Manuel Nin: “El celibato opcional no quita valor al sacerdocio”

Manuel Nin

Hablamos con el monje de Montserrat y rector del Pontificio Colegio Griego

Manuel Nin
 
DARÍO MENOR (ROMA) | Cuando te encuentras por primera vez a Manuel Nin, no esperas que, tras su apariencia de eclesiástico oriental, vaya a responderte hablando en castellano con acento catalán.

Monje benedictino del Monasterio de Montserrat, donde “se contagió del virus del amor a Oriente”, es desde 1999 rector del Pontificio Colegio Griego y profesor de Patrología y Liturgia Oriental en varios centros universitarios romanos. También se ha convertido en columnista habitual de L’Osservatore Romano , el diario de la Santa Sede, donde divulga la riqueza de la historia eclesiástica oriental.

P: Una de las grandes diferencias entre el rito latino y el oriental es que en este el celibato sacerdotal es opcional. ¿Cómo valora esta doble realidad?

Manuel Nin

R: Los seminaristas puede elegir, al final de los estudios y antes del diaconado, si serán o no célibes. En Oriente no es que los curas se casen, es que se ordenan hombres ya previamente casados. Pero nunca serán ordenados obispos. Creo que esta doble realidad es muy positiva, pues el seminarista valora y elige de manera madura una de las dos vías. Ambas tienen cosas positivas y dificultades. Conozco a sacerdotes casados en Oriente, y cuando digo Oriente pienso también en las dos diócesis que hay en Italia, situadas en las regiones de Calabria y Sicilia. Existen allí desde el siglo XV.

También pienso en Hungría y Rumanía. He conocido sacerdotes casados admirables. El estar casado no quita valor al sacerdocio cristiano. El rector de seminario, por ejemplo, puede ser un sacerdote casado. Para tener cargos en la diócesis ocurre lo mismo. Cuando se dice que Occidente debería hacer como Oriente y adoptar el celibato opcional, digo que seguramente sería una riqueza, pero, a partir de la experiencia oriental, se pueden sacar enseñanzas. Hay problemas que serían nuevos para Occidente. Uno de ellos, aunque parezca tal vez un poco banal, es el de las jubilaciones y pensiones para las viudas de sacerdotes.

“El celibato opcional no es la solución
para llenar los seminarios”.

Luego hay realidades humanas muy concretas, como cuando un matrimonio va mal y se rompe. El que el marido sea sacerdote no quiere decir que el matrimonio sea seguro. En esas situaciones lo que se hace depende de cada caso. Si el matrimonio se rompe por una tercera persona, se pide la dispensa del sacerdote. Si se adoptara el celibato opcional en Occidente, habría que pensar cómo afrontar estas situaciones.

P: ¿Cree que ayudaría a que aumentasen las vocaciones en las Iglesias de rito latino?

R: El celibato opcional no es la solución para llenar los seminarios. En las Iglesias de rito oriental hay algunas con suficientes vocaciones y otras que no las tienen. No creo que el Seminario de Barcelona, que es el que conozco un poco más de España, se fuera a llenar si mañana se decide que el celibato es opcional. Luego hay otra realidad, que me planteó una esposa de un sacerdote en una reciente conferencia que di en la diócesis oriental de Calabria: resulta muy difícil ser mujer de un cura. Si el celibato fuera opcional para el rito latino, ¿habría chicas dispuestas a casarse con un futuro sacerdote? Ser mujer de un cura es muy bonito, pero exige muchos sacrificios. Por ejemplo, a veces sabes que al marido del viernes al lunes no lo ves porque tiene tres parroquias. En estas dos diócesis orientales de Calabria y Sicilia, el 30% del clero está casado y el 70% restante, célibe. Es por opción y también porque a veces no es fácil encontrar a una chica dispuesta a casarse con un futuro sacerdote.

P: ¿Cree que falta un oriental en el Consejo de cardenales?

R: Habría sido bueno la presencia de un cardenal oriental o de un patriarca oriental. Se me ocurren, por ejemplo, los nombres del cardenal Béchara Boutros Raï, patriarca de Antioquía de los maronitas, o de Baselios Cleemis Thottunkal, arzobispo mayor de los siro-malankares y que es el cardenal más joven. Es una persona muy válida y sería una voz oriental muy buena.

