya anticipó el contenido de esta cita tan singular que hoy se llevó a cabo:

Este encuentro en el Vaticano será un encuentro de oración. No será para hacer una mediación o buscar una solución. Será oración y después vuelven a casa. Pero yo creo que la oración es importante. Rezar juntos, sin entrar en discusiones… Será un encuentro de oración. Habrá un rabino, un musulmán, y yo. He pedido al Custodio de Tierra Santa organizar las cosas prácticas.

Y en efecto, a las seis de la tarde, el Papa recibía al presidente de Israel, Simon Peres, y media hora más tarde al líder palestino Mahmoud Abbas. Tras un breve encuentro con el Santo Padre y el patriarca de Constantinopla Bartolomé I en la residencia papal de Santa Marta, los cuatro líderes y Pierbattista Pizzaballa, Custodio de Tierra Santa, subieron juntos en un ambiente muy distendido, incluso riendo, a un sencillo microbús blanco que les llevaría a los jardines del Vaticano.

En aquel vergel, la histórica comitiva paseó sin símbolos religiosos, hasta llegar a donde tendría lugar el acto de invocación a la paz, cuya posición exacta permaneció en secreto hasta el último momento por motivos de seguridad.

Arrancó el evento con música clásica y una explicación en inglés, y se dividió en tres partes, cada una dedicada a la oración de las tres comunidades religiosas, por orden cronológico.

Primero intervino la representación judía, luego la cristiana y finalmente la musulmana, cada cual oró por la paz en sus propias lenguas -se escuchó hebreo, inglés, italiano y árabe-, pidiendo también el perdón divino y con piezas musicales en los intermedios.

Terminadas las oraciones y siempre con el patriarca Bartolomé de testigo, Bergoglio, Peres y Abbas centraron toda la atención. El primero en tomar la palabra fue el Santo Padre quien, entre el presidente israelí a su derecha y el palestino a su izquierda, protagonizó un emotivo discurso [ver íntegro], un auténtico canto por la responsabilidad, la paz y el entendimiento:

Muchos, demasiados de estos hijos han caído víctimas inocentes de la guerra y de la violencia, plantas arrancadas en plena floración. Es deber nuestro lograr que su sacrificio no sea en vano. Que su memoria nos infunda el valor de la paz, la fuerza de perseverar en el diálogo a toda costa, la paciencia para tejer día tras día el entramado cada vez más robusto de una convivencia respetuosa y pacífica, para gloria de Dios y el bien de todos.

Para conseguir la paz, se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra. Se necesita valor para decir sí al encuentro y no al enfrentamiento; sí al diálogo y no a la violencia; sí a la negociación y no a la hostilidad; sí al respeto de los pactos y no a las provocaciones; sí a la sinceridad y no a la doblez. Para todo esto se necesita valor, una gran fuerza de ánimo.

A continuación el presidente Peres, quien previsiblemente abandonará a finales de julio el cargo que ocupa desde 2007, dedicó unas palabras [ver discurso íntegro] en la misma línea conciliadora, tras asegurar que la visita del papa Francisco a Tierra Santa había tocado los corazones de la gente:

Dos pueblos –los israelíes y los palestinos— desean todavía ardientemente la paz. Las lágrimas de las madres sobre sus hijos están todavía sobre nuestros corazones. Debemos poner fin a los gritos, a la violencia, al conflicto. Todos nosotros necesitamos la paz. Una paz entre iguales.

Seguidamente el presidente palestino [ver discurso íntegro] primero coincidió con el israelí en poner en valor la autoridad moral del Papa y dirigió sus palabras directamente al Cielo:

Te suplico, oh Señor, en nombre de mi pueblo, el pueblo de Palestina –musulmanes, cristianos y samaritanos— que desea ardientemente una paz justa, una vida digna y la libertad; te suplico, oh Señor, un futuro próspero para nuestro pueblo, con libertad en un estado soberano e independiente. Concede, oh Señor, a nuestra región y a su pueblo seguridad y estabilidad.

Tras los discursos y un intercambio de besos entre Peres y Abbas bajo la mirada complacida de Bergoglio, los tres líderes y el patriarca de la Iglesia oriental han plantado juntos un olivo, el símbolo de la paz. Luego se han retirado a la Academia de las Ciencias del Vaticano para hablar en privado, y más tarde Peres y Abbas han abandonado el Vaticano en dirección a sus respectivos países mientras el Papa y el Patriarca se quedaban en la casa de Santa Marta.

En este acto histórico, los representantes de las grandes religiones monoteístas han mostrado tener, además de raíces comunes, una voluntad conjunta de trabajar por la paz.

  • Vídeo íntegro del evento:

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