Los obispos animan a ver la realidad desde los que sufren la crisis

Reclaman un mayor compromiso personal para dar esperanza
a una sociedad “asfixiada” por la situación económica

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Los obispos animan a ver la realidad desde los que sufren la crisis [ver extracto]

FRAN OTERO | La noticia del año –la abdicación del Rey Juan Carlos, el pasado 2 de junio– saltó apenas media hora antes de que comenzase en la Casa de la Iglesia, sede de la Conferencia Episcopal Española (CEE), la rueda de prensa que daría a conocer el mensaje de los obispos con motivo del Día de la Caridad, que se celebra el próximo 22 de junio coincidiendo con la festividad del Corpus Christi.

Tras las razonables dudas sobre la conveniencia o no de mantener la convocatoria a los periodistas, se llevó a cabo porque, como dijo el secretario general y portavoz de la CEE, José María Gil Tamayo, “la vida sigue”.

Sin embargo, el contundente mensaje, elaborado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social con el título Construyamos espacios de esperanza, no tuvo el eco mediático que se hubiese ganado sin la abdicación real. Para encontrar referencias en Internet había que resignarse a los buscadores; en el papel, al día siguiente, ni una referencia entre las residuales páginas que no tenían como protagonista a la Familia Real.

Tendrán que recuperarlo, porque los obispos hacen suyo el estilo y las palabras del papa Francisco para denunciar la cultura del descarte; la fractura social, que se amplía entre aquellos que se encuentran en la franja de integración y los que se encuentran en situación de exclusión; el descenso de las clases medias, que transitan, en buena parte, hacia espacios de exclusión; y el aumento de la desigualdad “por la reducción de servicios sociales, por la dificultades para acceder a la vivienda, por la bajada en el nivel medio de la renta y por el índice creciente de pobreza infantil”.

Una realidad que, según afirmó el presidente de la citada comisión y obispo de La Calzada-Logroño, Juan José Omella, se percibe cuando la mirada se dirige hacia los pobres. Se lee en el documento episcopal:

La caridad comienza por abrir los ojos a la realidad, pero la realidad se puede mirar y valorar de diferentes maneras. Podemos ver la realidad desde el beneficio de las grandes empresas, desde el fluir de los préstamos bancarios, desde los intereses del mercado, desde la reducción del déficit y los resultados macroeconómicos o podemos leer la realidad desde el número de parados, desde los desechados por el sistema, desde las rentas mínimas y desde los recortes sociales. Nosotros queremos ver la realidad con los ojos de Dios, desde el lado de los pobres, como nos pide el papa Francisco.

Rafael del Río.

Rafael del Río.

De hecho, tal y como afirmó el presidente de Cáritas Española, Rafael del Río, presente en la rueda de prensa, si bien es cierto que todos los días se publican informaciones que hablan de una mejoría de la situación, lo es también que los más pobres apenas la han notado. “Hay una recuperación económica, pero hasta que llegue a los más necesitados va a tardar”, añadió.
 

Respuestas al clamor de los pueblos

En este sentido, los obispos invitan a toda la sociedad a no dejar de “escuchar el clamor de los pueblos, que no solo tienen derecho a la comida o a un decoroso sustento, sino también a otros bienes que les permitan vivir con dignidad, lo que implica educación, acceso al cuidado de la salud, acceso al trabajo y a otros medios de desarrollo”. Un clamor, “el de una sociedad asfixiada por la crisis”, que debe tener respuestas concretas que “generen espacios de esperanza”.

Y por ello, apelan a nuevos hábitos alimentarios, “evitando el desperdicio de alimentos”; a defender los derechos de los más pobres, “aún a cosa de renunciar los más favorecidos a algunos de sus derechos”; a “dar prioridad a la vida de todos sobre la apropiación indebida de los bienes por parte de algunos”; a contribuir a una economía “al servicio del ser humano, no del dinero y el mercado”; y a apostar por los más débiles, es decir, “promover el desarrollo integral de los pobres y cooperar para resolver las causas estructurales de la pobreza”.

“Es una invitación a construir espacios de vida, de novedad, de justicia, de fraternidad, para restaurar los derechos de todas aquellas personas que viven en situación de pobreza y vulnerabilidad”, concluyen. En definitiva, lo que quieren los obispos es que cada persona, cada familia, cada comunidad tome conciencia del papel que juega en este momento de la historia.

En palabras de san Juan Pablo II, en la Semana Social de Badajoz en 1982, que trajo a colación Juan José Omella:

No sería cristiano, ni siquiera humano, que, en tiempos difíciles de crisis económica y de grave despreocupación, quienes se encuentran libres de tales problemas mantuvieran un ritmo de vida hecho de ostentación, de lujo y de consumismo, que constituiría una ofensa para tantas familias.

 

Aportación a Cáritas

En el marco de la presentación del mensaje, José María Gil Tamayo, en nombre de la CEE, hizo efectiva la entrega al presidente de Cáritas de los 6,06 millones de euros que la Asamblea Plenaria decidió destinar a esta institución eclesial para este 2014, en el marco de las ayudas que viene dando de forma extraordinaria por la crisis económica desde 2008.

A lo largo de los años, esta iniciativa episcopal ha ido aumentando la partida entregada a Cáritas –el último año, un 1%– que, en total, ya suma 26 millones de euros. Ahora, se espera que este gesto ayude a “sensibilizar a todos de la necesidad de colaborar aún más en estos momentos de dificultad”.

En cualquier caso, desde la CEE recuerdan que si bien esta partida es cuantificable, no lo es la aportación de toda la comunidad eclesial: “Es muy difícil contabilizar económicamente lo que supone el apoyo de cada una de las parroquias, que son las que corren con todo los gastos ordinarios, las que recogen los donativos, y también en las comunidades parroquiales donde surgen los voluntarios que entregan su tiempo y trabajo en Cáritas”.

Coincide Rafael del Río, quien apunta que “gran parte de los recursos de Cáritas proceden de la propia Iglesia, que sus proyectos y servicios utilizan centros diocesanos y parroquiales, sin los que sería imposible realizar su misión”. En cualquier caso, agradece “la cercanía y la implicación” de los obispos con Cáritas y con los más pobres.

En el nº 2.897 de Vida Nueva

  • Presentación del mensaje de la Comisión de Pastoral Social:

Video provided by Conferencia Episcopal Española

© Conferencia Episcopal Española
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