“La Vida Consagrada debe tomar decisiones radicales”

Rodríguez Carballo alerta en Cataluña del peligro de la arqueología, los ‘bonitos documentos’ y el inmovilismo

Intervención del secretario de la CIVCSVA en Barcelona.

Intervención del secretario de la CIVCSVA en Barcelona.

“La Vida Consagrada debe tomar decisiones radicales” [extracto]

JORDI LLISTERRI | Gran acogida del secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA) en Cataluña.

El arzobispo franciscano José Rodríguez Carballo ha estado dos días en Barcelona invitado por la Unió de Religiosos de Catalunya (URC). El acto principal tuvo lugar el sábado 3 de mayo con un encuentro abierto a todos los religiosos, precedido de una eucaristía. El espacio previsto se quedó pequeño para acoger a los 500 religiosos y religiosas que asistieron.

La intervención del número dos de la citada congregación vaticana fue sobre todo exigente con la Vida Religiosa (VR). Rodríguez Carballo habló de un momento “de prueba y de desierto” para la mayoría de las familias de Vida Consagrada (VC) en el que “ya no basta el análisis”. “Es necesario reaccionar, dar pasos concretos”, “huir de la tentación de siempre buscar el culpable fuera” y “tomar decisiones oportunas, discernidas, pero radicales”.

El religioso gallego expresó la complicidad que existe en este momento entre la Santa Sede y los religiosos: “Hay muchas luces, aunque algunos no quieran verlas”. Pero también alertó del peligro de la arqueología, “los bonitos documentos” y el inmovilismo: “No estamos llamados a copiar esquemas”. Y enmarcó su aportación en la idea de que “si algún instituto debe de morir, tampoco es necesario traumatizarse. Lo importante es que no desaparezca la VC”.

José Rodríguez Carballo.

José Rodríguez Carballo.

Y en este contexto ofreció tres claves de renovación: el discenimiento a partir del Evangelio, del propio carisma y de los signos de los tiempos. El primero, como fundamental, recordando que “la primera fidelidad de la VC es al Evangelio, no al carisma”. “Menos Francisco, Ignacio, Antonio… y más Jesús”, reclamó. Una actitud que pasa por no centrar la mirada en el número de efectivos, sino en la caridad evangélica y “no entretenerse en ejercicios de supervivencia institucional”. Discernir significa “distinguir la voz de Dios de las otras voces”.

En cuanto a la fidelidad al carisma apostó por la refundación, pero siempre bajo la mirada del Evangelio. Según Rodríguez Carballo, es lo que “nos esta machacando el papa Francisco”, una refundación que pasa “por el cultivo de las raíces, de lo que es esencial, de volver al Evangelio”.

En su opinión, otro criterio fundamental es la fidelidad al Vaticano II: “Para los consagrados el Concilio es un punto que no se puede negociar”. Fue especialmente contundente contra los “no pocos institutos que dan una formación no solo preconciliar, sino anticonciliar”.

Dijo que es un tema que preocupa especialmente a la congregación vaticana, porque “estamos viendo verdaderas desviaciones”. Para Carballo, “esto no es admisible, es situarse fuera de la historia”, y dijo que los que buscan en las reformas del Vaticano II todos los males de la VC “niegan la presencia del Espíritu Santo en la Iglesia”. Una crítica que amplió, de forma distendida, recordando que si bien “es claro que el Espíritu sopló en Trento, soplo más fuerte en el Vaticano II porque eran más obispos”.
 

Sin miedo a anunciar la vocación

Elegido hace un año como secretario de la CIVCSVA por el papa Francisco, el franciscano gallego terminó su intervención con una invitación al testimonio: “No tengáis miedo de anunciar la vocación. Si sois felices con lo que hacéis, invitad a otros”.

En el acto, también se presentó la nueva etapa de la colección de documentos sobre la VR que ha reiniciado la URC en colaboración con la Editorial Claret. Precisamente, el primer volumen reproduce el documento de la CIVCSVA que presenta el Año de la Vida Consagrada convocado por el papa Francisco para 2015. El presidente de la URC, el claretiano Màxim Muñoz, lo emmarcó “en la nueva primavera” que vive la Iglesia.

En el nº 2.893 de Vida Nueva

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