El Papa llama a la paz en su primer día en Tierra Santa

Bergoglio pide soluciones pacíficas para Siria y la lucha entre israelíes y palestinos

Francisco entre los reyes jordanos.

JAVIER RODRÍGUEZ | Siguiendo los pasos de sus predecesores Pablo VI, san Juan Pablo II y Benedicto XVI, el papa Bergoglio ya se encuentra en Tierra Santa desde hoy, tras despegar de Roma esta mañana y aterrizar puntualmente en el aeropuerto Reina Alia de Amán, la capital de Jordania.

ESPECIAL: Peregrino de la paz.

Nada más bajarse del avión de Alitalia le recibían el príncipe Ghazi bin Muhammed (principal asesor para asuntos culturales y religiosos del rey Abdullah II), un grupo de dirigentes católicos y niños jordanos que entregaron al Sumo Pontífice una orquídea negra, símbolo del reino hashemita.

El papa Francisco tras bajar del avión.

Durante el vuelo, Bergoglio había vuelto a hacer gala de su cercanía acercándose a saludar a los periodistas que le acompañaban, uno por uno (tuvo tiempo incluso de hacerse un selfie con la periodista de Il Messagiero [ver aquí]), a los que dijo que contempla esta gira como un desafío gratificante.

Tras cruzar la pista de aterrizaje sobre la alfombra roja, flanqueada por una guardia de honor en posición de firmes, la comitiva se dirigió en coche directamente al Palacio Real Al Husseini donde aguardaban los reyes Abdullah II y Rania de Jordania.

Escoltados por motociclistas y un notable dispositivo de seguridad, multitud de personas recibieron al papa Francisco por las calles de Amán por donde pasaba, cargados de sonrisas y pancartas dándole la bienvenida y pidiendo su bendición.

Una vez allí comparecieron ante los medios él y el rey Abdullah II, siendo el monarca el primero en intervenir para agradecer la llegada del papa argentino y poner en valor su liderazgo “basado en el diálogo y la búsqueda de la paz”, así como la coexistencia de los diversos credos en su país.

“La paz no se puede comprar”

A continuación el papa argentino ha pronunciado el primero [ver íntegro] de los catorce discursos previstos en este viaje, en el que ha realizado un enérgico llamamiento a la búsqueda de una solución pacífica para la “crisis siria” y el “conflicto entre israelíes y palestinos”. En la misma línea, se ha lamentado las “fuertes tensiones” y ha agradecido a las autoridades reales de Jordania “todo lo que hacen” por acoger refugiados palestinos, iraquíes y “en especial de la vecina Siria, destruida por un conflicto que está durando demasiado tiempo”.

Encuentro entre Bergoglio y el rey Abdullah II.

Al rey Abdullah le ha reconocido “como hombre de paz y artífice de paz” y “el liderazgo” que ejerce para promover un “adecuado entendimiento de las virtudes proclamadas por el Islam y la serena convivencia entre los fieles de las diversas religiones” y el haber promovido “diversas iniciativas importantes a favor del diálogo interreligioso“.

Asimismo ha subrayado que la Iglesia se compromete con la “asistencia a los refugiados y a los necesitados”, sobre todo mediante Cáritas Jordania, y ha renovado su “profundo respeto y consideración a la comunidad musulmana”. Según ha declarado el pontífice, espera que su visita “contribuya a incrementar y promover relaciones buenas y cordiales entre cristianos y musulmanes”

Dirigiéndose a los cristianos de Jordania, ha resaltado que su presencia “contribuye al bien común de la sociedad y que a pesar de ser hoy “numéricamente minoritarios” tienen la posibilidad de desarrollar “una cualificada y reconocida labor en el campo educativo y sanitario, mediante escuelas y hospitales”. Así, ha dicho que los cristianos “se sienten y son ciudadanos de pleno derecho” y ha detallado que “desean contribuir a la construcción de la sociedad junto a sus conciudadanos musulmanes”.

Francisco ha citado la exhortación apostólica Ecclesia in Medio Oriente, de su predecesor Benedicto XVI, para reivindicar la libertad religiosa:

Esta abarca tanto la libertad individual como colectiva de seguir la propia conciencia en materia religiosa y de culto, la libertad de elegir la religión que se estima verdadera y manifestar públicamente la propia creencia.

Unas horas más tarde, en el estadio internacional de Amán, el papa Francisco ha celebrado una multitudinaria misa, en cuya homilía [ver íntegra] ante decenas de miles de personas ha manifestado:

La paz no se puede comprar: es un don que hemos de buscar con paciencia y construir “artesanalmente” mediante pequeños y grandes gestos en nuestra vida cotidiana. El camino de la paz se consolida si reconocemos que todos tenemos la misma sangre y formamos parte del género humano; si no olvidamos que tenemos un único Padre del cielo y que somos todos sus hijos, hechos a su imagen y semejanza.

Al terminar y siguiendo el programa previsto [ver aquí], el Papa ha encaminado sus pasos hacia el río Jordán, al lugar donde se cree que Jesucristo fue bautizado por Juan Bautista. Allí se reunirá con un grupo de refugiados golpeados por los conflictos en Oriente Medio.