Taltavull: “La Iglesia en salida es una Iglesia de puertas abiertas”

Vicarios de Pastoral reflexionan en Toledo sobre la necesaria conversión pastoral en la acogida y en la misión

Casi un centenar de vicarios y varios obispos participaron en las Jornadas.

Participaron casi un centenar de vicarios y varios obispos.

FRAN OTERO | No se imaginaba la Comisión de Pastoral de la Conferencia Episcopal Española (CEE), cuando preparaba allá por el mes de noviembre las Jornadas de Vicarios de Pastoral [ver programa], que se celebraron del 19 al 21 de mayo en Toledo, que el tema escogido para la reflexión –La conversión pastoral en la acogida y en la misión– iba a ser tan oportuno y a estar tan vinculado a la entonces todavía no publicada Evangelii Gaudium de Francisco, si bien la cuestión de la conversión pastoral siempre ha sido muy recurrente en Bergoglio.

“Es una necesidad pastoral de primer orden y que remite, por una parte, a la necesidad de perenne conversión personal y, por otra, a una nueva forma de vivir la acción pastoral en la Iglesia que responda a los nuevos escenarios que presenta nuestra sociedad junto a los desafíos que en ellos van apareciendo”, afirma a Vida Nueva el presidente de la citada comisión, Sebastià Taltavull.

En este sentido, el casi centenar de vicarios de 47 diócesis y los seis obispos que se dieron cita en la capital manchega analizaron la realidad de la Iglesia en España, compartieron preocupaciones y experiencias pastorales y propusieron respuestas a los desafíos de hoy.

Una de las principales conclusiones es la necesidad de pasar “de una Iglesia de mantenimiento a una Iglesia de puertas abiertas”, tal y como dijo el director del Secretariado de la Comisión de Pastoral, Juan Luis Martín Barrios, en la inauguración de las Jornadas. Añade Taltavull:

Creo que todos estamos más que de acuerdo en que la Iglesia ha de abrir siempre sus puertas a todos, sin excluir a nadie, y no solo materialmente. Necesitamos de un Pueblo de Dios con el corazón abierto a la acogida, el acompañamiento, la cercanía que ayude a un trato personalizado para hacer presente el anuncio del Evangelio y efectivo y afectivo el encuentro con Jesús. Esto es lo que la Iglesia ha de ofrecer: la posibilidad del encuentro con Jesús y ser, ella misma, espacio de acogida y envío, toda una experiencia cristiana de comunidad eclesial que conoce bien cuál es su identidad y se decide con valentía a hacer realidad la misión de ser auténtico fermento evangélico en medio de la sociedad, sal y luz, como pide Jesús.

Se trata de una acogida –dijo el propio presidente de la comisión en su intervención durante las Jornadas– que adquiere sentido en el marco de una pastoral en clave de misión, porque “la Iglesia en salida es una Iglesia de puertas abiertas para acoger y recibir, escuchar y comprender, proponer y acompañar y, al mismo tiempo, para salir a buscar”.

Y para alcanzar este estado, se hace patente la necesaria conversión pastoral que, según Taltavull, debe afectar a personas y estructuras, parroquias, Iglesia particular, obispos, sacerdotes… “Incluso el papa Francisco empieza él mismo por exigirse este proceso y dice estar abierto a sugerencias”, agrega.
 

“Necesitamos un impulso fuerte”

Ambiente festivo en las Jornadas.

En este contexto, el obispo emérito de San Sebastián Juan María Uriarte repasó, en la ponencia que vertebró las Jornadas, las Actitudes personales y comunitarias para la misión.

Durante su intervención, definió las postuladas por la naturaleza de la misión (el entronque trinitario de la evangelización, el arraigo de la Palabra de Dios, actitud de salida hacia las periferias, inserción en el pueblo, opción preferencial por los pobres, la alegría de la misión y la misericordia), así como las requeridas por las circunstancias de la misión hoy y aquí (los rasgos interpelantes de nuestra cultura como el narcisismo, la individualidad o las inseguridades existenciales y las actitudes demandadas por una misión actualizada como la fidelidad, la responsabilidad, la paciencia, la sanación y la experiencia creyente).

