Hacia una “nueva mentalidad de servicio” en la Curia

Francisco reivindica este espíritu en su cita con las comisiones para la reforma eclesial

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Hacia una “nueva mentalidad de servicio” en la Curia [extracto]

ANTONIO PELAYO (ROMA) | Chi va piano va lontano (“el que va despacio llega lejos”). La sabiduría de este dicho italiano podría aplicarse –así al menos lo deseo– al plan de reformas de la Iglesia que Francisco tiene en la cabeza. Hay quienes quieren frenarle, pero también quienes quisieran meterle prisas; ambos están condenados al fracaso, porque el Papa controla la velocidad que quiere darle a este delicado proceso.

La cuarta reunión del llamado C-8, el consejo de ocho cardenales convocados por el Papa para ayudarle en el gobierno de la Iglesia, se ha reunido en Roma del 28 al 30 de abril. Bergoglio ha participado en casi todas las sesiones de trabajo; se ausentó para recibir el lunes 28 a los Reyes de España, el martes 29 al presidente de Paraguay y, el miércoles el 30, para presidir la audiencia general en San Pedro. También ha asistido el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin.

Como en las anteriores reuniones (octubre y diciembre de 2013, y el pasado febrero), la información ha sido más bien escasa. El centro de los trabajos lo ha constituido una reflexión sobre los pontificios consejos, tratados primero en su conjunto (son doce en total) y, sucesivamente, uno por uno, para analizar la importancia de su acción, la posible unión de algunos de ellos e incluso la supresión de los que hayan perdido su razón de ser.

Bergoglio da la bienvenida a los nuevos guardas suizos.

Bergoglio da la bienvenida a los nuevos guardas suizos.

Por las escuálidas notas informativas, sabemos que el economista maltés Joseph Zahra presentó un informe sobre los trabajos de la comisión que preside para estudiar los asuntos económicos y administrativos de la Santa Sede, y que el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario del Sínodo de los Obispos, expuso la andadura preparatoria de la próxima asamblea sobre la familia.

La próxima cita del C-8 será en julio y durará cuatro días. “El trabajo que hay que desarrollar –asegura un comunicado de la Santa Sede– es todavía mucho, de modo que no cabe esperar que se concluya este año, sino más bien en el próximo”. Lo dicho: chi va piano….

Aparte, el viernes 2 de mayo tuvo lugar la primera reunión del Consejo para la Economía, creado el pasado 24 de febrero. Como es sabido, este organismo está compuesto por ocho cardenales –el alemán Reinhard Marx, que actúa como moderador; el peruano Cipriani; el norteamericano Di Nardo; el surafricano Napier; el francés Ricard; el mexicano Rivera; el obispo de Hong Kong, el cardenal Tong Hon; y el vicario del Papa para Roma, Agostino Vallini– y por siete expertos en economía y administración, entre los que se encuentra el español Enrique Llano Cueto.
 

“El dinero es para los pobres”

El primero en tomar la palabra fue el arzobispo de Múnich-Freissing, Reinhard Marx, quien, respondiendo a la pregunta de por qué razón la Iglesia necesita el dinero, declaró que este “sirve para todos los que tienen que hacer posible la evangelización y el trabajo en favor de los pobres; estas son las prioridades”. Seguidamente, el prelado alemán afirmó que, en la gestión de los fondos económicos, son siempre imprescindibles “la credibilidad, la transparencia y una administración eficiente que corresponda a los criterios de la Doctrina Social de la Iglesia católica y a los estándares éticos”. La respuesta del Santo Padre a este punto no fue menos explícita: urgen la transparencia y la eficiencia, todo al servicio del objetivo de “su misión de evangelización y con especial premura de los necesitados”.

