Carta de los dos nuevos inspectores salesianos de España

Carta de los dos nuevos inspectores salesianos de España a los hermanos y a los miembros de la Familia Salesiana. Fuente: donbosco.es
 

logo-salesianosQueridos hermanos:

En este día en que nuestras nuevas inspectorías de María Auxiliadora y de Santiago el Mayor inician su andadura, nosotros, Juan Carlos y Cristóbal, que hemos sido puestos al servicio de la animación y gobierno de las mismas, queremos llegar hasta vosotros con un abrazo y saludo fraterno que nos sale de lo más profundo de nuestro corazón.
 

Vivimos un kairos, un acontecimiento del espíritu

La creación de estas nuestras dos nuevas inspectorías podría verse como una mera medida administrativa, fruto de análisis sociológicos y cálculos humanos. Pero creemos que debemos ir más allá de dichos análisis, de las estadísticas y de los números. No podemos ver lo que ocurre como un simple repliegue, una reorganización, una retirada honrosa y ordenada…

Precisamente en las vísperas de la fiesta de Pentecostés iniciamos este camino, que os invitamos a vivir como un acontecimiento del Espíritu, un kairós que no podemos desaprovechar, un paso de Dios por nuestra vida, la de cada uno de los hermanos, la de cada comunidad salesiana y cada comunidad educativo-pastoral, la vida de la familia salesiana. Deseamos vivamente que el nacimiento de nuestras dos nuevas inspectorías sea para nosotros un momento fuerte de fe, un afianzamiento de nuestra esperanza y un renovado compromiso de amor. Que no sea un acto sociológico, sino teológico, es decir, de fe, esperanza y amor.
 

Santiago el Mayor y María, encuentro providencial para la evangelización de España

Según la tradición, en la primerísima evangelización de lo que hoy es España, el encuentro en Zaragoza de María con Santiago el Mayor tuvo una importancia fundamental. ¿Cómo no ver en los dos nombres elegidos para nuestras inspectorías una llamada a revivir dicho encuentro, identificándonos cada uno de nosotros con el apóstol y recibiendo en cada persona y comunidad el aliento, la fuerza y la esperanza que nos da la que es Auxiliadora del pueblo cristiano?

A María Auxiliadora y Santiago el Mayor encomendamos en este día la andadura que comenzamos. Que ellos sean para nosotros modelo, estímulo, protección y apoyo. Que el fuego que Cristo vino a traer a la tierra y que en ellos prendió, arda también en nuestros corazones y los llene de caridad pastoral, de celo apostólico, de entusiasmo por el Reino, de alegría evangélica y de amor incondicional a los jóvenes, especialmente los más pobres y en peligro.
 

Con el papa Francisco, testimoniando la alegría del evangelio para la nueva evangelización

Este nacimiento se alimenta y nutre de los vientos nuevos que airean nuestra Iglesia; vientos, sin duda, del Espíritu. El Papa Francisco nos llama a vivir y a testimoniar la alegría del Evangelio como forma mejor y necesaria para afrontar la nueva evangelización; el Papa nos pide que seamos todos discípulos-misioneros del Reino y que salgamos a las periferias; llama a los jóvenes a “meter lío”. ¿Nos quedaremos nosotros recluidos en las trincheras defensivas? ¿Acaso vamos a dar por perdida la batalla y a replegarnos a nuestros cuarteles para salvar lo salvable y morir apaciblemente? No, queridos hermanos: es hora de coraje y valentía, de parresía y arrojo. Debemos acompañar a los jóvenes, es más, estamos llamados a animarles e impulsarles a lanzarse a la construcción de un mundo mejor que el que, lastimosamente, les estamos ofreciendo los adultos, un mundo nuevo. Ellos son los primeros misioneros de los jóvenes, sí, pero apoyados, animados, formados y acompañados por nosotros que, con toda la familia salesiana y tantos laicos comprometidos, hemos recibido de Dios la vocación de ser misioneros de los jóvenes.
 

En el marco del bicentenario

¿Cuál será el regalo que, personalmente y como España salesiana, podemos ofrecerle a Don Bosco en el segundo centenario de su nacimiento? ¿Casas cerradas y abandonadas? ¿Salesianos que miran sin esperanza el presente y el futuro, con los brazos bajados y derrotados? No, de ninguna manera. Está en nuestras manos, y contamos con la fuerza de lo alto, revitalizar nuestra vocación y relanzar el carisma salesiano con el dinamismo de nuestro padre Don Bosco, un soñador de sueños realizables.

Ofrezcámosle cada uno nuestro corazón renovado y ardiente, nuestro gozo de vivir el Evangelio con el estilo que de él hemos heredado, la alegría de vivir de acuerdo a la vocación a la que hemos sido llamados en la fe, el amor y la esperanza.

Ofrezcamos a Don Bosco, nuestro padre, comunidades de hermanos que se quieren, se aceptan, se respetan y se ayudan, trabajando juntos en un mismo y único proyecto, “la salvación de la juventud”.

Ofrezcamos a nuestro Fundador unas inspectorías que viven la riqueza de su pluralidad en la unidad, comunión de vida frente a individualismo y uniformidad, vibrando en una misma frecuencia, haciendo llegar la onda expansiva de la explosión salesiana hasta todos los rincones de nuestra geografía.

Salgamos al encuentro de los jóvenes, los que están ya con nosotros y los que no están. Compartamos nuestro carisma, espiritualidad y misión con toda la Familia Salesiana y con tantas y tantas personas que quieren compartir con nosotros codo a codo la tarea educativa y evangelizadora de los jóvenes. Crezcamos en radicalidad evangélica y vivamos como místicos en el Espíritu, como profetas de la fraternidad que tanto necesita nuestro mundo de hoy, como servidores de los jóvenes, que son nuestros dueños pues para ellos hemos entregado a Dios nuestras vidas en nuestra consagración apostólica.

Que este acontecimiento hoy celebrado sea el inicio de un camino que nos acerque más a Dios, más a los hermanos y, sobre todo, más a los jóvenes.

Invocando la ayuda de nuestro padre Don Bosco, de Santiago el Mayor y de nuestra Madre Auxiliadora, nos profesamos vuestros hermanos en Cristo, el Señor Resucitado.

Cristóbal López Romero (Inspectoría María Auxiliadora)
Juan Carlos Pérez Godoy (Inspectoría Santiago el Mayor)
Madrid-Sevilla, 7 de junio de 2014

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