En este sentido, dijo, ya en conversación con los medios de comunicación: “Necesitamos un impulso fuerte”.

Más testimonial fue la intervención del secretario general de la CEE, José María Gil Tamayo, que expuso el recorrido de la Iglesia desde el Sínodo de Obispos sobre la nueva evangelización a la Evangelii Gaudium, auténtico documento programático de Francisco y hoja de ruta para la Iglesia. Narra a Vida Nueva Martín Barrios:

Enumeró las muchas cosas que han cambiado y el interés de la Iglesia para creyentes y no creyentes. Subrayó los acentos de los gestos y palabras del Papa e indicó cómo todo está formulado en la exhortación apostólica, de la que extrajo los principales acentos. Y también recordó los tres encargos de Francisco a los obispos españoles en su visita ad limina: la pastoral familiar, la pastoral vocacional y la pastoral con los pobres.

Las intervenciones de Francisco Ramis, sacerdote y profesor de Sagrada Escritura en Mallorca, y de Armando Cester, laico y delegado de Zaragoza, completaron la reflexión de los vicarios.

Ramis enmarcó bíblicamente el tema a la luz de lo que significa el “resto de Israel” hoy –“la pregunta por el sentido de la vida y de Dios fue el germen que movilizó al resto, que no residuo, de Israel a percibir la novedad y la credibilidad de la salvación de Dios”– y ofreció cuatro indicaciones para la conversión pastoral:

  • Recuperar la noción del resto de Israel, para que la comunidad cristiana renueve y transmita la novedad y la credibilidad del Evangelio.
  • Aprovechar la diversidad de nuestro tiempo, pues todas las épocas son inmediatas a Dios, también la nuestra.
  • El mayor enemigo del resto de Israel no fue el peligro externo, sino el interno, pues la superficialidad quebrantó la identidad.
  • Valorar el tiempo presente como tiempo de gracia, donde las dificultades se convierten en oportunidades.

 

Testimonio sencillo y directo

Gil Tamayo y Sebastià Taltavull.

Gil Tamayo y Sebastià Taltavull.

Por su parte, Cester abordó las posibilidades y limitaciones en la respuesta de los cristianos a los grandes retos del entorno en el que viven. Tras realizar un análisis de la realidad social, manifestó la importancia de pasar de una pastoral de conservación a una pastoral misionera. “Indicó cómo cuando la Iglesia regala lo mejor de sí misma, Jesucristo, la sociedad ofrece lo que más y mejor anida en su interior, las semillas del Verbo, los frutos del Espíritu. Y añadió que la función de los evangelizadores –sean laicos, sacerdotes o consagrados– es aprender a detectarlos cada día y en cada lugar y a dar testimonio de manera sencilla y directa de Dios”, resume Martín Barrios.

En toda la reflexión se ha tenido muy presente al papa Francisco, así como sus continuas llamadas a salir a las periferias y a convertir la Iglesia en hospital de campaña, una Iglesia que prefiere accidentada antes que enferma por el encierro… Llamadas destinadas a “conmocionar”, en palabras de Uriarte, a la Iglesia.

Concluye Sebastià Taltavull:

No hay duda de que Francisco está planteando una profunda renovación que no proviene de frases hechas, sino de una profunda experiencia de encuentro con Jesucristo y una atención preferencial a los más necesitados. Este ‘lío’ nos afecta a todos y nos entusiasma, porque es lo que realmente esperamos de la Iglesia. En esta dirección, veo la pastoral en clave de misión.
Por eso en estas Jornadas nos hemos centrado en la conversión pastoral, que es la que nos lleva a procurar que todas las estructuras se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad

En el nº2.896 de Vida Nueva

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