“Este –añadió un poco más tarde el Papa– es un desafío notable que requiere fidelidad y prudencia; el camino no será fácil y requiere valentía y determinación. Una nueva mentalidad de servicio evangélico debería establecerse en las diversas administraciones de la Santa Sede. El Consejo para la Economía tiene un papel significativo en este proceso de reforma; tiene la tarea de velar por la gestión económica y de vigilar las estructuras y las actividades administrativas y financieras; desarrolla su actividad en estrecha unión con la Secretaría para la Economía”.

Comentando la presencia en el organismo de siete expertos laicos, dijo Bergoglio: “Los seglares son miembros a pleno título del nuevo Consejo; no son miembros de segunda clase, ¡no! Todos al mismo nivel. El trabajo del Consejo es de gran peso y de gran importancia y ofrecerá una contribución fundamental al servicio desarrollado por la Curia romana y las diversas administraciones de la Santa Sede”.

Marie Collins y el cardenal O'Malley.

Marie Collins y el cardenal O’Malley.

El objetivo principal de esta primera reunión, celebrada en la Sala Bolonia del Palacio Apostólico, ha sido –según una parca nota– “la redacción del borrador de los estatutos del Consejo, cuyo examen continuará en la próxima reunión –fijada para el 5 de julio– para someterlos a la aprobación del Santo Padre”. Parolin y el cardenal australiano George Pell, presidente de la Secretaría para la Economía, asistieron también a la reunión. A este último, por cierto, se refirió en su alocución el Papa alabando su “tenacidad como jugador de rugby”, deporte que, por cierto, el arzobispo emérito de Sidney practicó en su juventud.

Otra importante reunión ha sido la mantenida, entre el 1 y el 3 de mayo, por la Pontificia Comisión para la Protección del Menor, instituida por el Papa el 22 de marzo. Era la primera vez que se reunían los ocho miembros que, por ahora, la constituyen: el cardenal Seán Patrick O’Malley, arzobispo de Boston; los jesuitas Humberto Miguel Yáñez, argentino, y Hans Zollner, alemán; el italiano Claudio Papale; la ex primera ministra y exembajadora de Polonia ante la Santa Sede, Hanna Suchocka; la baronesa inglesa Sheila Hollins; la psiquiatra francesa Catherina Catherine Bonnet; y la irlandesa Marie Collins, víctima de abusos siendo menor de edad.
 

Sensibilizar sobre los abusos

Los ocho tomaron parte en el encuentro informativo celebrado el sábado 3 de mayo en la Sala de Prensa de la Santa Sede junto a su director, el jesuita Federico Lombardi. “A la hora de iniciar nuestros servicio –aseguró el cardenal estadounidense–, queremos expresar nuestra profunda solidaridad a todos los que han sido víctimas de abusos sexuales cuando eran niños o adultos vulnerables y hacer saber que, desde el comienzo de nuestra tarea, hemos adoptado el principio de que el bien de un niño o de un adulto vulnerable es prioritario a la hora de tomar cualquier decisión”.

O’Malley aclaró también que la Comisión no tratará casos individuales –no es esa su competencia–, sino que su objetivo será presentar sugerencias para asegurar la obligación de la responsabilidad y las mejores formas que hay que seguir para sensibilizar a las personas sobre las trágicas consecuencias de comportamientos tan detestables.

“Durante nuestros encuentros –relata una nota hecha pública ese mismo día–, cada uno de nosotros ha compartido ideas, experiencias y aspiraciones sobre esta Pontificia Comisión. Respondiendo a la solicitud del Santo Padre, la discusión se ha centrado en la naturaleza y objetivos de la Comisión y en la ampliación de sus miembros para incluir a personas de otras zonas geográficas y de diversas competencias. En nuestras conversaciones también hemos examinado muchas propuestas sobre la forma en que la Comisión podría colaborar con expertos de sectores relacionados con la salvaguardia de los menores y los adultos vulnerables”.