Manuel Nin

P: ¿Cómo puede despertarse el interés de Occidente por la riqueza de la Iglesia oriental?

R: Cuando algunos grupos me dicen que quieren hacer peregrinaciones a Tierra Santa y me preguntan si hay allí peligro, les digo que el mismo riesgo de sufrir terrorismo te puedes encontrar aquí en Occidente. Les digo, además, que no debe olvidarse la necesidad de que los cristianos sigan allí, como presencia. Pero, ¿cómo hacerlo? No es fácil. Luego está la cuestión de la diáspora de cristianos orientales que se ven obligados a emigrar a Occidente por la fuerza. Hay que acogerles aquí. Los ortodoxos no tienen problema, pues la Iglesia ortodoxa a la que pertenecen les asegura clero y atención pastoral. Pero los católicos orientales en Occidente lo tienen más difícil. Por cuestiones de Derecho Canónico, pasan bajo la autoridad del obispo del rito latino. Los maronitas sí que son capaces de crear eparquías (el equivalente a las diócesis occidentales) propias, y el Patriarcado maronita asegura clero.

P: ¿Y el resto?

R: El resto no tiene su propia eparquía, por lo que la mayor parte de las veces su tradición se pierde. En ocasiones, el clero que la Iglesia de origen manda está casado y el obispo latino occidental no lo acepta. Es un drama ante el que se ha hecho presión desde Roma para arreglarlo. Habría que aclarar que ese clero oriental católico casado va al servicio de los orientales de allí, no para tapar necesidades del clero latino. Algún obispo me dijo que eso le creaba problemas. En España, por ejemplo, sé que hay dos sacerdotes rumanos católicos itinerantes. La emigración ortodoxa en Occidente tiene muy buena acogida, pero para los orientales católicos es más difícil. Hay riesgo de que se disuelvan.

“La liturgia latina está más acostumbrada a los textos bíblicos,
en Oriente hay muchos más textos poéticos con base bíblica”.

P: ¿Qué pueden ofrecer las Iglesias católicas orientales al ecumenismo?

R: Depende de cada país. La persecución en muchos lugares de Oriente Medio ha hecho que se acerquen con los ortodoxos hasta tener casi una plena comunión. Donde no hay un cura ortodoxo está el oriental católico y la comunidad celebra donde puede. En los países de Europa del Este la situación es difícil debido al legado del comunismo. Hay una fractura entre la ortodoxia que, más o menos, colaboró con los regímenes soviéticos para poder sobrevivir, y las Iglesias católicas de Ucrania y Rumanía, sobre todo, que tuvieron mártires por el hecho de ser católicos.

sacerdotes ortodoxos en Ucrania rezan cerca de soldados por el fin del conflicto

Sacerdotes ortodoxos durante las revueltas en Kiev (Ucrania).

P: ¿Cuál es la riqueza de la liturgia bizantina?

R: He venido escribiendo en L’Osservatore Romano una serie de artículos sobre la tradición bizantina y la tradición siríaca. Ahora estoy recuperando ambas. La finalidad es dar a conocer la riqueza teológica y poética de las tradiciones orientales, que en Occidente son muy desconocidas. La liturgia latina está más acostumbrada a los textos bíblicos, a los salmos. En Oriente hay muchos más textos poéticos, aunque con una base bíblica, por supuesto. Son poesías inspiradas en el Evangelio. He intentado dar a conocer esa riqueza en esos artículos, que han sido recogidos en tres libros.

P: ¿Cuál es el perfil de los estudiantes del Pontificio Colegio Griego?

R: Tenemos este curso a 18 estudiantes, provenientes de Sicilia, Líbano, Siria, Hungría, Rumanía, Serbia-Montenegro y Grecia. Sus edades van de los 19 a los 28 años. Vienen aquí a estudiar filosofía y teología tras terminar el bachillerato. Lo hacen en el Angelicum, la Gregoriana, el Oriental o el Instituto Patrístico. Luego algunos se quedan para la licencia y, unos pocos, también para el doctorado.

Manuel Nin bendice el pan durante la Fiesta de San Atanasio de Alejandría:


 

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