En su conversación con el Papa, que les recibió el viernes 2 de mayo, quedó muy claro que “es muy importante asegurar la responsabilidad de la Iglesia, incluida la puesta a punto de medidas y procedimientos eficaces y transparentes”. En otro punto de la nota, los miembros de la Comisión anuncian que “en los estatutos presentaremos propuestas específicas que hagan hincapié en la sensibilización de la opinión pública sobre las trágicas consecuencias del abuso sexual y de las devastadoras repercusiones de no escuchar o no informar cuando se sospecha un abuso, así como de la falta de ayuda a las víctimas de abusos sexuales y a sus familias”.

Silvano Tomasi.

Silvano Tomasi.

En relación con el tema de la pedofilia, la Santa Sede, a través de una intervención de Lombardi en Radio Vaticano, considera inoportuno y fuera de contexto incluir los delitos de pederastia en los trabajos del Comité contra la Tortura que va a reunirse en Ginebra estos días y en los que intervendrá una delegación vaticana encabezada por Silvano Tomasi. La opinión de los expertos vaticanos es que dichos crímenes deben ser considerados en el ámbito de la Convención sobre los Derechos de los Niños. Interrogada sobre este punto en su comparecencia ante la prensa, la irlandesa Marie Collins opinó que el abuso sexual es una tortura física y psicológica, pero no puede ser calificada como una tortura de Estado comparable a la que practican algunos regímenes totalitarios.

Más allá de estas cumbres de trabajo, los ecos de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II perviven todavía en muchos ámbitos de la Iglesia universal, pero sobre todo en Polonia, donde Karol Wojtyla, además de santo, es considerado un héroe nacional.
 

Con los polacos de Roma

Consciente de esta realidad, el papa Francisco quiso celebrar con los polacos de Roma –comunidad estimada en 20.000 personas– una misa especial de acción de gracias en la iglesia romana de San Estanislao, el domingo 4 de mayo.

Este templo, sito en la Via delle Botteghe Oscure –donde tuvo su sede histórica el Partido Comunista Italiano–, es de reducidas dimensiones y resultó del todo insuficiente para acoger a los miles de fieles que querían asociarse a la celebración. Los que no pudieron entrar se situaron fuera de la iglesia y siguieron la celebración con enorme compostura (la calle había sido cerrada al tráfico).En su homilía, Bergoglio recordó que Wojtyla había visitado la iglesia nacional de los polacos en Roma más de 80 veces:

Siempre venía aquí en los diversos momentos de su vida y de la vida de Polonia. En los momentos de tristeza y de abatimiento, cuando todo parecía perdido, él no perdía la esperanza, porque su fe y su esperanza estaban fundadas en Dios. (…)
Vosotros formáis parte de un pueblo que ha sufrido muchas pruebas a lo largo de la historia. El pueblo polaco sabe muy bien que para entrar en la gloria hay que pasar primero a través de la pasión y de la Cruz.

Francisco bendice a un anciano polaco.

Francisco bendice a un anciano polaco.

Antes de abandonar la iglesia, conversando con algunos eclesiásticos polacos, comentó los pormenores de su próxima visita al país, que será en 2016 con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que albergará Cracovia. A la salida del templo, la multitud le acogió con entusiasmo e incluso con lágrimas en muchos ojos.

Previa consulta al responsable de su seguridad, Domenico Gianni, el Papa se lanzó a la calle y la recorrió toda entera a pie, saludando y besando a diestra y a siniestra. Al llegar al Largo Argentina, se subió a su Ford Focus y regresó al Vaticano antes del rezo del Regina Coeli, durante el cual volvió a manifestar su preocupación por la grave situación creada desde hace meses en Ucrania.

Al cierre de esta edición, la agencia ANSA anunciaba que la Congregación para las Causas de los Santos habría aprobado un milagro atribuido a Pablo VI y que su beatificación podría tener lugar este mismo año, el 19 de octubre, a la conclusión del Sínodo de los Obispos.

En el nº 2.893 de Vida Nueva

  • El papa Francisco en la Iglesia de los polacos de Roma:

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